D E M O C R A T O P I A

BILINGÜISMO

VERSIÓN 1.0

INTRODUCCIÓN

François Grosjean (2010). La etiqueta «bilingüe» hará referencia por extensión tanto a dos como más lenguas, salvo que se especifique lo contrario.
François Grosjean (2010). Bilingües son aquellas personas que usan dos o más lenguas (o dialectos) en sus vidas cotidianas.

Más de la mitad de la población mundial es bilingüe. Los movimientos migratorios y la globalización propiciada por las políticas neoliberales han favorecido la extensión del bilingüismo o multilingüismo a escala planetaria. En Europa (Eurobarometer, 2012) el 54% de los habitantes puede sostener una conversación en una segunda lengua y esta proporción asciende hasta el 74% entre los más jóvenes. Si decimos que una persona es bilingüe, por ejemplo, en castellano-euskera, significa que su lengua materna o primera lengua (L1) es el castellano, y la segunda (L2), el Euskera. En el caso contrario, diríamos que es bilingüe en euskera-castellano.

¿Por qué no utilizar el término «multilingüismo» con carácter general? Por dos razones:

  1. Porque mucha gente sólo conoce dos lenguas y resultaría extraño denominarles multilingües.
  2. Porque el término bilingüe se utiliza mucho más que el de multilingüe.
Mitos sobre el bilinguismo

Sólo una minoría de bilingües tiene un conocimiento perfecto de ambos idiomas. La mayoría de las
personas posee distintos grados de dominio de cada una de las lenguas. Se puede tener una gran fluidez y un vocabulario muy rico en una lengua y, al mismo tiempo, pronunciarla con un marcado acento extranjero, si ésta se aprendió después de cierta edad.

El escritor Joseph Conrad (1857-1924), un gran novelista en lengua inglesa del siglo XX, era de origen polaco y hasta el final de sus días conservó un fuerte acento polaco al hablar en inglés, pues lo había aprendido relativamente tarde.

Desde el punto de vista fonético, la edad de adquisición de una segunda lengua es un factor importante, aun cuando por lo demás se haya alcanzado una buena competencia lingüística. El bilingüismo es un fenómeno extendido y cada vez es más común la existencia de parejas de distintas procedencias lingüísticas.

PROCESAMIENTO BILINGÜE

La experiencia diaria nos muestra que, en la práctica, un bilingüe puede manejar un léxico sin problemas mientras mantiene «a raya» (inhibido) el otro, sin apenas intromisiones entre ambos. Durante bastante tiempo se tendió a pensar en modelos teóricos multialmacén (cada vocabulario estaría en un almacén distinto) y los mecanismos de acceso se dirigirían únicamente al almacén que estaba en uso; el otro almacén quedaría como «durmiente», sin intervenir. Sin embargo, la evidencia acumulada en los últimos años hace pensar más en un modelo de almacén único o integrado, donde convivirían ambos vocabularios en el mismo «compartimento».

¿Qué evidencias hay al respecto?

Efectos léxicos translingüísticos

Cuando una persona monolingüe procesa una palabra, se activan en su mente varias palabras en paralelo. Es un proceso callado que sucede en un plazo de 100-200 milisegundos y del que no es consciente el sujeto. Esto lo sabemos bien, gracias a multitud de experimentos con la técnica del priming.

Cuando una persona bilingüe procesa una palabra, ambos vocabularios funcionan como si estuvieran integrados en un mismo almacén, y el cerebro no se confunde porque sus representaciones quizá se conservan neuralmente diferenciadas ,o el contexto fonético y gramatical las diferencia.

Experimento típico para estudiar el acceso al léxico en personas bilingües: Emplean palabras homógrafas (se escriben igual) y homófonas (suenan igual en ambas lenguas), pero corresponden a palabras distintas, con significados distintos. También utilizan cognados, o palabras idénticas o semejantes en ambos idiomas, con el mismo origen etimológico y que tienen en común parte de su forma y significado (chocolate en inglés y castellano).

