Fundamentos teóricos
Jack (1934); Murphy, Murphy y Newcomb (1937); Page (1936); Williams (1937). Señalan la influencia que tienen en la conducta social de los niños aspectos tales como la búsqueda de aprobación, ser responsable, simpático o comportarse adecuada o inadecuadamente en un contexto social. |
Salter (1949). Influido por la concepción pavloviana del concepto de excitación-inhibición cortical, publica la «Terapia de Reflejos Condicionados» donde hace referencia a la personalidad excitatoria y las ventajas de la conducta expresiva. Sugiere que las personas con problemas de relaciones sociales pueden tener un predominio de procesos inhibitorios, que explicaría el déficit de expresión emocional que presentan. |
Wolpe (1958). Recogiendo las ideas de Salter, publica «Psicoterapia por Inhibición Recíproca» utilizando por primera vez el término asertividad y la inhibición de la ansiedad en las relaciones interpersonales asertivas. |
Segrin (2009). El Entrenamiento en Habilidades Sociales (EHS) es un tratamiento cognitivo conductual en el que se aplican un conjunto de técnicas cuyo objetivo es mejorar la calidad de las relaciones interpersonales, de comunicación y relaciónales. |
Dodge et al. (2015). Hay numerosos estudios que muestran la asociación entre déficit de habilidades sociales y problemas de aislamiento social, fracaso escolar y delincuencia en la infancia y adolescencia. |
El déficit en habilidades sociales está asociado a numerosos problemas emocionales y de desadaptación. Numerosos estudios demuestra la asociación entre déficit de habilidades sociales y problemas de aislamiento social, fracaso escolar y delincuencia en la infancia y adolescencia. Del mismo modo, en adultos, también está asociado a problemas de aislamiento, depresión, ansiedad social o problemas de pareja o de dificultad de establecer relaciones íntimas. Actualmente el EHS se ha convertido en un procedimiento de intervención ampliamente utilizado que incide directamente en todos los ámbitos en los que se desarrolla la vida de las personas (laboral, educativo, sanitario, familiar, social etc.).
La incompetencia social puede ser un déficit central o estar a la base de muchos trastornos psicológicos. Sus orígenes están vinculados a los trabajos de varios autores de los años 30 que señalan la influencia que tienen en la conducta social de los niños aspectos tales como la búsqueda de aprobación, ser responsable, simpático o comportarse socialmente adecuada o inadecuadamente. A partir de los años 50 surge el Entrenamiento en Habilidades Sociales como un procedimiento de intervención ligado a la Terapia de Conducta.
Salter (1949) sugiere que las personas con problemas de relaciones sociales pueden tener un predominio de procesos inhibitorios, lo que explicaría el déficit de expresión emocional que presentan. Para contrarrestarlos, propone llevar a cabo un tratamiento psicológico mediante técnicas de role-playing que potencie los efectos excitatorios promoviendo la expresión emocional, la expresión facial, hablar de uno mismo, defender opiniones, incluso contrarias a las de los demás, etc.
No hay que confundir habilidades sociales con asertividad (la asertividad es una habilidad social). Durante dos décadas, la asertividad se ha considerado sinónimo de habilidad social y aparecen numerosos estudios, textos y libros de divulgación, al tiempo que se construyen varios instrumentos de medida para evaluarla. No obstante, muchos autores propusieron utilizar el término habilidades sociales por considerar que abarca otros aspectos además de la asertividad.
Referencias
- Díaz García, et al. Manual De Técnicas y Terapias Cognitivo Conductuales. Desclée De Brouwer : Universidad Nacional De Educación a Distancia, 2017.