D E M O C R A T O P I A

EL JUEGO

Otra manifestación de la capacidad representativa naciente es el juego simbólico. El niño empieza a utilizar el juego de forma lúdica y a servirse de elementos que forman parte de situaciones, pero separados de éstas y lo hace por el placer que le produce la propia acción. El juego simbólico es un juego de simulación, los niños se comportan «como si» hicieran alguna actividad (montar a caballo sobre la escoba) o recrean situaciones en las que adoptan un papel social distinto del propio, son papá, el profesor o el doctor. Este tipo de juego va a ser de enorme importancia y va a ocupar mucho tiempo del niño entre los dos y los seis años aproximadamente.

Piaget (1946). Piaget señala que, en su inicio, el juego simbólico está muy ligado a la imitación diferida.
Español (2004). Destaca que en el juego simbólico se puede rastrear la génesis de la ficción y que constituye la mejor ventana para acceder a la capacidad imaginativa de los niños.

Algunos ejemplos de juego simbólico es mover una caja vacía como si fuera un automóvil, o colocar a la muñeca mirando a través de los barrotes del balcón mientras el niño le cuenta lo que está viendo. Son interesantes los episodios en que el personaje, que puede ser un muñeco, realiza las actividades que el niño tiene miedo de hacer, que no quiere hacer o que no le gustan, como ir a algún sitio que le asusta o comer una comida que no le agrada. A partir de los 4 años se observan progresos muy considerables en la complejidad de los juegos, produciéndose una representación de la realidad más exacta. Los juegos son mucho más coherentes y cobran cada vez más importancia los juegos colectivos. Tiene particular interés la reproducción de situaciones sociales en las cuales los niños ponen en ejecución «guiones», que son esquemas de esas situaciones sociales.

En el juego simbólico los objetos ocupan un papel importante. Una botella, o un trozo de madera, pueden representar a un muñeco si se envuelven en un trapo, una silla se puede convertir en un avión o en un tren, e incluso puede cambiar su función a lo largo del juego. Es muy raro que los niños hagan el papel de niñas y los chicos eligen frecuentemente papeles típicos, como el de futbolista, y prefieren los más activos: pelean por ser Messi y casi ninguno quiere hacer de guardameta. La importancia de este juego de representación para el desarrollo del niño es enorme, ya que favorece mucho sus interacciones sociales y sirve para la resolución de conflictos, al permitir expresarlos de una forma simbólica. A través del juego el niño manifiesta sus sentimientos, sus deseos y su relación con la realidad, y por eso el juego simbólico ha sido muy utilizado como método para el diagnóstico y el tratamiento de los niños por los psicólogos clínicos. A partir de los 7 años aproximadamente el juego simbólico se hace todavía más complejo y va unido a la utilización de disfraces o de representaciones teatrales y en las niñas domina el juego con muñecas. Empiezan ha incorporar reglas a sus juegos.

Características del juego

Además del juego simbólico, el juego en sus distintas variantes es propio de la actividad humana, comienza muy pronto y perdura a lo largo de toda la vida. Una de las características más salientes del juego es que su práctica constituye un fin en sí mismo, se juega por jugar.

Karl Groos (1896, 1899). A finales del XIX publicó dos libros, uno dedicado al juego de los
animales (1896) y otro al juego de los seres humanos (1899).
Karl Groos (1896). A través del juego el animal adquiere conductas muy importantes para su supervivencia, que le permiten el control del propio cuerpo (en particular las relativas a la locomoción, como caminar, correr, saltar, nadar, volar), la agilidad para perseguir la presa o las competencias para luchar.
Freud. El juego está relacionado con la expresión de las pulsiones inconscientes, y el niño realizaría a través del juego, esto es satisfaría, los deseos insatisfechos en la realidad.
Vygotski (1933). El juego es una actividad social en la cual gracias a la cooperación con otros niños se logran adquirir papeles que son complementarios del propio. Desde su perspectiva, los objetos simbólicos cobran un significado en el juego a través de la influencia de los otros.
Piaget (1946). Defiende que el juego no es una conducta diferente de las actividades no lúdicas, sino que consiste en una orientación que acentúa algunos caracteres de la actividad del organismo cuya adaptación al medio depende del equilibrio entre los mecanismos de asimilación y acomodación que permiten, el primero, la incorporación de la realidad y, el segundo, la modificación del organismo de acuerdo con las demandas de esa realidad.
Bruner (1972). Sostiene que el juego está vinculado a la inmadurez con la que nacen los seres humanos y que es la que les va a permitir producir una gran cantidad de conductas muy variadas que dan lugar a una adaptación muy flexible.
Garvey, (1977). Para los animales el juego proporciona medios de exploración y adaptación al ambiente, y por ello los animales cuya conducta está muy programada, como las hormigas o las abejas, no manifiestan comportamiento lúdico. Por el contrario, los animales que alcanzarán en la etapa adulta una conducta más flexible juegan más.