Thierry y Wu (2007). Un estudio revelador sobre juicios semánticos. Quienes no encontraron diferencias en los tiempos de reacción, sin embargo, la actividad bioeléctrica cerebral (registrada mediante la técnica de los potenciales evocados) se vio alterada y era diferente entre pares de palabras equivalentes parecidas que entre los pares con equivalentes no parecidos, (concretamente, el componente N400). Así que la lengua no utilizada en la tarea (chino) ejercía cierta influencia, aunque fuera sutil.
Ton Dijkstra y Cols. (2018). Sus experimentos demuestran que los vecinos de la otra lengua también se activan e influyen al procesar las palabras, aparentemente sin fronteras léxicas entre los idiomas.
Dijkstra y van Heuden (2018). La mayoría de los trabajos experimentales muestran que todas estas clases de palabras, cuando se las compara con palabras de control, ejercen un efecto translingüístico, a veces facilitador y otras veces de interferencia, dependiendo del contexto experimental y el tipo de tarea. Es decir, cuando un hablante bilingüe emplea una de las lenguas que conoce, la otra lengua no permanece completamente apagada o dormida, sino que ejerce un cierto grado de influencia, la mayoría de las veces de forma automática e inconsciente.

Control lingüístico

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Ejemplos de estímulos en una tarea de cambio de lengua (Language switch). Según el color del recuadro (verde o rojo, aquí representados como claro u oscuro), el participante debe nombrar rápidamente el dibujo en una lengua u otra.

Un campo de investigación activo es el que pretende comprender los mecanismos de control lingüístico; es decir, cómo las personas bilingües, al comunicarse en modo monolingüe (con un hablante monolingüe), activan sólo una lengua y mantienen inactiva o inhibida la otra, evitando intrusiones entre ambas.

Hay varias técnicas experimentales para estudiar esta cuestión, aunque la mayoría son variantes de las que se emplean con hablantes monolingües. Destacauna en particular, conocida como cambio de lengua (language switching). Es sencilla, pero muy útil. En una pantalla van apareciendo dibujos de objetos y el participante debe nombrarlos lo más rápidamente
posible, por lo que la variable dependiente principal es el tiempo de reacción.
Particularidad: los dibujos aparecen dentro de un recuadro (rojo-verde) y el sujeto debe nombrarlos en una lengua u otra según el color del recuadro. Cada vez que hay un cambio de lengua ocurre, como cabe esperar, un retraso en la respuesta (mayor tiempo de reacción), porque además del tiempo de búsqueda mental del nombre hay un cambio de código lingüístico. ¿Qué produce mayor retraso: pasar de L1 a L2 o pasar de L2 a L1? Todos los experimentos indican que el cambio de lengua tiene un coste asimétrico; se tarda más tiempo en pasar de L2 a L1 que viceversa. Explicación: Mientras nombraba con la L2 (más débil) tuvo que inhibir la lengua dominante, y son procesos de gran coste cognitivo. Volver a activarla cuando viene el cambio es más costoso que se tratara de la lengua L2, (más débil). A partir de aquí los psicolingüistas debaten sobre la naturaleza de esos mecanismos de control inhibitorio de una lengua, que probablemente son los mismos que empleamos en situaciones naturales (cuando un bilingüe habla en una lengua e inhibe la otra. De hecho, este coste asimétrico también se da en tareas atencionales no lingüísticas.

Costa y Santesteban (2004). Una consecuencia de la explicación del coste asimétrico es que, si el hablante disfruta de un bilingüismo muy equilibrado, esta asimetría se verá reducida y apenas habrá diferencia entre el paso L1-L2 y el L2-L1; y eso es exactamente lo que ocurre.

