Ejemplo caso clínico de trastorno de acumulación:
- Antecedentes: María es una mujer de 35 años de edad, soltera y sin hijos, que vive sola en un pequeño apartamento en la ciudad. Ha sido diagnosticada con trastorno de acumulación, también conocido como síndrome de Diógenes, debido a su tendencia a acumular grandes cantidades de objetos y basura en su hogar.
- Historia clínica: María ha estado acumulando objetos desde que era una adolescente. Al principio, su colección consistía en recuerdos, cartas y regalos que recibía de amigos y familiares. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, comenzó a acumular objetos más extraños y poco útiles, como periódicos viejos, envases vacíos y ropa desgastada. Su apartamento ahora está lleno de objetos hasta el punto en que apenas puede moverse por él. La basura y los objetos inútiles están por todas partes y el olor es abrumador. También ha aislado su hogar, cerrando todas las persianas y cortinas para que nadie pueda ver dentro. María ha perdido el contacto con amigos y familiares y apenas sale de su casa. A menudo, se siente muy deprimida y ansiosa, y ha intentado tratamientos con diferentes psicólogos y psiquiatras sin éxito.
- Diagnóstico y tratamiento: Después de una evaluación completa, María fue diagnosticada con trastorno de acumulación. El objetivo del tratamiento es ayudarla a superar su ansiedad y a deshacerse de los objetos innecesarios en su hogar. El tratamiento incluye terapia cognitivo-conductual, que se enfoca en modificar los pensamientos y comportamientos relacionados con la acumulación. También se están utilizando medicamentos para tratar su depresión y ansiedad. María ha respondido bien al tratamiento y ha comenzado a deshacerse de algunos de los objetos innecesarios en su hogar. Todavía tiene un largo camino por recorrer, pero está comprometida a superar su trastorno de acumulación y mejorar su calidad de vida.
Caracterización clínica y criterios para el diagnóstico
Pertusa et al. (2008). El nivel de congestión, desorden y abarrotamiento del hogar varía entre pacientes de moderado a elevado y es una forma de valorar la gravedad del trastorno, pero con frecuencia cubre más del 70% del hogar, abarcando también en algunos casos el jardín, el vehículo, o el hogar de familiares. |
Frost et al (2012). Se han establecido tres grandes categorías de motivos: por su valor emocional, por su valor instrumental o por su valor intrínseco (estético en la mayor parte de los casos). |
Steketee y Frost (2014). Aunque en muchas ocasiones se conservan/guardan objetos por el simple hecho de que han «entrado en casa», se estima que entre un 80 y un 100% de los personas con trastorno de acumulación también adquiere de forma excesiva, bien sea comprando, recogiendo cosas gratuitas de la calle u objetos que otros han desechado, por ejemplo, en contenedores y, con menor frecuencia, robando. |
Norberg y Snowdonse 2014; Snowdon et al (2012). En los casos en que se observe que la que persona con trastorno de acumulación vive en una situación insalubre, habrá que valorar si se trata de una consecuencia de la imposibilidad de limpiar debido a la congestión del hogar, si se asocia a una alteración de las funciones ejecutivas, o si la acumutación de basura es consecuencia de que la persona atribuye algún valor instrumental o sentimental a elementos insalubres como comida podrida o productos corporales (p. ej., heces). |
El trastorno por acumulación se caracteriza por la dificultad persistente de deshacerse de posesiones, independientemente de su valor real. Esta dificultad interfiere de forma clínicamente significativa en la vida de las personas que lo padecen, quienes tienen dificultad para deshacerse de objetos de cualquier tipo, lo que resulta en una acumulación excesiva de posesiones. Estos objetos pueden tener cualquier valor, desde objetos inútiles o de poco valor como publicidad, periódicos viejos o cajas vacías de medicamentos o de ropa, hasta objetos de valor como ropa sin estrenar, aparatos eléctricos o joyas.