En el ser humano el juego alcanza una importancia muy superior al resto de animales. En primer lugar, podemos decir que los hombres juegan más y durante más largo tiempo que los demás animales. Los seres humanos continúamos jugando sistemáticamente durante toda su vida.
Los seres humanos somos los únicos animales que juegan de modo sostenido con otras especies.

Los tipos de juego

Piaget ha realizado una clasificación donde incluye los juegos: de ejercicio, simbólico, de reglas y de construcción.

Juego de ejercicio
(Período sensorio-motor)
Repetición de actividades de tipo motor que inicialmente tenían un fin adaptativo peroque pasan a realizarse por el puro placer del ejercicio funcional y sirven para consolidarlo adquirido. Muchas actividades sensoriomotrices se convierten así en juego. Elsimbolismo está todavía ausente. Es un juego de carácter individual, aunque a veces losniños juegan con los adultos, como en el «cu-cú», las palmas, «aserrín-aserrán».
Juego simbólico
(Dominante entre los 2/3 y
los 6/7 años)
Se caracteriza por utilizar un abundante simbolismo que se forma mediante la
imitación. El niño reproduce escenas de la vida real, modificándolas de acuerdo consus necesidades. Los símbolos adquieren su significado en la actividad: los trozos depapel se convierten en billetes para jugar a las tiendas, la caja de cartón en un camión,el palito en una jeringuilla que utiliza el médico. Muchos juguetes son un apoyo para larealización de este tipo de juegos. El niño ejercita los papeles sociales de las actividadesque le rodean: el maestro, el médico, el profesor, el tendero, el conductor, y eso le ayudaa dominarlas. La realidad a la que tiene que someterse en la vida diaria, en el juego sesubordina a sus deseos y necesidades
Juego de reglas
(Desde los 6 años en
adelante)
De carácter social se realiza mediante reglas que todos los jugadores deben respetar. Sehace necesaria la cooperación, pues sin la labor de todos no hay juego, y la competencia,pues generalmente un individuo o un equipo gana. Esto obliga a situarse en el punto devista del otro para tratar de anticiparse y no dejar que gane y obliga a una coordinaciónde los puntos de vista, muy importante para el desarrollo social y para la superación del«egocentrismo».
Los tipos de juego, según Piaget (1946)
El juego de ejercicio
  • En los tres primeros estadios del periodo sensorio-motor aparecen conductas en las que el niño actúa por el puro placer funcional de realizar la actividad. Asistimos al surgimiento paulatino del juego de ejercicio, que puede entenderse como una manifestación de la actividad sensorio-motora donde las acciones cambian su finalidad y en vez de buscar un objetivo se convierten en actividades que se realizan por sí mismas, dando lugar también a una asimilación funcional que permite consolidar los esquemas por su propio funcionamiento.
  • En el cuarto estadio, cuando el niño ha aprendido a empujar un obstáculo para alcanzar un objeto, a menudo olvida el objetivo que trata de alcanzar para ocuparse sólo de separar el obstáculo con manifestaciones de risa.
  • En el quinto estadio, el niño va a ser capaz de hacer más complejas sus acciones por el placer de reproducirlas, con evidentes manifestaciones de satisfacción, con sonrisas o incluso con risa.

Los límites entre el juego y la actividad con un propósito son muy débiles, pero lo que predomina en las acciones lúdicas no es el resultado, sino el ejercicio de la actividad. El juego permite consolidar mediante el ejercicio conductas que se están adquiriendo, ensayando distintos aspectos de esa conducta y combinándolos entre sí.

Garvey (1977). Denomina juego turbulento, al constituido por actividades motoras que generalmente se realizan en grupo, y que se componen de carreras, saltos, caídas, persecuciones, huidas, luchas, golpes, risas o muecas.

Muchas formas de juego motor permanecen durante años, pero se van integrando dentro de otros tipos de juegos, ya sean simbólicos, ya sean de reglas. Los juegos de persecución y de huida se sistematizan en juegos de reglas que tienen un argumento, con diferentes papeles, como policías y ladrones.

El juego de reglas
Piaget (1932). En su libro «El juicio moral en el niño», presenta una serie de estudios sobre las reglas del juego, ya que la moral es también un sistema de reglas, aunque en el juego son los propios jugadores quienes las crean o, cuando menos, las aceptan voluntariamente.
Searle (1995). Aunque el juego pueda tener un significado (como «policías y ladrones»), es la propia estructura de las reglas, y su seguimiento, la que determina el juego o, incluso podríamos decir, las que lo crean.