EFECTOS COGNITIVOS DEL BILINGÜISMO

Beneficios cognitivos del bilingüismo

Sampietro (2011). En el Congreso de Luxemburgo de 1928, organizado por el «Bureau International de Education pour étude des problemes du bilinguisme a age scolaire», se concluyó que el bilingüismo era una especie de plaga a la que habría que poner remedio, por sus efectos perniciosos sobre la inteligencia y el rendimiento escolar, o incluso sobre la personalidad. Aunque en el manual no se menciona creo que es evidente que hay un importante sesgo ideológico (el bilingüismo es un ataque a la unidad de la nación, se empieza hablando un idioma diferente y en unos años quieren ser un estado independiente).
Elizabeth Peal y Wallace E. Lamben (1962). En su investigación esperaban encontrar peores resultados en los hablantes, bilingües, en consonancia con la bibliografía anterior, y su propósito era identificar los componentes más deficitarios para desarrollar estrategias compensatorias. La selección de la muestra, 164 escolares, se llevó a cabo con gran rigor metodológico para evitar la incidencia de factores extralingüísticos. Cuando se analizaron los datos, los resultados fueron sorprendentes: los niños bilingües presentaron mejores puntuaciones en las pruebas de inteligencia, tanto verbales como no-verbales, y parecían poseer una estructura intelectual más flexible.

En las primeras décadas del siglo xx, el bilingüismo era visto como algo perjudicial que creaba confusión en la mente y dificultaba el aprendizaje. Los primeros estudios comparativos tenían importantes fallos metodológicos, en particular al seleccionar las muestras de hablantes. El trabajo de Peal y Lambert, 1962, fue el primero en descubrir que los hablantes bilingües parecían tener ventajas cognitivas en comparación con los monolingües (Sampietro, 2011). A partir de entonces, se sucederían otras investigaciones con resultados similares. La aparente ventaja cognitiva del bilingüismo se focaliza principalmente en dos campos: tareas de control ejecutivo y un cierto efecto protector ante el declive cognitivo causado por enfermedades neurodegenerativas, en particular la enfermedad de Alzheimer y la demencia senil.

Control ejecutivo y bilingüismo
Ellen Bialystock y Michelle Martin (2004). Obtuvieron unos datos inesperados (2004). Con una tarea de ordenar cartas a niños de 4 a 6 años de edad Descubrieron dos cosas: 1). Los mayorcitos lo hicieron mejor que los pequeños, como cabria esperar, y 2). Lo más sorprendente es que, para la misma edad, los niños bilingües lo hicieron mejor que los monolingües.
Bialystock y col. (2004). Experimento con sujetos de todas las edades, empelaron el efecto Simon. Los participantes deben responder, por ejemplo, a un círculo verde pulsando un botón con la mano izquierda y a un círculo rojo pulsando otro botón con la mano derecha. El problema es que el círculo puede aparecer a un lado u otro de la pantalla, de manera que hay ensayos congruentes, en los que el estímulo está en el mismo lado donde debe darse la respuesta, y ensayos incongruentes, en los que el estímulo está en el lado opuesto al de la respuesta. Los tiempos de reacción son más lentos en los incongruentes, ya que hay dos informaciones en conflicto (lado físico del estímulo y lado de la respuesta indicado por el color). Los datos de estos ensayos incongruentes mostraron que los sujetos bilingües fueron más rápidos que los monolingües en todas las edades, salvo en los jóvenes adultos universitarios, en los que el rendimiento fue óptimo para unos y otros. Las mayores diferencias a favor de los bilingües se daban antes de la pubertad y después de los 40 años, probablemente porque las redes cerebrales que manejan los conflictos de información bien no habían madurado, bien habían iniciado ya el declive normal de la edad.
Costa, Hernández y Sebastián-Gallés (2008). Emplearon una variante de la tarea de los flancos. Participaron un total de 200 estudiantes universitarios, 100 monolingües y 100 bilingües (catalán-castellano). Lógicamente, la condición incongruente fue la más difícil y la que dio tiempos más lentos para todo el mundo; pero, de nuevo, los bilingües se condujeron mejor que los monolingües. Es decir, el conflicto entre informaciones contradictorias presentes en el estímulo perjudicaba menos a los bilingües que a los monolingüe.
Duñabeitia et al. (2014). Compararon a 252 niños bilingües (euskera-castellano) con 252 niños monolingües (castellano) en las tareas Simon y de flancos, sin encontrar diferencias significativas.