La adquisición excesiva es una característica común en personas con trastorno por acumulación, lo que significa que adquieren objetos de forma excesiva, ya sea comprándolos, recogiendo cosas gratuitas de la calle u objetos que otros han desechado. En algunos casos, las personas también acumulan animales domésticos, especialmente gatos y perros, lo que implica un mayor peligro y riesgo tanto para la persona como para los animales.
Este comportamiento de acumulación se produce porque la persona siente la necesidad de guardar los objetos para evitar el malestar que le provoca deshacerse de ellos. Se han establecido tres grandes categorías de motivos para acumular objetos: valor emocional, valor instrumental y valor intrínseco. En muchos casos, se acumulan objetos por su valor sentimental, ya que se asocian con personas o sucesos relevantes de la vida. También se pueden acumular objetos inútiles de los que les cuesta desprenderse, lo que indica que el comportamiento en sí de acumular objetos es dimensional.
En casos patológicos, son muchos los objetos a los que se les atribuye valor sentimental y, por tanto, un grado disfuncional de apego. Los objetos proporcionan bienestar emocional y forman parte de la identidad de la persona. En otros casos, los objetos se acumulan porque se considera que tienen un valor instrumental, ya que pueden tener una utilidad futura. Las personas con trastorno por acumulación sienten una gran responsabilidad respecto al destino de sus posesiones y hacen todo lo posible por evitar derrochar y deshacerse de algo que pudiera tener aún una vida útil.
La descripción de los criterios para el trastorno de acumulación es similar en ambos sistemas de diagnóstico psiquiátrico, aunque la CIE-11 diferencia entre la acumulación pasiva y activa de objetos. Mientras tanto, el DSM-5 no considera esto como un criterio diagnóstico específico, pero sí solicita información sobre si la dificultad para deshacerse de los objetos se acompaña de una adquisición excesiva. A diferencia del DSM-5, la CIE-11 no incluye criterios diagnósticos para el diagnóstico diferencial, sino que dedica un apartado específico a ello.
CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DEL TRASTORNO DE ACUMULACIÓN SEGÚN EL DSM-5 (APA, 2013) | CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DEL TRASTORNO DE ACUMULACIÓN SEGÚN LA CIE-11 (OMS 2019) |
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Criterio A. Dificultad persistente de deshacerse o renunciar a las posesiones, Independientemente de su valor real. | Criterio 1. Acumulación de posesiones que dan lugar a que las espacios de la vivienda estén abarrotados hasta el punto de que su uso o su seguridad sean problemáticos. Nota: En el caso de que no haya áreas de la vivienda abarrotadas, únicamente se debe a la intervención de terceros (familiares, limpiadores, autoridades, etc). |
Criterio B. Esta dificultad es debida a una necesidad percibida de guardar las cosas y al malestar que se siente cuando uno se deshace de ellas. | Criterio 2. La acumulación se debe a una o ambas de estas circunstancias: ✅ Necesidad urgente o comportamientos repetitivos de amasar objetos, que puede ser pasiva (p. ej, folletos, correos) o activa (p. ej, adquisición excesiva de objetos ya sean gratis, compradas, o robados). ✅ Dificultades para deshacerse de las posesiones por una necesidad percibida (sentida) de salvarlos y malestar asociado con deshacerse de ellas. |
Criterio C. La dificultad de deshacerse de las posesiones da lugar a la acumulación de cosas que congestionan y abarrotan las zonas habitables y alteran en gran medida su uso previsto. Si las zonas habitables están despejadas, sólo es debido a la intervención de terceros (p. ej., miembros de la familia, personal de limpieza, autoridades). | |
Criterio D. La acumulación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento (incluido el mantenimiento de un entorno seguro para uno mismo y para los demás). | Criterio 3. Los síntomas causan malestar emocional o deterioro significativos en los ámbitos personal, familiar, social, educativo, laboral, o en otras áreas importantes. |
Criterio E. La acumulación no se puede atribuir a otra afección médica (p. ej., lesión cerebral, enfermedad cerebrovascular, síndrome de Prader-Willi). | |
