Los manuales de los instrumentos de evaluación han evolucionado con el tiempo, incorporando cada vez más información relevante tanto sobre las normas de aplicación como sobre las buenas prácticas que deben seguirse para garantizar la validez y la precisión en la administración de las pruebas. Sin embargo, también han adquirido mayor conciencia sobre la importancia de considerar a las personas a las que se les aplicarán estas evaluaciones. A continuación, se detallan aspectos fundamentales que se encuentran presentes en estos manuales:
a) Establecimiento de un ambiente propicio: Se destaca la importancia de crear un ambiente adecuado durante la aplicación de las pruebas. Esto incluye considerar aspectos como la iluminación, la temperatura, el nivel de ruido y la prevención de interrupciones. Un ambiente tranquilo y cómodo contribuye a que la persona evaluada se sienta más relajada y concentrada.
b) Explicación del propósito y confidencialidad: Los evaluadores son instruidos para explicar claramente el objetivo de la evaluación a la persona que será evaluada. También se enfatiza la importancia de garantizar la confidencialidad de los resultados, asegurando que solo se compartirán con la propia persona evaluada o con quienes tengan su permiso.
c) Motivación y veracidad en las respuestas: Los evaluadores son alentados a motivar a las personas evaluadas para que participen activamente en el proceso y respondan con sinceridad. Se busca evitar respuestas sesgadas o poco honestas que puedan afectar la validez de los resultados.
d) Manejo del tiempo: En casos donde las pruebas tienen límites de tiempo para responder, se instruye a los evaluadores a indicar a los sujetos que den lo mejor de sí mismos sin generar ansiedad. Se busca encontrar un equilibrio para que la persona se sienta comprometida pero no abrumada.
e) Consideración de la edad: Si la persona evaluada es un niño, se subraya la importancia de proporcionar un entorno adecuado que incluya sillas y mesas ajustadas a su altura, de manera que se sientan cómodos y capaces de interactuar con los materiales. Se recomienda tener juegos disponibles en caso de necesitar una pausa.
f) Adaptación a necesidades especiales: Si la persona evaluada tiene alguna deficiencia sensorial o discapacidad, se enfatiza que el evaluador debe ajustarse a sus necesidades específicas para garantizar una evaluación justa y precisa.
g) Preparación meticulosa: Se instruye a los evaluadores para que preparen los materiales con anticipación, colocándolos en lugares adecuados en la mesa. Además, se destaca la importancia de que el evaluador no revele accidentalmente información relevante al sujeto, como respuestas correctas o anotaciones.
En todos los casos, se enfatiza que el psicólogo debe leer y estudiar a fondo el manual de la prueba que se aplicará. Esto incluye la preparación adecuada del lugar de administración y de los materiales necesarios. El seguimiento preciso de las instrucciones del manual garantiza que todas las personas evaluadas reciban las mismas y exactas indicaciones, lo que minimiza posibles errores del evaluador y evita sesgos en la evaluación, como la influencia de la deseabilidad social en las respuestas.
Imaginemos que un psicólogo está llevando a cabo una evaluación para medir la inteligencia de un niño de 10 años en su consulta. Para garantizar una evaluación válida y precisa, el psicólogo sigue las siguientes pautas:
- Creación de un ambiente propicio: El psicólogo ha preparado su consultorio de manera que sea acogedor y libre de distracciones. Asegura que la iluminación sea adecuada, la temperatura sea confortable y que haya silencio en la sala.
- Explicación del propósito y confidencialidad: Antes de comenzar, el psicólogo se comunica con el niño de una manera amigable y comprensible. Le explica que están realizando una evaluación para comprender sus habilidades y que los resultados serán confidenciales, compartidos solo con sus padres o tutores si él está de acuerdo.
- Motivación y veracidad en las respuestas: El psicólogo utiliza un lenguaje alentador para motivar al niño a hacer lo mejor que pueda durante la evaluación. Le asegura que no hay respuestas correctas o incorrectas y que lo más importante es que responda sinceramente.
- Manejo del tiempo: Si la prueba tiene límites de tiempo, el psicólogo le explica al niño que es importante trabajar con rapidez, pero sin sentirse presionado. Le da un ejemplo sencillo para que comprenda la noción de tiempo limitado.
- Consideración de la edad: El psicólogo ha preparado una mesa y sillas que se adaptan perfectamente al tamaño del niño. Asegura que el niño se siente cómodo y puede ver claramente los materiales.
- Adaptación a necesidades especiales: Si el niño tiene alguna necesidad especial, como dificultades visuales o auditivas, el psicólogo ha tomado medidas para adaptar la evaluación, como proporcionar ayudas visuales o utilizar un lenguaje específico.
- Preparación meticulosa: Antes de la evaluación, el psicólogo revisa el manual de la prueba, organiza los materiales de manera ordenada y se asegura de que estén fuera de la vista del niño.
Siguiendo estas pautas, el psicólogo crea un entorno propicio y una experiencia positiva para el niño durante la evaluación. Esto contribuye a que el niño se sienta relajado, motivado y capaz de responder con sinceridad, lo que, a su vez, aumenta la validez de los resultados de la evaluación.
En resumen, estos aspectos destacan la importancia de un enfoque cuidadoso y ético en la administración de instrumentos de evaluación psicológica, asegurando que se realicen en condiciones óptimas y de manera uniforme para obtener resultados válidos y confiables.
Fuentes de error de los instrumentos de evaluación psicológica
Los instrumentos de evaluación pueden presentar errores debidos a factores relacionados con los creadores de las pruebas, los evaluadores y los evaluados. Entre los errores relacionados con los creadores se encuentran: 1) problemas en el contenido de la prueba; 2) la falta de estabilidad en las puntuaciones a lo largo del tiempo; 3) las diferencias en la administración o corrección por diferentes evaluadores en momentos distintos.
En cuanto a los evaluados, es importante que el evaluador se asegure de que factores como el cansancio, el nerviosismo o la atención no influyan en los resultados de la evaluación, especialmente en evaluaciones con niños o personas mayores. Se debe planificar cuidadosamente la selección y orden de las pruebas para mantener la motivación de los evaluados.
Por parte del evaluador, además de poseer los conocimientos técnicos para aplicar, corregir e interpretar las pruebas, es esencial cuidar su propio estado físico y emocional. Tomar pequeños descansos entre evaluaciones y mantener una actitud tranquila y empática hacia los evaluados es crucial para evitar sesgos y obtener resultados precisos.
Se recomienda dedicar tiempo previo a las evaluaciones para centrarse y estar atento al momento presente. La meditación o el mindfulness pueden ser útiles para calmar la mente antes de comenzar. La comunicación no verbal, como la postura y la expresión facial, también juega un papel importante en la comunicación con los evaluados.
Finalmente, es esencial que los psicólogos utilicen sus habilidades y fortalezas intelectuales y emocionales, al tiempo que reconozcan y trabajen en sus propias debilidades. Esto generará confianza en los evaluados y facilitará una evaluación psicológica efectiva y profesional.
Referencias
- Moreno Rosset and Ramírez Uclés (2019) Evaluación psicológica : proceso, técnicas y aplicaciones en áreas y contextos. Madrid: Sanz y Torres.