Muchos experimentos sugieren que las personas bilingües podrían ser más eficientes que las monolingües en tareas de control ejecutivo. Una tarea típica es aquella en la que existe un conflicto entre dos informaciones y hay que atender sólo a una, inhibiendo la otra. El hecho de que los hablantes bilingües tengan que controlar dos lenguas al hablar (cambiando de una lengua a otra, e inhibiendo en cada momento la que no está en uso) puede llevar a un desarrollo más eficiente de los procesos cerebrales de control atencional. Parece que el control de dos idiomas descansa, hasta cierto punto, en las mismas redes neuronales que controlan la atención con carácter general. Pero en los últimos años han salido estudios y no han hallado la supuesta ventaja de los bilingües en tareas de tipo atencional. Hay autores que plantean que quizá ha habido un cierto sesgo de publicación a favor de los trabajos con resultados positivos. Y no publicar trabajos con resultados nulos. Y otros autores consideran que los humanos hacemos un uso continuo e intensivo del sistema atencional en la vida diaria, seamos o no bilingües, y el hecho de hablar dos lenguas poco puede añadir al funcionamiento de dicho sistema.

Efecto protector ante el declive cognitivo
Craik, Bialystok y Freedman (2007). En un conjunto de 228 personas con demencia senil, los bilingües presentaron los primeros síntomas una media de 4 años después que los monolingües.
Craik, Bialystok y Freedman (2010). Analizaron 211 pacientes diagnosticados de enfermedad de Alzheimer, 109 eran monolingües, 102 bilingües desde la infancia. Al examinar las historias médicas, constataron dos cosas: Una, los primeros signos de enfermedad aparecieron más tarde que en los monolingües, con un promedio de 5,1 años y dos, el diagnóstico firme de Alzheimer también fue más tardío en los bilingües, 4,3 años después, que en los monolingües. Los científicos se aseguraron que este resultado no se debía a otras circunstancias, como la edad, nivel educativo, estatus profesional o pasado migratorio, así que cualquier diferencia observada fuera atribuible sólo a su realidad lingüística. Esta precaución es ineludible si comparamos dos grupos humanos para estudiar el efecto de una variable determinada: (Cerciorarse de que los resultados no se ven influidos por cualquier otra variable que pudiera actuar inadvertidamente).
Ellen Bialystok (2011). Cuando te mueves entre países, te encuentras con diferencias nacionales de prosperidad, educación, circunstancias sociales, salud, etc., que contribuyen, por ejemplo, a un envejecimiento más o menos sano, así que encontrar una diferencia entre dos naciones es muy difícil.

¿A que se debe ese notable retraso en la aparición del Alzheimer o de la demencia senil en las personas bilingües? Los autores sugieren que el hecho de hablar dos lenguas y usarlas de forma regular a lo largo de la vida, día tras día, cambiando de una a otra según las situaciones, supondría algo así como una ración extra de ejercicio mental que, luego, ayudaría a mantener a raya por más tiempo el deterioro cognitivo. No creen que la enfermedad de Alzheimer surja en realidad más tarde en los bilingües, sino que sus estragos empezarían a notarse después. Lo que conduce al concepto de “reserva cognitiva”, o la capacidad del cerebro para resistir una agresión antes de que se manifiesten los primeros signos de deterioro mental. En líneas generales, el beneficio del bilingüismo contra el declive cognitivo parece confirmarse, si bien el tamaño del efecto varía considerablemente. No obstante, algunas investigaciones no han observado ventajas de los bilingües en el declive cognitivo. Y en metaanálisis recientes e reclama prudencia a la hora de generalizar los resultados positivos.

