INTRODUCCIÓN
El desarrollo biológico del individuo comienza con la concepción, es decir, cuando un espermatozoide fecunda un óvulo, dando lugar a una célula simple llamada zigoto. Poco tiempo después de la fecundación, el zigoto se dividirá múltiples veces para formar los distintos tipos de células y tejidos que conforman el ser humano, entre ellas, el sistema nervioso y el cerebro. El desarrollo psicológico está estrechamente ligado al desarrollo biológico y así ha sido reconocido universalmente por las teorías psicológicas del desarrollo. Hasta fechas recientes el estudio del desarrollo biológico y psicológico humano no ha podido ser realizado en forma integrada. La perspectiva biológica se centró principalmente en el estudio del desarrollo físico y motor, mientras que de la perspectiva psicológica se centra en el estudio del desarrollo cognitivo y emocional de los seres humanos.
A partir de los años noventa del siglo XX se ha producido un notabilísimo incremento del conocimiento neurobiológico ligado a la invención y diseño de nuevos métodos y técnicas de neuroimagen que permiten estudiar la actividad molecular y celular del sistema nervioso, así como comprobar el funcionamiento del cerebro de los bebés, niños y adolescentes, durante el propio proceso de realización de las tareas cognitivas. Este avance metodológico y empírico, ha ido unido a un avance conceptual que postula la necesidad de un acercamiento multidisciplinar al estudio del desarrollo y que algunos autores han llamado «neurociencia cognitiva del desarrollo».
El desarrollo prenatal
El desarrollo prenatal comienza con la concepción o fertilización que se produce cuando una célula masculina se une a una célula femenina, dando lugar a una nueva célula simple que llamamos zigoto. Las células sexuales masculinas y femeninas, llamadas gametos, contienen 23 cromosomas y se forman a través de la meiosis. De esta manera, el zigoto recibe 23 cromosomas de la madre y 23 del padre.
PERIODO GERMINAL | Desde la concepción a las dos primeas semanas. La unión de un espermatozoide y un óvulo (ambos con 23 cromosomas cada uno) da lugar a lo que denominamos zigoto (46 cromosomas). Aparece la placenta y el cordón umbilical. |
PERIODO EMBRIONARIO | Desde la tercera semana hasta la octava. Se configuran los distintos órganos. Principios que guían el desarrollo: proximodistal y cefalocaudal. |
PERIODO FETAL | Desde la novena semana hasta el nacimiento. Es fundamental que el feto produzca surfactante para que logre que el oxígeno pase del aire a la sangre. |
El periodo germinal se caracteriza porque el zigoto se multiplica rápidamente y se mueve a través de las trompas de Falopio hacia el útero. El periodo embrionario se caracteriza fundamentalmente porque empiezan a configurarse los distintos órganos. En el periodo fetal la principal tarea del feto es establecer las funciones de los distintos órganos e incrementar su tamaño y su peso.
El periodo germinal
Desde la concepción hasta las dos primeras semanas. El zigoto tarda alrededor de tres días en ir desde las trompas de Falopio al útero y unos cuatro o cinco días más en instalarse en las ricas paredes nutrientes del útero. Cuando hayan pasado ya las dos primeras semanas de gestación, las células se habrán multiplicado en gran número y, al mismo tiempo, empezarán a diferenciarse según las distintas instrucciones genéticas. El embrión posee una membrana externa (corión) y una interna (amnios) que le rodea y protege. Con el microscopio se puede observar la placenta, un órgano efímero (sólo dura el tiempo que dura el embarazo) que permite la estrecha relación existente entre el nuevo organismo y la madre y atiende las necesidades de respiración, nutrición y excreción del feto durante su desarrollo. A partir de la placenta se desarrolla el cordón umbilical cuya función es el traspaso de oxígeno y nutrientes de la sangre de la madre a la del nuevo ser. Se supone que la diferenciación de las células se produce gracias a una sustancia llamada activina. Las células que reciban mayor cantidad de activina crean el endodermo que formarán el aparato digestivo y el respiratorio. Aquéllas que reciben una concentración media de activina crean el mesodermo que dará lugar a los huesos, músculos, sangre, riñones y corazón. Por último, las células con menos cantidad de activina crearán el ectodermo que dará lugar al sistema nervioso, la piel, el pelo y los órganos sensoriales.
El periodo embrionario
Desde la tercera semana hasta la octava. En esta etapa se desarrollan los órganos y los principales sistemas del cuerpo: nervioso, respiratorio y digestivo. Es un periodo muy crítico en el embarazo puesto que el embrión es muy vulnerable a las influencias del ambiente prenatal y se puede producir un aborto espontáneo.
Existen dos principios que guían el desarrollo del embrión y que continúan actuando después del nacimiento hasta la adolescencia: el principio proximodistal y el cefalocaudal. A finales del periodo embrionario, el organismo mide aproximadamente 2,5 cm. y todos los órganos están formados de forma muy primitiva por lo que el organismo necesitará varios meses más para poder estar en pleno funcionamiento.
El periodo fetal
Desde la novena semana hasta el nacimiento (38 semanas aproximadamente). En esta fase el feto aumenta 10 veces su longitud y sus proporciones cambian también drásticamente. Los órganos rudimentarios empiezan a adquirir una estructura más precisa y compleja, y establecer sus funciones; asimismo, al principio de la etapa, aparecen ya las primeras células óseas. A las 16 semanas (4 meses de embarazo) el feto mide entre 15 y 17 cm. y pesa alrededor de 100 gr. La mayor parte de los sistemas básicos ya están desarrollados, pero no existe conexión entre las distintas neuronas en el córtex cerebral y no se han desarrollado todavía todas las funciones para poder vivir fuera del útero. El feto no puede respirar de manera independiente ya que todavía el oxígeno necesario para su supervivencia lo recibe a través de la placenta. El feto debe producir un líquido llamado surfactante que le permitirá transmitir el oxígeno del aire a la sangre. Dicho líquido empieza a producirse hacia las 23 semanas pero inicialmente la cantidad es muy baja por lo que si naciera en este momento se produciría el llamado síndrome de distrés respiratorio que, habitualmente, es mortal.
Si el feto nace entre las 24 y 28 semanas puede sobrevivir, además de déficits cognitivos, los niños pueden tener problemas pulmonares, hemorragias cerebrales y desórdenes oculares (Meisels y Plunkett, 1988). Finalmente, a partir de las 29 semanas aproximadamente es cuando el feto ya puede sobrevivir por sí mismo.
REFERENCIAS
- García Madruga, Delval, & Delval, Juan. (2019). Psicologia del desarrollo I (2ª ed. rev. ed., Grado (UNED); 6201201). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.
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