Criterio F. La acumulación no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental (p. ej., obsesiones en el trastorno obsesivo-compulsivo, disminución de la energía en el trastorno de depresión mayor, delirios en la esquizofrenia u otros trastornos psicóticos, déficit cognitivo en el trastorno neurocognitivo mayor, disminución del interés en los trastornos del espectro autista). | La referencia al diagnóstico diferencial se proporciona en una sección adicional, posterior a la de los criterios diagnósticos. Específicamente, se menciona la necesidad de establecer diferencias entre el trastorno y la normalidad (Acumulación subclínica o sub-umbral) y la de realizar un diagnóstico diferencial con los trastornos siguientes: ✅ TOC. ✅ Trastornos del espectro autista. ✅ Trastorno del espectro psicótico. ✅ Trastorno delirante y otros trastornos psicóticos primarios. ✅ Trastornos del estado de ánimo. ✅ Trastornos de la conducta alimentaria. ✅ Demencia. ✅ Síndrome de Prader-Willi. |
Especificar si: ✅Con adquisición excesiva: Si la dificultad de deshacerse de las posesiones se acompaña de la adquisición excesiva de cosas que no se necesitan o para las que no se dispone de espacio. | Especificaciones: ✅Con insight entre aceptable y bueno. La mayor parte del tiempo el individuo reconoce que sus creencias y comportamientos relacionados con la acumulación (ya sean sobre el exceso en adquirir, la dificultad en deshacerse, o el abarrotar espacios) son problemáticos. Este especificador es aplicable incluso cuando en circunstancias específicos, el individuo no muestra Insight (p. ej. cuando se le fuerza a deshacerse de objetos). ✅ Con Insight escaso o ausente. La mayor parte del tiempo el individuo está convencido de que sus creencias y comportamientos relacionados con la acumulación (ya sean sobre el exceso en adquirir, la dificultad en deshacerse, o el abarrotar espacios) no son problemáticos, a pesar de las evidencias en contra. La falta de insight no combia significativamente en función del nivel de ansiedad. |
Especificar si: ✅Con introspección buena o aceptable: El sujeto reconoce que las creencias y comportamientos relacionados con la acumulación (relacionados con la dificultad de deshacerse de las cosas, el abarrotamiento o la adquisición excesiva) son problemáticos. ✅Con poca introspección: El sujeto está convencido en su mayor parte de que las creencias y comportamientos relacionados con la acumulación (relacionados con la dificultad de deshacerse de las cosas, el abarrotamiento o la adquisición excesiva) no son problemáticos a pesar de la evidencia de lo contrario. ✅Con ausencia de introspección/con creencias delirantes: El sujeto está totalmente convencido de que las creencias y comportamientos relacionados con la acumulación (relacionados con la dificultad de deshacerse de las cosas, el abarrotamiento o la adquisición excesiva) no son problemáticos a pesar de la evidencia de lo contrario. |
Epidemiología, curso evolutivo y complicaciones asociadas
La edad media de inicio de los síntomas del trastorno por acumulación se ha establecido en 13,4 años. La mayoría de las personas con este trastorno (80%) describen un inicio de los síntomas antes de los 18 años, y el 60% lo describen antes de los 12 años (Grisham et al., 2006). El trastorno por acumulación se considera crónico y empeora con la edad (Ayers et al., 2013).
FUENTE | PREVALENCIA ESTIMADA |
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Postlethwaite et al. (2019)) Población general no diagnosticada | 2,5% |
*DSM-5 (APA 2013) Población EEUU y Europa | 2-6% |
Aunque los datos de prevalencia del trastorno son dispares, en parte debido a que hasta las versiones actuales del DSM (APA, 2013) y la CIE-11 (OMS, 2019) no han definido con claridad los criterios para el diagnóstico, un reciente estudio de metaanálisis estima que la prevalencia es del 2,5%, y que se distribuye de manera similar entre mujeres y hombres (Postlethwaite et al., 2019). También se ha observado que las personas con este trastorno viven solas y nunca se han casado o vivido en pareja con mayor frecuencia que pacientes con otros trastornos mentales, como los de ansiedad o el TOC (Steketee y Frost, 2010).