Costes cognitivos del bilingüismo

Ivanova y Costa (2008). En un estudio representativo usaron la tarea de denominación de dibujos, cuyos ensayos consisten en decir lo más rápido posible el nombre de un dibujo presentado en una pantalla. Participaron hablantes monolingües del castellano y bilingües fluidos de dos tipos: bilingües castellano-catalanes, cuya lengua primera o dominante (L1) era el castellano, y bilingües catalán-castellano, cuya primera lengua era el catalán y, por tanto, el castellano su segunda lengua (L2). La prueba se hizo en castellano y los estímulos (dibujos) se repetían a lo largo de la sesión. Los tiempos de reacción mostraron que los monolingües fueron más rápidos que los bilingües. (…). Así que, en general, los hablantes monolingües tardaban unas decenas de milisegundos menos en localizar la palabra en su mente que los demás. Una explicación posible, aunque quizá no la única, tendría que ver con la frecuencia de uso de las palabras. La frecuencia léxica es una variable poderosa que influyen en los tiempos de acceso a nuestro “diccionario” mental: las palabras más frecuentes arrojan siempre tiempos más cortos que las menos frecuentes. Como los bilingües reparten su tiempo entre dos idiomas, por pura aritmética cada palabra ha sido usada menos veces que las palabras de un monolingüe, cuyo uso se concentra en su totalidad n las palabras de un único idioma.
Bialystok, Luk, Peers y Yang (2010). Macroestudio con más de 1.700 niños, de 3 a 10 años de edad, para explorar su vocabulario receptivo (las palabras que comprendían) mediante una prueba estándar conocida: el test Peabody. En esa prueba, se le dice al niño una palabra y éste debe señalar el dibujo correcto entre varios; se empieza con palabras fáciles y sencillas, y se va aumentando en dificultad. 738 niños eran monolingües del inglés y 966 bilingües. Los resultados del test mostraron de forma consistente a lo largo de todas las edades, que los monolingües sacaban más puntuación que los bilingües, ambos en inglés. Al analizar el tipo de vocabulario, vieron que esta disparidad no era lo mismo para todas las palabras. Los términos asociados al colegio no presentaban diferencias entre los dos grupos, pero sí aparecían en los términos de uso familiar.
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Vocabulario de niños bilingües y monolingües de 3 a 10 años de edad. Puntuaciones en el test Peabody. Estudio canadiense con una muestra de más de 1.700 niños. Adaptado de Bialystok et al. (2010).
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Tiempos de reacción (milisegundos) al nombrar dibujos en castellano, en función de las repeticiones de los estímulos. Los tiempos más cortos son para los monolingües, seguidos de los bilingües con el castellano como lengua dominante: bilingües [L 1]; y los bilingües con el castellano como segunda lengua: bilingües [L2]. Adaptado de lvanova y Costa (2008).

Los niños y niñas que aprenden dos lenguas desde el nacimiento siguen las mismas etapas que los monolingües; pero podrían usar diferentes estrategias en la adquisición del lenguaje y generalmente tienen un vocabulario más pequeño en cada lengua que el que tienen los monolingües para su única lengua. La ciencia ha demostrado que el desarrollo bilingüe tiene lugar de la misma forma y sin aparente esfuerzo por parte del niño, igual que los monolingües. En cualquier caso, las diferencias encontradas, en términos absolutos, son de escasa entidad y requieren experimentos de gran precisión para ponerlas de manifiesto; de modo que su incidencia práctica en las situaciones naturales de la vida es mínima.

BASES NEUROLÓGICAS DEL BILINGÜISMO

¿Cómo conviven dos o más lenguas en un mismo cerebro?

Daño cerebral y bilingüismo

Paradis (1995). No se ha encontrado una correlación entre patrones de recuperación y parámetros
neurológicos, etiológicos, experimentales o lingüísticos: ni lugar, tamaño u origen de la lesión,
tipo o gravedad de la afasia, tipo de bilingüismo, estructura lingüística o factores relacionados con la adquisición o el uso habitual de las lenguas.
Albert Costa (2017). El patrón más frecuente es el paralelo, ya que en la mayoría de los bilingües existe un gran solapamiento en la representación cortical de sus lenguas y, además estas abarcaban amplias zonas cerebrales, por lo que hay muchas probabilidades de que el daño cerebral afecte a las dos lenguas en grados similares.

