Daño cerebral y bilingüismo
Paradis (1995). No se ha encontrado una correlación entre patrones de recuperación y parámetros neurológicos, etiológicos, experimentales o lingüísticos: ni lugar, tamaño u origen de la lesión, tipo o gravedad de la afasia, tipo de bilingüismo, estructura lingüística o factores relacionados con la adquisición o el uso habitual de las lenguas. |
Albert Costa (2017). El patrón más frecuente es el paralelo, ya que en la mayoría de los bilingües existe un gran solapamiento en la representación cortical de sus lenguas y, además estas abarcaban amplias zonas cerebrales, por lo que hay muchas probabilidades de que el daño cerebral afecte a las dos lenguas en grados similares. |
La cuestión principal es si, ante una lesión cerebral causada por un traumatismo, un accidente cerebrovascular (ictus), un tumor, etc., se ven afectadas ambas lenguas por igual o, por el contrario, aparece un deterioro diferente en cada una de ellas. No parece muy habitual encontrar pacientes en los que una de las lenguas se vea mucho más afectada que la otra, teniendo por supuesto siempre en cuenta el grado de conocimiento de las dos lenguas previo al deterioro cerebral». El deterioro paralelo también se observa en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, aunque no excluye que existan casos con un deterioro diferencial.
Otra cuestión: cómo se recuperan dos lenguas en una persona bilingüe, una vez que han sido afectadas por una lesión cerebral. Michel Paradis (experto estudioso de las afasias bilingües), canadiense que propuso cinco patrones de recuperación (Paradis, 2001; Fabbro, 2013):
- Paralelo, cuando el paciente va recuperando sus funciones lingüísticas de forma similar en sus dos lenguas.
- Diferencial, si el paciente recupera una de las lenguas hasta un nivel próximo al que tenía antes de la lesión, mientras que la otra no.
- Antagonista, si a medida que una de las lenguas se va recuperando, la otra resulta más afectada.
- Recuperación sucesiva, si primero se recupera una lengua y a continuación se recupera la otra.
- Patrón de mezcla de lenguas, en el que ambos idiomas se mezclan involuntariamente al hablar, lo que dificulta su recuperación.
Actividad en el cerebro bilingüe
Perani y Abutalebi (2005). Los resultados experimentales muestran cosas distintas, dependiendo fundamentalmente de dos variables: la edad de adquisición de L2 y su dominio o uso: Cuando se trata de un bilingüe temprano y eficiente, o sea, que usa las dos lenguas con fluidez desde muy pequeño: una imagen cerebral sin ninguna área activa diferencial indica que la persona emplea las mismas áreas del cerebro para L1 y L2. Cuando se trata de un bilingüe tardío y poco eficiente en L2, las neuroimágenes indican que tiende a emplear zonas más amplias del cerebro para L2. Y también que el tipo de procesamiento de L2 es menos automático, más consciente y con mayor consumo de recursos cognitivos (y oxígeno) que el procesamiento de L1, que es altamente automático. En este último caso, las áreas diferenciales cambian si estamos hablando de procesamiento gramatical (aquí es muy importante la edad de adquisición de L2) o procesamiento semántico, de significados (aquí es más importante el uso y la competencia en L2). |
Control de las lenguas
Abutalebi y Green (2007). Tras revisar la bibliografía científica han propuesto un modelo del control lingüístico basado en una red cerebral que abarcaría cuatro estructuras. La red estaría asentada en el hemisferio izquierdo e implicaría áreas frontales y prefrontales, parietales, giro angular y ganglios basales. Estas áreas trabajarían de forma orquestada para mantener el control lingüístico, activando en cada momento la lengua que está en uso e inhibiendo la que no lo está. |
Las técnicas avanzadas de neuroimagen permiten registrar la actividad cerebral de personas sanas, en tiempo real, mientras llevan a cabo determinadas funciones mentales. Hay evidencia de que la estructura núcleo caudado izquierdo (ganglios basales) juega un papel clave en la selección del idioma en uso y el mantenimiento del control lingüístico. Si esa estructura queda dañada a consecuencia de una lesión cerebral, suele emerger el patrón de mezcla involuntaria de lenguas, y las neuroimágenes en personas sanas muestran una activación específica cuando hay cambio de lenguas.
Abutalebi y Green, 2007, tras revisar la bibliografía científica han propuesto un modelo del control lingüístico basado en una red cerebral que abarcaría cuatro estructuras:
- Cortex prefrontal: Estructura rectora que dirige las funciones ejecutivas y la toma de decisiones, selecciona unas respuestas e inhibe otra. Junto con el lóbulo parietal, participa en la memoria de trabajo.
- Lóbulo parietal inferior: Memoria de trabajo y mantenimiento de las representaciones mentales en estado activo.
- Cortex cingulado anterior: Interviene directamente en los procesos de atención selectiva. Monitoriza y detecta los conflictos, cuando hay dos informaciones o respuestas incompatibles (p.ej., no se puede decir a la vez cat y gato).
- Ganglios basales (especialmente el núcleo caudado). Selección de una lengua y su vocabulario. Participa también en el cambio de lengua.
Hay que señalar que gran parte de estas estructuras participan también en tareas generales de control ejecutivo, más allá de las lenguas.
Referencias
- Cuetos Vega, González Álvarez, Vega, and Vega, Manuel De. Psicología Del Lenguaje. 2ª Edición. ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana, 2020.
- PDF Profesor tutor Ángel J. Pozo García