Como se ha señalado, el trastorno de acumulación se asocia con graves dificultades a nivel personal, familiar, social, económico y de salud pública. La situación de acumulación en el hogar puede ser peligrosa para la seguridad de las personas, ya que facilita las caídas, las avalanchas de objetos, la intoxicación por alimentos, la infestación de insectos o ratas, los incendios y la imposibilidad de escapar en caso de ser necesario. Esto aumenta la probabilidad de fallecer en caso de incendio, amenazas que son más evidentes en personas mayores (Kim et al., 2001; Steketee y Frost, 2014). En los casos más graves, la acumulación también puede ser una amenaza para la seguridad y la salud pública de las personas que viven cerca de la afectada y, obviamente, sobre todo para quienes conviven con ella.
Comorbilidad y diagnóstico diferencial
Anteriormente mencionamos que el comportamiento acumulador debe ser visto desde una perspectiva dimensional. Todos tenemos objetos que no sirven para nada o nos cuesta desprendernos de ellos, aunque sepamos que no los necesitamos. En algunos momentos de la vida, como en la adolescencia, la acumulación puede ser causada por la falta de atención a ciertas cosas, como ordenar la habitación, debido a que el interés se centra en otras actividades, como chatear con amigos, estudiar o jugar. En otros casos, la acumulación es una afición, como en el caso de las personas que coleccionan y guardan objetos selectivamente y los mantienen organizados.
Sin embargo, en ninguno de estos casos se trata de un trastorno de acumulación. Las personas con este trastorno suelen presentar comorbilidad con otras condiciones. La mitad de ellos también padecen depresión mayor y es común encontrar trastornos de ansiedad, como ansiedad social y ansiedad generalizada. También son frecuentes los trastornos del control de impulsos, como la cleptomanía o la compra compulsiva, así como el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH), especialmente en relación con el componente atencional.
Además, la comorbilidad con trastornos de personalidad, en particular el obsesivo-compulsivo, es común. Una de las características de este trastorno es la incapacidad para deshacerse de objetos inútiles o deteriorados, aunque no tengan valor sentimental. A pesar de que en algunos casos la comorbilidad puede ser debida a la superposición de criterios diagnósticos, las personas con trastorno por acumulación presentan otras características del trastorno de personalidad mencionado, como el perfeccionismo y la preocupación por los detalles.
También puede haber comorbilidad con otros trastornos de personalidad, como el evitativo, el límite, el paranoide y el esquizotípico. Aunque no es tan común como con la depresión mayor o los trastornos de ansiedad, también puede haber comorbilidad con el trastorno obsesivo-compulsivo.
En relación al diagnóstico diferencial, es importante descartar que el comportamiento de acumulación esté relacionado con alguna enfermedad médica, como el síndrome de Prader-Willi, que se asocia con otros síntomas diferentes a la acumulación, como baja estatura, hipogonadismo, hipotonía muscular y dificultades de alimentación en el período neonatal, entre otros. También se deben considerar los síntomas de otros trastornos mentales:
- Trastornos del espectro O-C. En el caso del TOC, la acumulación de objetos es un síntoma del trastorno y no se realiza un diagnóstico adicional de trastorno por acumulación. Cuando la acumulación es un síntoma del TOC, no es deseada ni reforzante. Además, cuando la acumulación se da como síntoma de un TOC, con mayor frecuencia se acumulan objetos extraños como heces, orina, uñas, cabello, comida esparcida o pañales usados. Sin embargo, si la acumulación es grave y se considera independiente de las obsesiones y compulsiones, se puede hacer un diagnóstico comórbido de trastorno de acumulación.