La cuestión principal es si, ante una lesión cerebral causada por un traumatismo, un accidente cerebrovascular (ictus), un tumor, etc., se ven afectadas ambas lenguas por igual o, por el contrario, aparece un deterioro diferente en cada una de ellas. No parece muy habitual encontrar pacientes en los que una de las lenguas se vea mucho más afectada que la otra, teniendo por supuesto siempre en cuenta el grado de conocimiento de las dos lenguas previo al deterioro cerebral». El deterioro paralelo también se observa en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, aunque no excluye que existan casos con un deterioro diferencial.

Otra cuestión: cómo se recuperan dos lenguas en una persona bilingüe, una vez que han sido afectadas por una lesión cerebral. Michel Paradis (experto estudioso de las afasias bilingües), canadiense que propuso cinco patrones de recuperación (Paradis, 2001; Fabbro, 2013):

  • Paralelo, cuando el paciente va recuperando sus funciones lingüísticas de forma similar en sus dos lenguas.
  • Diferencial, si el paciente recupera una de las lenguas hasta un nivel próximo al que tenía antes de la lesión, mientras que la otra no.
  • Antagonista, si a medida que una de las lenguas se va recuperando, la otra resulta más afectada.
  • Recuperación sucesiva, si primero se recupera una lengua y a continuación se recupera la otra.
  • Patrón de mezcla de lenguas, en el que ambos idiomas se mezclan involuntariamente al hablar, lo que dificulta su recuperación.

Actividad en el cerebro bilingüe

Perani y Abutalebi (2005). Los resultados experimentales muestran cosas distintas, dependiendo fundamentalmente de dos variables: la edad de adquisición de L2 y su dominio o uso: Cuando se trata de un bilingüe temprano y eficiente, o sea, que usa las dos lenguas con fluidez desde muy pequeño: una imagen cerebral sin ninguna área activa diferencial indica que la persona emplea las mismas áreas del cerebro para L1 y L2. Cuando se trata de un bilingüe tardío y poco eficiente en L2, las neuroimágenes indican que tiende a emplear zonas más amplias del cerebro para L2. Y también que el tipo de procesamiento de L2 es menos automático, más consciente y con mayor consumo de recursos cognitivos (y oxígeno) que el procesamiento de L1, que es altamente automático. En este último caso, las áreas diferenciales cambian si estamos hablando de procesamiento gramatical (aquí es muy importante la edad de adquisición de L2) o procesamiento semántico, de significados (aquí es más importante el uso y la competencia en L2).

Control de las lenguas

Abutalebi y Green (2007). Tras revisar la bibliografía científica han propuesto un modelo del control lingüístico basado en una red cerebral que abarcaría cuatro estructuras. La red estaría asentada en el hemisferio izquierdo e implicaría áreas frontales y prefrontales, parietales, giro angular y ganglios basales. Estas áreas trabajarían de forma orquestada para mantener el control lingüístico, activando en cada momento la lengua que está en uso e inhibiendo la que no lo está.
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Red cerebral responsable del control de Lenguas en un cerebro bilingüe, de acuerdo con el modelo de Abutalebi y Green (2007). Adaptado de Abutalebi y Green (2007).

Las técnicas avanzadas de neuroimagen permiten registrar la actividad cerebral de personas sanas, en tiempo real, mientras llevan a cabo determinadas funciones mentales. Hay evidencia de que la estructura núcleo caudado izquierdo (ganglios basales) juega un papel clave en la selección del idioma en uso y el mantenimiento del control lingüístico. Si esa estructura queda dañada a consecuencia de una lesión cerebral, suele emerger el patrón de mezcla involuntaria de lenguas, y las neuroimágenes en personas sanas muestran una activación específica cuando hay cambio de lenguas.

