En las sociedades actuales, el deporte especta?culo monopoliza, en muchos casos, nuestro tiempo de ocio. (Se ha convertido en un enorme negocio y en una herramienta muy utilizada por el poder económico para distraer la atención de la ciudadanía). Los espectadores son un factor de influencia relevante en la actuacio?n deportiva. En este sentido y debido a la alarma social que despierta, se prestara? especial atencio?n a la violencia que se desata entre los espectado res deportivos.
Fans y espectadores deportivos
La diferencia entre fan y espectador se encuentra, al parecer, en el grado de devocio?n por el jugador o por el equipo. Mientras que los espectadores asisten a un especta?culo deportivo o lo ven desde sus casas, los fans, adema?s, atribuyen un especial significado emocional a su afiliacio?n con el jugador o con el equipo de forma que uno u otro son elementos centrales de su identidad. Un espectador no es necesariamente un fan.
En una investigacio?n de Wann, Grieve, Zapalac y Pease (2008) se exploraron las diversas motivaciones de los fans (p. ej., entretenimiento, motivos este?ticos, afiliacio?n, etc.) en tres dimensiones de comparacio?n: deportes individuales frente a deportes de equipo , deportes agresivos frente a deportes no agresivos y deportes estili?sticos frente a deportes no estili?sticos. La motivacio?n este?tica resulto? ser la ma?s importante para explicar la preferencia por los deportes individuales, no agresivos y estili?sticos. En cambio, el entretenimiento y la afiliacio?n grupal son motivos que impulsan el gusto por los deportes de equipo, agresivos y no estili?sticos.
La formacio?n de la identidad de fan comienza con la socializacio?n que se desarrolla desde la infancia gracias a la familia y los amigos. En el caso de los fans que se encuentran identificados con su equipo, la derrota o la victoria afectan a su autoestima. Para protegerla, pueden utilizar distintas estrategias de auto- presentacio?n (Wann y Branscombe, 1991):
- Brillar con la gloria ajena (basking in reflected glory). Disminuyen la distancia entre ellos mismos y su equipo cuando este gana.
- Distanciarse del fracaso ajeno (cutting off reflected failure). Aumentan la distancia cuando perciben un fracaso .
Sin embargo, los hinchas ma?s ace?rrimos tienden a mantener su asociacio?n con el equipo aun cuando los resultados no sean satisfactorios. Las personas con alta identificacio?n muestran mayor tendencia a asociarse con su equipo cuando gana y menor tendencia a alejarse de e?l cuando pierde que las personas con baja identificacio?n (Wann y Branscombe, 1991).
Influencia del público en la actuación
deportiva
Los estudios sobre esta cuestio?n se han cen trado en la ventaja de jugar en casa, operacionalizada como el grado en que las victorias en el propio campo exceden el 50% de todos los partidos ganados a lo largo de la temporada (Schwartz y Barsky, 1977).
Coumeya y Carro?n (1992) proponen cuatro tipos de factores que podri?an condicionar el grado de ventaja del equipo local sobre el visitante:
- Factores relacionados con las multitudes. La influencia de la multitud parece ser la causa dominante de la ventaja de jugar en terreno propio .
- Factores relacionados con el aprendizaje o la familiaridad.
- Factores relacionados con los viajes.
- Factores relacionados con las reglas.
Greer (1983) estudio? el efecto que teni?a el comportamiento de la multitud (abucheos) sobre la actuacio?n de los equipos local y visitante. Encontro? que, tras episodios de protestas del pu?blico, se produci?a un patro?n consecuente de mejora del equipo local y de deterioro en la efectividad del equipo visitante.
Balmer, Nevill y Williams (2003) sostienen que el ruido generado por la multitud tiene mayor influencia sobre los a?rbitros y jueces que sobre los atletas o equipos competidores. Compararon diversos eventos deportivos que se celebraron durante los Juegos Oli?mpicos y concluyeron que el sistema de arbitraje es un factor clave para comprender la ventaja de jugar en casa.
La mayori?a de los espectadores que asisten a especta?culos de portivos tratan de animar a su equipo y presionar con abucheos al contrario y a los a?rbitros. No obstante, algunos aficionados se muestran dispuestos a traspasar las barreras de la legalidad y el juego limpio.