- Trastornos de personalidad. En el caso de los trastornos de personalidad, la acumulación no se ajusta al típico del trastorno de acumulación, ya que se refiere a la acumulación de objetos gastados o inútiles, incluso sin valor sentimental. En el trastorno de acumulación, el patrón es más amplio, y se acumulan tanto objetos de valor como sin él y por diversas razones, entre ellas, las emocionales.
- Trastornos depresivos y bipolares. En los trastornos del estado de ánimo, como la depresión o el estado maníaco, la acumulación puede estar presente. En el caso de la depresión, la acumulación es el resultado de la apatía, la anhedonia y la falta de energía, pero no está vinculada con una intención específica de guardar objetos. En el caso de los episodios maníacos, pueden producirse acumulaciones como consecuencia de un exceso de adquisición de objetos innecesarios. Pero a diferencia de las personas con trastorno de acumulación, no tienen dificultades o no sienten un malestar apreciable cuando deben deshacerse de esos objetos.
- Trastornos del espectro psicótico. En los trastornos del espectro psicótico, la acumulación puede producirse como consecuencia de delirios o alucinaciones, o de la incapacidad para deshacerse de objetos asociada a la sintomatología negativa de la esquizofrenia. En todos estos casos, en especial cuando hay delirios, es el contenido del delirio el que motiva el comportamiento de acumulación. Además, en los trastornos del espectro psicótico hay otros síntomas asociados además de la acumulación.
- Trastornos del neurodesarrollo. En el contexto de los trastornos del espectro autista, la acumulación de objetos puede estar relacionada con intereses particulares y la incomodidad ante los cambios en el entorno. Sin embargo, en el autismo también hay otros síntomas, como dificultades en la comunicación social y problemas en el lenguaje.
- Trastornos neurocognitivos. La acumulación progresiva de objetos inapropiados es característica a medida que la enfermedad degenerativa avanza. Este comportamiento puede acompañarse de abandono del cuidado y miseria doméstica, aunque no está relacionado con la acumulación indiscriminada de basura y suciedad que se observa en las personas que viven en situaciones de miseria doméstica.
- Trastornos de la conducta alimentaria. A diferencia de la bulimia y la anorexia nerviosas, en el trastorno de acumulación no hay preocupaciones por la dieta ni distorsiones de la imagen corporal, y no se acumulan alimentos con la finalidad de ingerirlos posteriormente o para engañar a los cuidadores. Por tanto, en estos casos no es adecuado realizar un diagnóstico adicional de trastorno de acumulación.
Etiología
Las propuestas cognitivo-conductuales actuales para el tratamiento del trastorno de acumulación se basan en el modelo propuesto por Frost (Frost y Hartl, 1996; Steketee et al, 2003), el cual ha sido refinado, desarrollado y empíricamente contrastado a lo largo de las últimas décadas.
Este modelo describe una serie de variables de vulnerabilidad distales, como el entorno y la familia, pero se enfoca principalmente en las variables de vulnerabilidad próximas, como las alteraciones en los procesos cognitivos, las creencias y los patrones conductuales/emocionales, que contribuyen de manera más directa al desarrollo y mantenimiento de la sintomatología del trastorno de acumulación y que son susceptibles de cambio.
Variables distales
Las investigaciones describen variables que implican la vulnerabilidad ambiental y familiar en el trastorno de acumulación. En relación a la vulnerabilidad ambiental, se ha observado que los pacientes que padecen este trastorno han experimentado sucesos estresantes y traumáticos con mayor frecuencia a lo largo de su vida en comparación con pacientes con otros trastornos, como el TOC, y con la población no clínica en general. Además, los sucesos estresantes parecen estar relacionados con el inicio de los síntomas de acumulación, ya que aproximadamente la mitad de los pacientes describen haber experimentado algún suceso estresante al comienzo de la sintomatología. Estos datos apoyan la hipótesis de que la acumulación podría ser una estrategia empleada para incrementar la sensación de seguridad después de haber experimentado sucesos traumáticos o haber crecido en ambientes desestructurados. En cuanto a la vulnerabilidad familiar, se ha observado que la mayoría de los pacientes tienen algún familiar de primer grado con tendencia a acumular. Esta influencia familiar probablemente tenga tanto un componente genético como ambiental a través del modelado. De hecho, a menudo los pacientes describen haber aprendido en sus familias creencias y comportamientos relacionados con la importancia de acumular. También recuerdan menos experiencias cálidas en su familia en comparación con otros grupos clínicos.