Abutalebi y Green, 2007, tras revisar la bibliografía científica han propuesto un modelo del control lingüístico basado en una red cerebral que abarcaría cuatro estructuras:

  • Cortex prefrontal: Estructura rectora que dirige las funciones ejecutivas y la toma de decisiones, selecciona unas respuestas e inhibe otra. Junto con el lóbulo parietal, participa en la memoria de trabajo.
  • Lóbulo parietal inferior: Memoria de trabajo y mantenimiento de las representaciones mentales en estado activo.
  • Cortex cingulado anterior: Interviene directamente en los procesos de atención selectiva. Monitoriza y detecta los conflictos, cuando hay dos informaciones o respuestas incompatibles (p.ej., no se puede decir a la vez cat y gato).
  • Ganglios basales (especialmente el núcleo caudado). Selección de una lengua y su vocabulario. Participa también en el cambio de lengua.

Hay que señalar que gran parte de estas estructuras participan también en tareas generales de control ejecutivo, más allá de las lenguas.

BILINGÜISMO, EMOCIONES Y TOMA DE DECISIONES

Se sabe que la respuesta emocional ante palabras de una segunda lengua (L2) es menor que ante las mismas palabras en la lengua materna (L1), sobre todo si L2 se ha aprendido en un contexto académico poco vinculado a experiencias sociales o vivenciales. Esto sucede con las palabras tabú o malsonantes. Esta respuesta diferencial también se observa en medidas psicofisiológicas, y en la actividad cerebral. El significado de las palabras emocionales parece procesarse más lentamente y de forma más incompleta en L2 que en L1. El amortiguamiento emocional observado en L2 podría tener influencia a la hora de tomar ciertas decisiones.

El primer estudio que halló una relación entre la lengua utilizada (materna frente segunda lengua) y la toma de decisiones se publicó en la revista Psychological Science en 2012 y demostraba que, cuando la gente debe tomar una decisión, lo hace de manera más racional y se deja llevar menos por sesgos emocionales si el problema se plantea en una segunda lengua. En general, se sabe que el lenguaje de contenido emocional implica procesos corpóreos de “resonancia” en el cerebro emocional. ¿Se producen los mismos efectos de corporeidad en L2?

Opitz y Degner (2012). Registraron en el cerebro los potenciales evocados mientras los participantes recibían en orden aleatorio palabras de contenido emocional agradable, desagradable o neutro. Se sabe que la información emocional modula una onda de negatividad temprana posterior (EPN: early posterior negativity), en torno a los 200-300 milisegundos después de recibir el estímulo. En el estudio con bilingües, Opitz y Degner confirmaron una mayor amplitud de EPN para las palabras emocionales que para las neutras, tanto en L1 como en L2. Sin embargo, el pico de la onda EPN se alcanzó antes en L1 que en L2, lo que indica un retraso del procesamiento emocional en L2.
Baumeister et al. (2017). En otro experimento se registró la actividad de algunos músculos faciales mientras los participantes clasificaban palabras de contenido agradable, desagradable o neutro tanto en L1 como en L2. La actividad electromiográfica del músculo cigomático (que interviene en expresiones como la sonrisa) fue mayor en las palabras agradable que en las desagradables o neutras en ambas lenguas, indicando una actividad corpórea relacionada con las emociones positivas. Sin embargo, la reacción del cigomático se inició antes y permaneció más tiempo ante las palabra agradables en L1 que en L2, indicando de nuevo un retardo en el procesamiento emocional. Más aún, el músculo corrugador de la frente (responsable de fruncir el ceño) se activó ante las palabras desagradables pero sólo en L1, de modo que la activación emocional negativa parece bloquearse en L2.

