El desarrollo psicomotor

Las primeras experiencias de movimiento se producen dentro del útero materno donde el feto empieza a ejercer presión en el cuerpo de la madre y a mover sus extremidades. El desarrollo psicomotor es la base para el desarrollo cognitivo, del lenguaje, social y emocional. Dicho desarrollo se puede dividir en dos categorías generales: la locomoción y el desarrollo postural que tienen que ver con el control del cuerpo y la coordinación del movimiento de piernas y brazos (habilidades motoras gruesas), y la prensión, es decir, la habilidad para usar las manos con el objetivo de realizar actividades tales como comer o explorar los objetos físicos que están en el contexto más cercano (habilidades motoras finas).

La locomoción y el desarrollo postural

Todo este proceso se rige con una secuencia clara y predecible y obedece al principio cefalocaudal. Son las habilidades motoras gruesas. Durante los dos primeros meses de existencia del bebé, se puede observar en el bebé una serie de movimientos estereotipados (dar patadas sin objetivo alguno) que irán desapareciendo progresivamente en torno a los dos-cinco meses. A partir del quinto mes, el pequeño va ganando estabilidad en su cuerpo y las proporciones del organismo empiezan a cambiar. Estos cambios suponen la antesala del gateo que ejerce una influencia muy importante en la vida de los bebés. Hacia los ocho o nueve meses la mayoría de los niños pueden gatear (algunos bebés se saltan esta etapa) lo que les facilita el alcance de los objetos y una mayor proximidad a las personas.

Sobre los 11 meses el pequeño puede andar con ayuda y 4 meses después es capaz de andar sin ayuda, y como consecuencia exploran mucho más su entorno y muestran conductas de acercamiento hacia las personas (fomentando la interacción social) o de alejamiento (fomentando su autonomía) Kopp, 1979. Al mismo tiempo, el hecho de caminar aumenta la probabilidad de que el niño sufra algún accidente o destroce un portátil de 1500€, lo que hace que los padres intervengan más en las actividades de los hijos.

La habilidad para usar las manos

Todo este proceso se rige por el principio proximodistal. Son las habilidades motoras finas. Algunos investigadores (p ej. Bruner, 1970) piensan que revela gran parte de la naturaleza del pensamiento y de la resolución de problemas. Inicialmente, el movimiento de las manos del bebé se produce como un acto reflejo. Hacia los dos meses, podemos observar que los bebés tratan de coger los objetos con el puño en vez de con la mano abierta. A este hecho Hofsten (1982, 1983, 1984) le da una explicación: mientras que el brazo y el hombro están controlados por el cerebro, la coordinación de las manos y los dedos están guiadas por la corteza cerebral. A los dos meses, el sistema cortical todavía no está coordinado con el sistema que controla los movimientos motores más gruesos. En torno a los cuatro o cinco meses, el bebé ya es capaz de coger los objetos con las manos abiertas; la precisión en conseguir la meta y el tiempo que emplea indican un funcionamiento muy armonizado del sistema sensoriomotor que facilita al bebé controlar el movimiento (Mathew y Cook, 1990). Hacia los nueve meses de edad, el bebé muestra un gesto rápido, ágil y preciso a la hora de alcanzar un objeto. Es el momento en el que el niño lo coge todo para llevárselo a la boca. Por último, en torno a los doce meses, los bebés exploran todo lo que tienen a su alcance a través de la manipulación con sus manos.

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Secuencia del desarrollo motor y la locomoción
(Tomado de Shirley, 1933 y Delval, 1994)

A partir del segundo año se empieza a observar el desarrollo motor en su conjunto: es decir, las habilidades motoras finas y gruesas. A los dos años el niño y la niña son capaces de moverse sin problemas y manejar los objetos de manera muy eficaz. No obstante, hay que esperar hasta los siete años para observar que los niños ya son capaces de realizar con cierta destreza movimientos de locomoción más compleja, como saltar, correr, escalar, saltar a la comba, etc. En relación al uso de las manos, vemos cómo los niños/as pueden tirar y/o coger distintos objetos con bastante precisión. Todas estas habilidades aparecen en la infancia, pero no será hasta la adolescencia cuando podamos observar una combinación creativa y refinada de los movimientos de locomoción y equilibrio con la
manipulación de las manos.

REFERENCIAS

  • García Madruga, Delval, & Delval, Juan. (2019). Psicologia del desarrollo I (2ª ed. rev. ed., Grado (UNED); 6201201). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.

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