Violencia en el deporte
Final de la Copa de Europa, Liverpool F.C. y la Juventus F.C. 39 aficionados mueren en el Estadio de Heysel de Bruselas (Bélgica). Después de eso empezaron a cambiar cambiar las cosas.
Gómez (2007) propone que los principales factores psicosociales asociados con la violencia por parte de los aficionados son la pertenencia a grupos radicales, el racismo, la conexión entre violencia y alcohol, y los medios de comunicación. En relación con la pertenencia a grupos radicales, los hooligans (gamberros), tienen su origen en los años sesenta del siglo XX en Inglaterra, con el paso del tiempo se ha convertido en un fenómeno transnacional. Para que la rivalidad hooligan subsista y evolucione, es necesario que, al menos, exista un grupo similar, pero opuesto dado que la identidad social se construye en gran medida a
partir de las diferencias entre el propio grupo y el exogrupo (Tajfel, 1981). Los hooligans exaltan las diferencias entre su propio grupo y el rival mediante dos estrategias (Spaaij, 2006):
- Nosotros somos hombres duros y reales y ellos son blandos y maricas.
- Tenemos que defender nuestra ciudad o nuestro barrio de los rivales y demostrar que somos los más fuertes.
Un componente central de la ideología de buena parte de los grupos de hooligans y otros grupos violentos con área de actuación en el deporte es el racismo (y por qué no decirlo? los fascismos). La manifestación más habitual de actitudes racistas por parte de la grada consiste en la emisión de sonidos simiescos o cánticos contra jugadores de otras razas. Durán y Jiménez (2006) sostienen que el racismo en el fútbol se materializa en tres tipos de discriminación:
- Instrumental.
- Impulsiva.
- Institucional
En 2004 se creó el Observatorio de la Violencia, el Racismo y la Intolerancia en el Deporte. Los objetivos fundamentales de este organismo son la lucha contra el racismo, la xenofobia, la violencia y la intolerancia en los contextos deportivos. Asimismo, este Observatorio vela por la protección de los valores éticos del deporte y por la defensa de los derechos de los ciudadanos que sean objeto de discriminación en la práctica deportiva.
Respecto a la relación entre violencia y alcohol no existe ningún consenso claro entre la comunidad científica (como suele suceder cuando están en juego intereses económicos muy potentes) . La razón de esa falta de acuerdo podría radicar en el escaso número de investigaciones. La mayoría de estos estudios han considerado la influencia del alcohol como un asunto periférico.
La influencia de los medios de comunicación es obvia. La prensa deportiva dedica un gran espacio a la violencia que se genera entre los aficionados de modo que las acciones violentas son emitidas una y otra vez. En ocasiones, los medios de comunicación presentan la violencia de los fans de manera dramática y estereotípica que apela a las emociones del espectador más que al pensamiento racional. Algunos artículos deportivos justifican o exaltan la violencia dentro del terreno de juego y fuera de él.
Propuestas desde la psicología social para reducir la violencia en el deporte
Desde la psicología social pueden proponerse varias estrategias para paliar el problema de la violencia en el deporte:
Aportación de información que desconfirme estereotipos negativos (Gómez, 2007). Los grupos de hinchas radicales normalmente manejan estereotipos extremadamente negativos sobre el grupo rival que promueven la escalada de la violencia entre los grupos. Cualquier acción del grupo contrario se interpreta de manera congruente con los estereotipos previos.
Recategorización (Gaertner y Dovidio, 2000). Ocurre cuando los miembros de dos grupos se definen a sí mismos desde una nueva categoría social común de orden superior. Por ejemplo, para evitar conflictos entre seguidores del Real VOX de Fútbol y seguidores del PODEMOS club de Fútbol, podría aludir a la existencia de una identidad común como seres humanos e, incluso, a un nivel superior, como homínidos.
En cualquier caso, hay que insistir en que ninguna de estas estrategias puede ser eficaz si no se educa para reducir la violencia,poniendo el foco en enseñar a gestionar nuestras emociones, controlar los impulsos, y enseñamos un poquito de ética… sería la ostia, y seguramente la vida de tod@s sería mucho mejor.
REFERENCIAS
- Arias Orduña, A. (2016). Psicología social aplicada (1a ed., reimp. ed.). Madrid: Editorial Médica Panamericana.
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