Decisiones morales

Albert Costa (2014). En un experimento se plantea un dilema moral clásico; concretamente, una versión del problema del tren propuesto originalmente por Thomson (1985). Un tren se acerca muy rápido a cinco personas que están en la vía. El tren tiene los frenos estropeados y no puede parar, a no ser que un objeto pesado sea lanzado a la vía. Tú estás en un puente sobre la vía y hay un hombre muy gordo cerca de ti. La única forma de parar el tren es empujar al hombre sobre la vía, matándolo a él para salvar a las cinco personas. Este dilema exige matar a una persona para salvar a cinco. La mayoría de la gente prefiere la opción pasiva de no hacer nada (aunque mueran cinco personas) y sólo unos pocos optan por la acción de causar directamente una muerte para evitar cinco (opción utilitarista). Matar a una persona, aunque sea con un fin loable, tiene un coste emocional muy alto y pesa más que el cálculo frío contable. En el estudio de Costa et al. comprobaron con sorpresa que esta decisión dependía de la lengua en que se plantea el dilema:
• En la lengua materna, sólo el 17 % decidía causar la muerte.
• En la segunda lengua, el porcentaje subía hasta el 40 %.
• Si el dominio de la segunda lengua era deficiente, la proporción era aún superior.
fig13 06
Imagen que ilustra el dilema moral del tren, planteado originalmente por Thomson (1985).

Decisiones económicas

Otros estudios que han desvelado la influencia del idioma en la adopción de decisiones que implican distintos niveles de riesgo en problemas económicos de pérdidas y ganancias, y los resultados van en el mismo sentido: cuando los problemas se plantean en la segunda lengua, las respuestas tienen a ser más racionales gracias a la reducción del componente emocional. Una explicación alternativa podría ser la carga cognitiva. Usar una segunda lengua, sobre todo si su dominio no es perfecto, es más costoso desde el punto de vista cognitivo, requiere más atención y se procesa más lentamente; y esta carga cognitiva favorecía decisiones asentadas en el razonamiento más que en una respuesta intuitiva rápida.

Costa et al. (2015). En un experimento incorporan el Test de Reflexión Cognitiva de de Frederick, 2005, que se compone de tres cuestiones que sugieren una respuesta rápida, pero equivocada:
1-. Un bate y una pelota cuestan 1,10 euros en total. El bate cuesta 1 euro más que la pelota, ¿Cuánto cuesta la pelota? __ céntimos (la respuesta errónea es 10 céntimos).
2-. Si 5 máquinas tardan 5 minutos en fabricar 5 teclados, ¿Cuánto tardarán 100 máquinas en fabricar 100 teclados? __ minutos (la respuesta errónea es 100 minutos).
3-. En un lago hay un área con flores. Cada día el área dobla su tamaño. Si el área tarda 48 días en cubrir todo el lago, ¿Cuántos días tardará el área en cubrir la mitad del lago? __ días (la respuesta errónea es 24 días).
Al reflexionar más detenidamente, se advierte que las respuestas correctas son 5 céntimos, 5 minutos y 47 días, respectivamente. ¿Dependerá el número de aciertos de la lengua en que se plantea el test?. La respuesta es no. Los aciertos son similares tanto para la lengua materna como para la segunda lengua; por tanto, la carga cognitiva no influye n el resultado. Repárese que aquí apenas hay carga emocional, puesto que no hay nada importante en juego (vidas, ganancias, pérdidas), y, en consecuencia, no emergen diferencias; éstas diferencias solamente surgen cuando media un componente emocional significativo. De este modo, la hipótesis más plausible del efecto de la lengua sobre la toma de decisiones reside en la explicación emocional.

Referencias

  • Cuetos Vega, González Álvarez, Vega, and Vega, Manuel De. Psicología Del Lenguaje. 2ª Edición. ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana, 2020.
  • PDF Profesor tutor Pedro R. Montoro
  • PDF Profesor tutor Ángel J. Pozo García

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1 comentario en «BILINGÜISMO»

  1. Este estudio es verdaderamente interesante, espero poder conocer más sobre esto, entonces el bilinguismo se puede considerar que se trata de personas que hablan perfectamente ambos idiomas y en la misma medida. ¡Muy interesante!

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