Se sabe que la respuesta emocional ante palabras de una segunda lengua (L2) es menor que ante las mismas palabras en la lengua materna (L1), sobre todo si L2 se ha aprendido en un contexto académico poco vinculado a experiencias sociales o vivenciales. Esto sucede con las palabras tabú o malsonantes. Esta respuesta diferencial también se observa en medidas psicofisiológicas, y en la actividad cerebral. El significado de las palabras emocionales parece procesarse más lentamente y de forma más incompleta en L2 que en L1. El amortiguamiento emocional observado en L2 podría tener influencia a la hora de tomar ciertas decisiones.
El primer estudio que halló una relación entre la lengua utilizada (materna frente segunda lengua) y la toma de decisiones se publicó en la revista Psychological Science en 2012 y demostraba que, cuando la gente debe tomar una decisión, lo hace de manera más racional y se deja llevar menos por sesgos emocionales si el problema se plantea en una segunda lengua. En general, se sabe que el lenguaje de contenido emocional implica procesos corpóreos de “resonancia” en el cerebro emocional. ¿Se producen los mismos efectos de corporeidad en L2?
Opitz y Degner (2012). Registraron en el cerebro los potenciales evocados mientras los participantes recibían en orden aleatorio palabras de contenido emocional agradable, desagradable o neutro. Se sabe que la información emocional modula una onda de negatividad temprana posterior (EPN: early posterior negativity), en torno a los 200-300 milisegundos después de recibir el estímulo. En el estudio con bilingües, Opitz y Degner confirmaron una mayor amplitud de EPN para las palabras emocionales que para las neutras, tanto en L1 como en L2. Sin embargo, el pico de la onda EPN se alcanzó antes en L1 que en L2, lo que indica un retraso del procesamiento emocional en L2. |
Baumeister et al. (2017). En otro experimento se registró la actividad de algunos músculos faciales mientras los participantes clasificaban palabras de contenido agradable, desagradable o neutro tanto en L1 como en L2. La actividad electromiográfica del músculo cigomático (que interviene en expresiones como la sonrisa) fue mayor en las palabras agradable que en las desagradables o neutras en ambas lenguas, indicando una actividad corpórea relacionada con las emociones positivas. Sin embargo, la reacción del cigomático se inició antes y permaneció más tiempo ante las palabra agradables en L1 que en L2, indicando de nuevo un retardo en el procesamiento emocional. Más aún, el músculo corrugador de la frente (responsable de fruncir el ceño) se activó ante las palabras desagradables pero sólo en L1, de modo que la activación emocional negativa parece bloquearse en L2. |
Decisiones morales
Albert Costa (2014). En un experimento se plantea un dilema moral clásico; concretamente, una versión del problema del tren propuesto originalmente por Thomson (1985). Un tren se acerca muy rápido a cinco personas que están en la vía. El tren tiene los frenos estropeados y no puede parar, a no ser que un objeto pesado sea lanzado a la vía. Tú estás en un puente sobre la vía y hay un hombre muy gordo cerca de ti. La única forma de parar el tren es empujar al hombre sobre la vía, matándolo a él para salvar a las cinco personas. Este dilema exige matar a una persona para salvar a cinco. La mayoría de la gente prefiere la opción pasiva de no hacer nada (aunque mueran cinco personas) y sólo unos pocos optan por la acción de causar directamente una muerte para evitar cinco (opción utilitarista). Matar a una persona, aunque sea con un fin loable, tiene un coste emocional muy alto y pesa más que el cálculo frío contable. En el estudio de Costa et al. comprobaron con sorpresa que esta decisión dependía de la lengua en que se plantea el dilema: • En la lengua materna, sólo el 17 % decidía causar la muerte. • En la segunda lengua, el porcentaje subía hasta el 40 %. • Si el dominio de la segunda lengua era deficiente, la proporción era aún superior. |
Decisiones económicas
Otros estudios que han desvelado la influencia del idioma en la adopción de decisiones que implican distintos niveles de riesgo en problemas económicos de pérdidas y ganancias, y los resultados van en el mismo sentido: cuando los problemas se plantean en la segunda lengua, las respuestas tienen a ser más racionales gracias a la reducción del componente emocional. Una explicación alternativa podría ser la carga cognitiva. Usar una segunda lengua, sobre todo si su dominio no es perfecto, es más costoso desde el punto de vista cognitivo, requiere más atención y se procesa más lentamente; y esta carga cognitiva favorecía decisiones asentadas en el razonamiento más que en una respuesta intuitiva rápida.
Costa et al. (2015). En un experimento incorporan el Test de Reflexión Cognitiva de de Frederick, 2005, que se compone de tres cuestiones que sugieren una respuesta rápida, pero equivocada: 1-. Un bate y una pelota cuestan 1,10 euros en total. El bate cuesta 1 euro más que la pelota, ¿Cuánto cuesta la pelota? __ céntimos (la respuesta errónea es 10 céntimos). 2-. Si 5 máquinas tardan 5 minutos en fabricar 5 teclados, ¿Cuánto tardarán 100 máquinas en fabricar 100 teclados? __ minutos (la respuesta errónea es 100 minutos). 3-. En un lago hay un área con flores. Cada día el área dobla su tamaño. Si el área tarda 48 días en cubrir todo el lago, ¿Cuántos días tardará el área en cubrir la mitad del lago? __ días (la respuesta errónea es 24 días). Al reflexionar más detenidamente, se advierte que las respuestas correctas son 5 céntimos, 5 minutos y 47 días, respectivamente. ¿Dependerá el número de aciertos de la lengua en que se plantea el test?. La respuesta es no. Los aciertos son similares tanto para la lengua materna como para la segunda lengua; por tanto, la carga cognitiva no influye n el resultado. Repárese que aquí apenas hay carga emocional, puesto que no hay nada importante en juego (vidas, ganancias, pérdidas), y, en consecuencia, no emergen diferencias; éstas diferencias solamente surgen cuando media un componente emocional significativo. De este modo, la hipótesis más plausible del efecto de la lengua sobre la toma de decisiones reside en la explicación emocional. |
Referencias
- Cuetos Vega, González Álvarez, Vega, and Vega, Manuel De. Psicología Del Lenguaje. 2ª Edición. ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana, 2020.
- PDF Profesor tutor Ángel J. Pozo García