Introducción
Kramer y Cameron (1975). Entendemos por droga «toda sustancia que, introducida en el organismo vivo, puede modificar una o más funciones de este». |
Graña (1994). Las drogas tienen un gran poder adjetivo porque pasan rápidamente desde el torrente sanguíneo al cerebro y esto afecta a cómo el individuo percibe y siente. Estos cambios suelen apreciarse como placenteros o reforzantes. Este proceso de condicionamiento hace que se mantenga el consumo, que sea más probable la recaída y que el proceso de recuperación sea lento en los casos más graves. |
Schuckit (2000). Entenderemos por droga de abuso «cualquier sustancia, tomada a través de cualquier vía de administración, que altera el humor, el nivel de percepción o el funcionamiento cerebral». |
Hay drogas legales, como el alcohol, el tabaco y la cafeína, e ilegales, como el cannabis, la cocaína, la heroína, las drogas de síntesis, y un largo etcétera. También puede haber adicción a drogas de prescripción, como sedantes, hipnóticos y ansiolíticos. Tanto el DSM-5 como el CIE-11, incluyen a las drogas, junto al juego patológico y la adicción a los videojuegos, en una categoría global de trastornos relacionados con sustancias y trastornos adjetivos. En España el problema de las drogas tiene un coste sanitario y social enorme. El consumo masivo de la heroína comienza en los años setenta del siglo XX, la cocaína en los años ochenta, y luego las drogas de síntesis y el cannabis en los años noventa. Por el contrario, en las últimas décadas se aprecia un descenso del consumo abusivo en España de las drogas legales, alcohol y tabaco.
Según Schuckit (2000), «toda droga de abuso causa intoxicación, todas inducen dependencia psicológica (sentimiento desagradable sin la droga) y todas son autoadministradas por un individuo para cambiar su nivel de conciencia o para incrementar su bienestar psicológico».
CLASE | ALGUNOS EJEMPLOS |
---|---|
Depresores del SNC | Alcohol, hipnóticos, muchas drogas ansiolíticas (benzodiacepinas). |
Estimulantes o simpaticomiméticos del SNC | Anfetaminas, metilfenidato, todos los tipos de cocaína, productos para perder peso. |
Opioides | Heroína, morfina, metadona y casi todas las prescripciones analgésicas. |
Cannabinoides | Marihuana, hachís. |
Alucinógenos | Dietilamina de ácido lisérgico (LSD), mescalina, psilocibina, éxtasis (MDMA) |
Drogas para contrarrestar otros efectos | Contienen: atropina, escopolamina, estimulantes menores |
Otras | Fenciclidina (PCP). |
Para la OMS (1992) el síndrome de dependencia es el conjunto de manifestaciones fisiológicas, comportamentales y cognitivas donde el consumo de una droga, o de un tipo de ellas, adquiere la máxima prioridad para el individuo, mayor incluso que cualquier otro tipo de comportamiento de los que en el pasado tuvieron el valor más alto. La manifestación característica del síndrome de dependencia es el deseo, a menudo fuerte y a veces insuperable, de ingerir sustancias psicoactivas ilegales o legales, aun cuando hayan sido prescritas por un médico. La recaída en el consumo de una sustancia, después de un período de abstinencia, lleva a la instauración más rápida del
resto de las características de la dependencia, al contrario que lo sucede en individuos no dependientes.
El DSM-5 agrupa las drogas en diez clases: alcohol; cafeína; cannabis; alucinógenos (con categorías independientes para la fenciclidina y otros alucinógenos); inhalantes; opiáceos; sedantes, hipnóticos y ansiolíticos; estimulantes (sustancias tipo anfetamina, cocaína y otros estimulantes); tabaco; y otras sustancias (o sustancias desconocidas).
El último DSM-5 indica que cuando una persona tiene un trastorno por consumo de sustancias hay toda una serie de síntomas cognitivos, conductuales y fisiológicos que indican que el individuo continúa utilizando la sustancia a pesar de producirle problemas significativos. Este perjuicio o malestar clínicamente significativo se manifiesta con síntomas como consumo continuado y persistente de la sustancia, mucha dedicación de tiempo a la búsqueda de la droga y de su consumo, tolerancia, síndrome de abstinencia, craving, persistencia en el consumo a pesar de las consecuencias negativas, etc. Todas las drogas que se consumen en exceso producen una activación directa general del sistema de recompensa cerebral, que está implicado en el refuerzo comportamental y en la producción de recuerdos.
Epidemiología
Se estima que actualmente uno de cada 20 adultos, de 15 a 64 años, han consumido al menos una droga en el último año. En torno a 30 millones de personas en el mundo sufren del trastorno por consumo de sustancias, de los cuales unos 12 millones se las inyectan. Muchos de los adictos están encarcelados, en distintos países. Tienen una alta probabilidad de adquirir enfermedades contagiosas por el consumo de drogas (sobre todo, VIH, hepatitis y tuberculosis. Además, los adictos, suelen consumir más de una droga (lo que conocemos como politoxicomonío) junto o distintos medicamentos de prescripción con características psicoactivas. La droga ilegal más consumida en el mundo es el cannabis.
