Introducción
Marvin Harris (1983). Nos habla de cómo en la tribu de los Etoro en Papúa (Nueva Guinea), se tiene la creencia de que el semen es la sustancia que da la vida. Puesto que según ellos las reservas de semen no son algo que se adquiere con el nacimiento ni pueden ser creadas por el propio cuerpo, este solo puede ser obtenido de otro hombre, lo que lleva a los muchachos etoro a establecer de manera habitual y socialmente admitida relaciones orales con hombres mayores para ser más viriles. |
Ballester y Gil (1995). El semen (semilla en latín) era un regalo de Dios, principio de vida y, por tanto, desperdiciarlo era un pecado miserable y una verdadera ofensa. Tanto era así que a partir del año 342, mantener relaciones con personas del mismo sexo podía llevar a la tortura e incluso a la muerte en la hoguera. |
OMS (2006). Define la salud sexual como un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Además señala que requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia. |
En pocos ámbitos del funcionamiento de los seres humanos donde se puede encontrar más heterogeneidad, más diversidad y más riqueza que en la sexualidad. Por un lado, existe una pulsión sexual inherente a todos los animales, una pulsión difícil de negar, de ocultar o de reprimir, de manera que el placer sexual constituye un importante reforzador primario. Por otro lado, somos «animales sociales» y esto hace que esa pulsión se vea filtrada y moldeada por los condicionamientos sociales y culturales, de manera que nuestro comportamiento sexual tiene una buena parte de «producto cultural».
Resulta muy complejo hablar de lo que es normal y patológico en la sexualidad humana. Quizás uno de los conceptos que más daño han hecho en la historia de la sexualidad ha sido el de «lo natural». Así, durante siglos se ha dicho que la masturbación o la homosexualidad eran antinaturales. Teólogos de la iglesia como san Agustín (siglo IV) o santo Tomás de Aquino (siglo XIII) dieron forma a la idea de que cualquier acto sexual que no estuviera encaminado a la procreación era contrario a la naturaleza y, por tanto, pecaminoso. Tanto era así que a partir del año 342, mantener relaciones con personas del mismo sexo podía llevar a la tortura e incluso a la muerte en la hoguera.
El argumento de lo antinatural nunca ha tenido demasiada solidez. Conocemos miles de especies animales que se masturban y tienen relaciones entre miembros del mismo sexo y es difícil decir de un animal que es antinatural o que se comporta así porque ha sufrido un trauma infantil. Por otro lado, la categoría de lo natural no tiene mucho sentido en el ser humano, una especie animal que crea su propia cultura y cuyos productos son siempre culturales, como la gastronomía, la moda o la literatura.
Una de las razones por las que, desde que la APA se manifestó en el año 1974 en contra de la categorización de la homosexualidad como una patología fue establecer el criterio de malestar subjetivo y de interferencia en la vida del individuo o de otras personas, como criterios únicos para delimitar lo normal de lo patológico. Sin embargo, no se sabe qué hacer con la consideración de aquellas personas con una orientación sexual homoerótica cuyos problemas o malestar subjetivo se derivaban no del hecho de ser homosexuales o bisexuales, sino del estrés que supone formar parte de lo que hoy denominamos «minorías sexuales».
En el ámbito de la sexualidad existen tantas «normas autoimpuestas» que no resulta raro apreciar niveles altos de malestar subjetivo, no porque algo es patológico en sí mismo, sino porque la persona comparte prejuicios con la sociedad a la que pertenece, mitos, estereotipos o simplemente desinformación. Los problemas que se entiende que pueden derivarse del ámbito de la sexualidad pueden tener que ver básicamente con la respuesta sexual en sí misma (disfunciones sexuales), el objeto de la atracción sexual (trastornos parafílicos) o el malestar con el género que se le atribuye a una persona a partir de sus rasgos biológicos cuando es diferente al género sentido (disforia de género). Evidentemente, puede haber otros muchos, como algunos complejos sexuales que pueden llegar a ser casi delirantes o formar parte de un trastorno dismórfico corporal, algunas obsesiones sexuales, la hipersexualidad, los efectos producidos por un abuso sexual o el malestar producido cuando una persona ha internalizado la homofobia imperante en en algunos colectivos de la sociedad.
