Turner (1983). El concepto de apoyo social debe distinguirse de una acepción amplia del término porque necesariamente implica la presencia y el producto de relaciones humanas estables. |
Wills (1991). Apoyo social es la percepción o experiencia de ser querido y cuidado por los demás, ser estimado y valorado, y formar parte de una red social de relaciones mutuas de ayuda y obligaciones. Sin duda, un aspecto esencial del apoyo social es la percepción que tiene el individuo del mismo (apoyo social percibido), siendo mucho más relevante que el apoyo social real. |
Coyne y Downey (1991). Resaltaron que los aspectos negativos del apoyo social, como por ejemplo la ausencia de relaciones íntimas, pueden constituir en sí mismos un factor de riesgo para desarrollar depresión, aun en ausencia de sucesos vitales estresantes. Un dato epidemiológico importante resaltado por estos autores es que el riesgo para padecer depresión en individuos casados y que pueden comunicarse con sus esposos/as es algo inferior que en personas solteras, separadas o divorciadas. Esta reducción puede producirse por un efecto positivo del apoyo emocional o intimidad inducido por un buen matrimonio. Sin embargo, este efecto positivo es minimizado por el elevado efecto negativo de un mal matrimonio, es decir, por el efecto de estar casado y no poder comunicarse con el esposo/a; a este respecto se ha señalado una tasa de probabilidad para la depresión superior al 25% entre las personas bajo tal condición. ) Interpretan esta evidencia epidemiológica, más que en términos de relaciones causales entre el apoyo social y la salud, como un fenómeno con implicaciones conceptuales y teóricas sobre el propio apoyo social. |
Adler y Matthews (1994). Señalan que el apoyo social favorece la salud, bien porque se relacione negativamente con el comienzo de enfermedades u otros problemas de salud, bien porque facilita la recuperación de los pacientes con algún tipo de trastorno. |
Sandín et al. (2008). Desarrollaron un instrumento para poder llevar a cabo una evaluación rápida del apoyo social percibido. Se trata del Cuestionario Breve de Apoyo Social (CBAS), una escala corta (12 Ítems x 2 -familiares y amigos). Permite evaluar cuatro dimensiones importantes de apoyo social (apoyo económico, apoyo emocional, valoración/aprecio y consejo/orientación). |
El concepto de apoyo social se ha empleado científicamente con múltiples sentidos, tales como para denotar compañía humana, disponibilidad de personas de confianza, lazos sociales, contacto social significativo, pertenencia a una red social, apoyo personal, etc. Sin duda, un aspecto esencial del apoyo social es la percepción que tiene el individuo del mismo (apoyo social percibido), siendo mucho más relevante que el apoyo social real.
El apoyo social constituye un conjunto de recursos que implican aspectos emocionales, instrumentales e informativos. El apoyo emocional implica proporcionar afecto y cuidados a otros individuos, así como también reasegurar (tranquilizar) a la persona de su valía y la preocupación que tienen por ella otras personas. El apoyo instrumental implica proporcionar asistencia tangible, como ayuda en aspectos económicos o bienes concretos. El apoyo informativo se produce cuando una persona ayuda a otra a entender mejor una situación estresante y a cerciorarse sobre las mejores estrategias para afrontar el problema. Estos tres aspectos del apoyo social constituyen lo que se ha denominado como «apoyo social funcional». Además el apoyo social estructural se refiere a la integración social del individuo, incluyendo aspectos como el número de relaciones sociales en las que está implicado, la frecuencia de contactos en la red social, características de la red social, etc.
Existe evidencia empírica relacionada con los efectos positivos que tiene el apoyo social sobre la salud psicológica y física. Se ha constatado que el apoyo social reduce los síntomas y ansiedad y depresión, y mejora el ajuste psicológico de diversas condiciones médicas relacionadas con el estrés crónico, tales como la enfermedad arterial coronaria, el cáncer, la artritis reumatoide, y la leucemia infantil. Además se ha visto que protege contra el declive cognitivo asociado a la edad avanzada, incrementando, así mismo, la calidad de vida y la longevidad. El apoyo social también ha demostrado proporcionar beneficios para la salud en personas en situaciones de riesgo, como el periodo de gestación, la enfermedad coronaria (se reducen los casos de infarto de miocardio), la diabetes (se mejora el control), y la supervivencia en individuos con enfermedad renal grave.
Una cuestión de importante discusión actual se centra en dilucidar si los efectos del apoyo social se deben a una acción amortiguadora del estrés (modelo de amortiguación), o si se trata más bien de un efecto directo sobre la salud independientemente de que exista o no estrés (hipótesis de los efectos directos). De acuerdo con el modelo de amortiguación, el apoyo social actúa protegiendo al individuo durante los momentos de estrés potenciando la adaptación del individuo (p. ej„ mediante la facilitación o mejora de la conducta de afrontamiento). El apoyo social puede reducir el impacto del estrés: eliminando o reduciendo el propio estresor (p. ej., la presencia de un suceso vital); reforzando la capacidad del individuo para hacer frente al estresor, o atenuando la experiencia del estrés una vez que este se ha puesto en marcha. La hipótesis de los efectos directos, por el contrario, presupone que el apoyo social ejerce efectos positivos primarios sobre la salud, siendo por tanto estos efectos independientes de los efectos del estrés. Puesto que se han aportado datos en favor de ambos modelos, es permisible asumir que el apoyo social puede actuar sobre la salud a través de diversos tipos de mecanismos, no únicamente mediante un proceso de amortiguación del estrés.
La cuestión relativa a cómo el apoyo social amortigua el estrés se complementa con otra basada en cómo las relaciones disfuncionales perjudican el afrontamiento del estrés; en lugar de enfatizar las interacciones sociales que presumiblemente transmiten el apoyo social, Coyne y Downey (1991) resaltan el conflicto, la inhibición de comunicación y la falta de estabilidad en las relaciones íntimas, que reducen la percepción individual de apoyo.
Referencias
- Belloch, Sandín, Ramos Campos, and Sandín, Bonifacio. Manual De Psicopatología. 3ª edición. Madrid [etc.]: McGraw-Hill Interamericana De España, 2020. Print.