Informe-Europeo-sobre-Drogas-2021En Europa las principales drogas ilegales consumidas son el cannabis, los opiáceos y los estimulantes (sobre todo, cocaína). El consumo de alcohol y tabaco es importante, pero ha descendido de modo significativo en la población general en las últimas décadas. El consumo de drogas varía por países, sobre todo, debido a la mayor o menor disponibilidad de una droga concreta en ese país. Así, en relación con los estimulantes, la cocaína es el estimulante preferido en los países meridionales y occidentales. En cambio, predomina la anfetamina en los países del norte y del este. No dejan de aparecer nuevas sustancias psicoactivas, producidas en Europa o importadas de China o India.
Sustancia | Consumo vida | Consumo últimos 12 meses | Consumo últimos 30 días | Edad de Inicio |
---|---|---|---|---|
Alcohol | 91.2 | 75.2 | 62.7 | 17.3 |
Tabaco | 69.7 | 40.9 | 38.8 | 16.8 |
Cannabis | 35.2 | 11.0 | 9.1 | 19.1 |
Éxtasis | 3.6 | 0.6 | 0.2 | 21.4 |
Alucinógenos | 4.5 | 0.4 | 0.1 | 22.1 |
Anfetaminas/speed | 4.0 | 0.5 | 0.2 | 20.4 |
Cocaína (polvo y/o base) | 10.3 | 2.2 | 1.1 | 21.8 |
Heroína | 0.6 | 0.1 | 0.1 | 22.4 |
Inhalables volátiles | 0.6 | 0.1 | 0.0 | 19.8 |
Hipnosedantes con y sin receta | 20.8 | 11.1 | 7.5 | 34.9 |
Sustancia | Consumo vida | Consumo últimos 12 meses | Consumo últimos 12 meses Varones | Consumo últimos 12 meses Mujeres | Consumo últimos 30 días | Edad de Inicio |
---|---|---|---|---|---|---|
Alcohol | 77.9 | 75.9 | 74.1 | 77.5 | 58.5 | 14.0 |
Tabaco | 41.3 | 35.0 | 31.4 | 38.5 | 26.7 | 14.1 |
Cannabis | 33.0 | 27.5 | 29.2 | 25.9 | 19.3 | 14.9 |
Éxtasis | 2.6 | 1.9 | 2.4 | 1.4 | 0.7 | 15.4 |
Alucinógenos | 1.9 | 1.4 | 2.0 | 0.8 | 0.5 | 15.2 |
Anfetaminas | 1.5 | 1.1 | 1.5 | 0.8 | 0.5 | 15.4 |
Cocaína (polvo y/o base) | 2.9 | 2.4 | 3.2 | 1.7 | 0.9 | 15.2 |
Heroína | 0.7 | 0.5 | 0.7 | 0.3 | 0.3 | 14.5 |
Inhalables volátiles | 1.7 | 1.0 | 1.3 | 0.8 | 0.5 | 14.0 |
GHB | 0.6 | 0.4 | 0.5 | 0.3 | 0.2 | 14.4 |
Hipnosedantes sin receta | 8.6 | 6.1 | 4.7 | 7.4 | 2.9 | 14.3 |
Hipnosedantes con y sin receta | 18.4 | 12.5 | 9.8 | 15.1 | 6.4 | 14.0 |
En relación a las diferencias por sexo, la prevalencia de consumo de drogas en la población general es bastante más elevada en hombres que en mujeres, sobre todo en el caso de sustancias ilegales, exceptuando los hipnosedantes sin receta. En cuanto al consumo de sustancias entre los estudiantes de 14 a 18 años que cursaban Educación Secundaria Obligatoria (ESO), en la última encuesta de 2018/2019 (OEDYLT, 2020), un 58,2 había consumido alcohol en los 30 días previos a la encuesta, y un 26,7% tabaco. A estas sustancias, le sigue el cannabis, con una prevalencia del 19,3%, y la cocaína con un 0,9%. En la encuesta previa de 2016, el 12,5% fumaba tabaco diariamente y el 2,7% consumía alcohol diariamente; otro 2,7% consumía cannabis diariamente y un 0,9% tomaba hipnosedantes diariamente. Destaca el incremento del número de borracheras. Así, en los estudiantes de secundaria el porcentaje de borracheras en los 30 días previos a la encuesta ha sido de un 16,1% en 1994, un 25,6% en 2006, un 35,6% en 2010, un 22,6 en 2014 y un 24,3 en 2018. En el caso del tabaco hay oscilaciones de año a año, lo que indica cierto nivel de estabilidad.
El consumo de cannabis es muy elevado en los estudiantes de ESO de 14 a 18 años (27,5% para los últimos 12 meses), con un mayor consumo de los varones que las mujeres (29,2% de los hombres y 25,9% de las mujeres, en los últimos 12 meses), pero acercándose. Igualmente, se ha producido un enorme incremento en el consumo de hipnosedantes, con o sin receta médica, tanto en la población adulta como en la población escolarizada. Algo está ocurriendo aquí que va más allá de la mera demanda de sustancias. El riesgo percibido ante distintas conductas de consumo de drogas ha disminuido claramente, sobre todo en el caso del alcohol, el cannabis y los hipnosedantes, tanto en la población general como entre los estudiantes de ESO. Además, ha aumentado la disponibilidad percibida de cannabis y cocaína, tanto en la población general de 16 a 65 años como en los estudiantes de ESO de 14 a 18 años, si bien en la población general la tendencia es hacia la estabilización a partir de 2001.
Referencias
- Belloch, Sandín, Ramos Campos, and Sandín, Bonifacio. Manual De Psicopatología. 3ª edición. Madrid [etc.]: McGraw-Hill Interamericana De España, 2020. Print.