Clasificación de los trastornos sexuales
En el DSM-IV-TR (APA, 2000), bajo la categoría amplia de «Trastornos sexuales y de la identidad sexual» se englobaban los trastornos sexuales (que en realidad hacen referencia a las disfunciones), las parafilias y los trastornos de la identidad sexual. Sin embargo, en el DSM-5 (APA, 2013) se establecen capítulos distintos para las Disfunciones sexuales (DS), los Trastornos parafílicos (TP) y la Disforia de género (DG). En la CIE-11, por su parte, en el Capítulo 17 y bajo la denominación de «Condiciones relacionadas con la salud sexual» se incluyen las Disfunciones sexuales, los Trastornos sexuales por dolor y la Discordancia de género, perteneciendo sin embargo, los Trastornos parafílicos al Capítulo 6 de «Trastornos mentales, del comportamiento y del neurodesarrollo».
DSM-IV-TR
Trastornos sexuales y de la identidad sexual
Trastornos sexuales
- Trastornos del deseo sexual:
- Deseo sexual hipoactivo
- Trastorno por aversión al sexo
- Trastornos de la excitación sexual:
- Trastorno de la erección en el hombre
- Trastorno de la excitación sexual en la mujer
- Trastornos orgásmicos:
- Trastorno orgásmico femenino
- Trastorno orgásmico masculino
- Eyaculación precoz
- Trastornos sexuales por dolor:
- Dispareunia (no debida a una enfermedad médica)
- Vaginismo (no debido a una enfermedad médica)
- Trastorno sexual debido a una enfermedad médica (un código específico para cada trastorno debido a…)
- Trastorno sexual inducido por sustancias
- Trastorno sexual no especificado
Parafilias
- Exhibicionismo
- Fetichismo
- Frotteurismo
- Pedofilia
- Masoquismo sexual
- Sadismo sexual
- Fetichismo travestista
- Voyeurismo
- Parafilia no especificada
Trastornos de la identidad sexual:
- Trastorno de la identidad sexual en la niñez
- Trastorno de la identidad sexual en la adolescencia o en la vida adulta
- Trastorno de la identidad sexual no especificado
- Trastorno sexual no especificado
DSM-5
(en capítulos independientes)
Disfunciones sexuales
- Trastorno de deseo sexual hipoactivo en el varón
- Trastorno eréctil
- Trastorno del interés/excitación sexual femenino
- Trastorno orgásmico femenino
- Eyaculación retardada
- Eyaculación prematura (precoz)
- Trastorno de dolor genito-pélvico/ penetración
- Disfunción sexual inducida por sustancias/medicamentos
- Otra disfunción sexual especificada
- Disfunción sexual no especificada
Trastornos parafílicos
- Trastorno de voyeurismo
- Trastorno de exhibicionismo
- Trastorno de frotteurismo
- Trastorno masoquismo sexual
- Trastorno de sadismo sexual
- Trastorno de pedofilia
- Trastorno de fetichismo
- Trastorno de travestismo
- Otro trastorno parafílico especificado
- Trastorno parafílico no especificado
Disforia de género
- Disforia de género en niños
- Disforia de género en adolescentes y adultos
- Otra disforia de género especificada
- Disforia de género no especificada
CIE-II
Condiciones relacionadas con la salud sexual
Disfunciones sexuales
- Disfunción por deseo sexual hipoactivo
- Disfunciones de la excitación sexual
- Disfunciones orgásmicas
- Disfunciones eyaculatorias
- Otras disfunciones sexuales especificadas
- Disfunciones sexuales sin especificación
Trastornos sexuales por dolor
- Trastorno por dolor asociado a la penetración
- Otros trastornos por dolor especificados
- Trastornos sexuales por dolor sin especificación
Trastornos parafílicos
- Trastorno exhibicionista
- Trastorno voyeurista
- Trastorno pedofílico
- Trastorno por sadismo sexual coercitivo
- Frotismo
- Otros trastornos parafílicos que involucran a personas sin su consentimiento
- Trastorno parafílico que involucra comportamientos en solitario o individuos que dieron su consentimiento
- Trastornos parafílicos, sin especificación
Referencias
- Belloch, Sandín, Ramos Campos, and Sandín, Bonifacio. Manual De Psicopatología. 3ª edición. Madrid [etc.]: McGraw-Hill Interamericana De España, 2020. Print.