Variables próximas.
El trastorno de acumulación se refiere a la dificultad para deshacerse de objetos y a la adquisición excesiva, lo que resulta en un abarrotamiento de la casa y problemas en la vida cotidiana. Según el modelo propuesto, estas dificultades son el resultado de alteraciones en los procesos cognitivos, las creencias disfuncionales y el apego hacia las posesiones, junto con un patrón comportamental y emocional específico.
En cuanto a las alteraciones en los procesos cognitivos, se ha propuesto que existe una influencia de problemas a nivel atencional, de memoria y funcionamiento ejecutivo. Los pacientes informan de mayores dificultades para mantener la atención en tareas que la población general y que muestras clínicas con otras alteraciones. Además, en tareas de capacidad atencional muestran menor rendimiento en la atención a estímulos no verbales, mayor variabilidad en los tiempos de reacción, mayor impulsividad, y menor habilidad para detectar el estímulo objetivo. En cuanto a las alteraciones de memoria, aunque los pacientes a menudo describen que tienen poca memoria y que conservan algunos bienes para no olvidar información importante, las evidencias empíricas no son tan firmes como en el caso de las alteraciones atencionales. Por otro lado, se ha hipotetizado que los problemas para deshacerse de los objetos se deben, en parte, a dificultades en la toma de decisiones y en la capacidad para categorizar.
El segundo grupo de variables próximas son las creencias y patrones de apego disfuncionales. Se ha propuesto que las creencias disfuncionales sobre las posesiones juegan un papel muy relevante en la acumulación. Los pacientes encuentran más razones para guardar objetos que la población no clínica. Asimismo, describen que sienten una gran responsabilidad hacia sus posesiones, creencia que incluiría, entre otras cosas, la necesidad de estar preparados para el futuro y de evitar desperdiciar o malgastar los objetos. Además, muestran una necesidad excesiva de control sobre sus posesiones, lo que provoca mucho malestar. También se ha observado que los pacientes presentan poca confianza en su memoria, lo que los lleva a utilizar sus posesiones como «claves» visuales para facilitar el recuerdo. Los objetos pueden representar a una persona querida, un recuerdo o una parte de su identidad. Dada la importancia que pueden adquirir los objetos, la persona se ve en la responsabilidad de cuidar de ellos y asegurarse de que encuentren un lugar y un «hogar» adecuado para ellos.
También se ha relacionado el perfeccionismo excesivo con la incapacidad de deshacerse de objetos por miedo a equivocarse al hacerlo. Además, se cree que las creencias disfuncionales podrían ser la causa de los patrones de respuestas emocionales y conductuales disfuncionales asociados con la acumulación. Estas creencias llevan a la persona a evitar deshacerse de objetos, a ser incapaz de ordenarlos y/o a adquirirlos en exceso. El malestar y la angustia que sienten al tener que deshacerse de algo o de organizar sus bienes los lleva a evitar estas conductas, lo que refuerza el problema a largo plazo. La adquisición excesiva de objetos es un criterio de gravedad, ya que es una de las actividades con las que los pacientes disfrutan más y que genera emociones y pensamientos positivos. También se cree que adquirir bienes puede ser una forma de rehuir las emociones negativas, lo que refuerza negativamente el comportamiento de adquirir objetos. En resumen, el perfeccionismo excesivo y las creencias disfuncionales son factores importantes en la acumulación y la adquisición excesiva de objetos.
Referencias
- Belloch, Sandín, Ramos Campos, and Sandín, Bonifacio. Manual De Psicopatología. 3ª edición. Madrid [etc.]: McGraw-Hill Interamericana De España, 2020. Print.
- ChatGPT