Hacia los seis o siete años comienza a practicarse otro tipo de uego que es necesariamente social y en el que existen unas reglas que son las que definen el propio juego. Los juegos de reglas
tienen una gran complejidad y las reglas deben establecer no sólo cuáles son las acciones permitidas, sino también quién empieza y cómo se termina el juego, quién gana, y cómo se resuelven los posibles conflictos que pudieran producirse entre los jugadores.

Los estudios de Piaget se centra en dos aspectos. Por una parte, lo que llama la «práctica de las reglas», es decir, cuáles son las reglas que los sujetos utilizan y cómo las utilizan, y, por otra parte,
la «conciencia» que tienen de las reglas y cómo entienden que deben someterse a ellas.

A pesar de la influencia de los cambios sociales los niños siguen dedicando una gran cantidad de tiempo a jugar y continúan realizando muchos juegos de reglas tradicionales. A veces los contenidos de los juegos están tomados de los medios de comunicación, pero su forma continúa siendo muy parecida a la que han tenido siempre.

Los juegos de construcción
Garvey (1977). Hay juegos con el lenguaje que contribuyen a su adquisición, desde los juegos con ruidos y sonidos o la repetición de sílabas de los más pequeños que tienen un claro componente motor, pasando por la pasión por las rimas y los diminutivos o la invención de palabras, hasta las conversaciones de los juegos sociales de representación.

Los juegos de construcción participan también del simbolismo lúdico, pero consisten en juegos de habilidad y de creación en los que se reconstruye el mundo con unos pocos elementos y en los que las reglas son precisamente reproducir el mundo, hacer coches, aviones, grúas, barcos, edificios, personas, etc. Ejemplo de ellos son todos los juegos que se realizan con materiales para producir formas diversas o incluso máquinas. Los juegos de construcción requieren el manejo de un modelo mental, y una capacidad de representación avanzada, incluso cuando se está copiando un modelo.

Juguetes, juegos y juegos de ordenador

Desde los móviles a los chupetes o los sonajeros, hasta casi cualquier otro tipo de objeto, constituyen elementos que el niño explora minuciosamente de forma visual, táctil, auditiva (por ejemplo, golpeándolos y viendo qué sonidos produce) o incluso gustativa. Todos los elementos que el niño utiliza durante sus primeros meses de vida podrían considerarse como juguetes, aunque no entran a formar parte de juegos sino de actividades de exploración que contribuyen mucho al desarrollo intelectual.

Las muñecas, uno de los juguetes más antiguos en la historia de la humanidad, han sido siempre un elemento importante en los juegos de los niños, y sobre todo de las niñas, y ha contribuido notablemente a la socialización de éstas como amas de casa y como madres. Pero a los varones también les gusta jugar con muñecos, antes los soldados de plomo eran un juguete muy apreciado, y hoy la industria del juguete ha encontrado una mina en los muñecos para niños que permite a los varones jugar a «juegos de niñas». Además de este tipo de juguetes están los que permiten la realización de juegos de mesa: el parchís, la oca, las damas, el ajedrez, etc. Hay un tipo de juguete que tiene un nivel más abstracto y que resulta de una gran utilidad, se trata de los juegos de construcción en los cuales la actividad creativa del niño es muy grande: las construcciones con piezas de madera o de plástico que se encajan unas con otras, como el «lego» y otras similares, o el viejo «mecano».

Actualmente está muy difundido el uso de consolas, ordenadores y otros artefactos que sirven de soporte a los videojuegos. Los videojuegos suelen ser muy atractivos por sus contenidos visuales. Entre sus ventajas o desventajas, según cómo se mire, permiten jugar en un espacio reducido como suele ser aquel del que disponen los niños en las grandes urbes, y, con frecuencia, la realización de juegos en solitario. No obstante, cada vez adquiere mayor protagonismo la práctica de juegos «en red», con otros participantes a los que muchas veces no se conoce y cuyas identidades son con frecuencia simuladas. La dedicación de los niños y adolescentes a los videojuegos es causa de debate en foros variados en los que se pone de manifiesto la existencia de defensores y detractores enconados. En cualquier caso, asistimos al uso creciente de un recurso que ofrece una variedad muy amplia de entretenimientos. Su empleo puede ser beneficioso o nocivo dependiendo de una multiplicidad de factores, entre los que se deben señalar el tiempo empleado, el tipo de juego que se desarrolla, su sencillez o dificultad, los recursos intelectuales que demanda su práctica, y las relaciones (competencia, cooperación, ampliación de redes sociales o aislamiento) que su uso pudiera promover.

Referencias

  • García Madruga, Delval, & Delval, Juan. (2019). Psicologia del desarrollo I (2ª ed. rev. ed., Grado (UNED); 6201201). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.

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