La evaluación del desarrollo y la inteligencia es un campo complejo y multifacético en la psicología, donde el término «inteligencia» ha evolucionado para abarcar un espectro más amplio de «aptitudes intelectuales». Esta evolución refleja el reconocimiento de que la inteligencia no es una capacidad unitaria, sino una constelación de diferentes factores o componentes. Conforme a esto, han surgido diversos tests de evaluación, cada uno definido y enfocado según las teorías y aportaciones de distintos autores en el campo.
Según la Real Academia Española, la inteligencia implica la capacidad de entender, comprender, resolver problemas, y también se asocia con habilidades, destrezas y experiencias. La inteligencia emocional, por su parte, se refiere a la habilidad de percibir, controlar y interpretar tanto los propios sentimientos como los de los demás. En general, la inteligencia se considera como la capacidad mental para entender, recordar y aplicar conocimientos de manera práctica y constructiva en situaciones nuevas, utilizando un conjunto de aptitudes como el aprendizaje, la memoria, el razonamiento y el lenguaje, lo que permite al individuo adaptarse y resolver problemas eficazmente.
Al igual que ocurre con el concepto de «personalidad», existen tantas definiciones de «inteligencia» como autores han investigado sobre ella. No obstante, hay un consenso en que la inteligencia incluye un componente o capacidad general, pero también otros componentes personales, sociales y emocionales que se han ido sumando con el tiempo.
La evolución del concepto de inteligencia a lo largo de la historia ha sido notable, marcada por contribuciones significativas de varios teóricos y cambios en la comprensión y medición de esta facultad. Algunas de las principales aportaciones son:
- Spearman (1904): Introdujo el concepto del factor «g» o capacidad general de funcionamiento cognitivo, destacando la importancia de la interacción entre el individuo y su entorno.
- Binet y Simon (1905): Crearon la primera escala de inteligencia para identificar niños con dificultades de aprendizaje, introduciendo el concepto de Edad Mental.
- Terman (1916): Amplió y adaptó el test de Binet y Simon en Estados Unidos, introduciendo el Cociente Intelectual (CI).
- Stutsman (1926) y Bayley (1933): Desarrollaron escalas para evaluar a niños más pequeños, con un enfoque en índices de desarrollo mental.
- Thurstone (1938): Identificó siete habilidades primarias de la inteligencia, aplicando análisis factorial a pruebas de inteligencia.
- Wechsler (1939): Desarrolló una escala de inteligencia que incluía escalas verbal, manipulativa y total, introduciendo el CI de desviación.
- Raven (1940s): Creó el Test de Matrices Progresivas para medir una aptitud general intelectual o factor «g».
- Cattell (1950s): Propuso que la inteligencia se compone de dos factores generales: inteligencia fluida y cristalizada.
- Vernon y Guilford (1950s-1960s): Desarrollaron modelos jerárquicos y de categorías de habilidades, respectivamente.
- Horn (1970s): Amplió teorías anteriores incluyendo más factores como percepción visual, memoria y velocidad de procesamiento.
- Gardner (1980s): Propuso la teoría de las inteligencias múltiples, enfocándose en el rendimiento y diversos procesos activados en las personas.
- Modelo Cattell-Horn-Carroll (CHC) (1990s): Un modelo jerárquico que combina el modelo Gf-Gc de Cattell-Horn y el modelo de los tres estratos de Carroll, abarcando una amplia gama de aptitudes y habilidades cognitivas.
Esta evolución refleja un cambio desde una visión unitaria de la inteligencia hacia un enfoque más multifacético y diverso, reconociendo que la inteligencia abarca una variedad de habilidades y procesos cognitivos.
La teoría CHC de la inteligencia o modelo de Cattell-Horn-Carroll
El modelo Cattell-Horn-Carroll (CHC) es un enfoque integral para comprender y evaluar la inteligencia o las aptitudes intelectuales. Este modelo se estructura en tres estratos, proporcionando una visión jerárquica y multifacética de la inteligencia:
- Estrato III – Capacidad General (Factor «g»):
- En la cima de la jerarquía se sitúa el factor «g», que representa la capacidad general de inteligencia.
- En las pruebas de evaluación, esto se identifica a menudo como Índice General (IG).
- Ejemplos de pruebas que ofrecen un IG son las Escalas de Desarrollo Merrill-Palmer (MP-R), las Escalas de Aptitudes Intelectuales (BAS-II), el Test de Inteligencia General MATRICES, BAT-7, RIAS, RIST, entre otras.
- Las Escalas de Wechsler también proporcionan un Índice General, denominado CI Total (CIT).
- Estrato II – Aptitudes Intelectuales Diversas:
- Este nivel incluye una variedad de aptitudes intelectuales como la inteligencia fluida (Cf) y cristalizada (Ce), el procesamiento visual (Gv), entre otras.
- Las pruebas evalúan estas aptitudes a través de índices específicos. Por ejemplo, en el BAS-II Infantil para niños de 3:6 a 5:11 años, se evalúan aptitudes como el Índice Verbal, de Razonamiento Perceptivo, Espacial, etc.
- Estrato I – Factores Específicos:
- Este nivel consiste en factores específicos correspondientes a cada una de las aptitudes intelectuales de segundo orden.
- Se evalúan a través de tareas específicas en los test que conforman las Escalas de Inteligencia.
La Figura del modelo CHC ilustra que la inteligencia no es una entidad unitaria, sino que está compuesta por diversas aptitudes específicas (Estrato I). Estas aptitudes específicas se agrupan en aptitudes generales (Estrato II), las cuales a su vez conforman la capacidad general o factor «g» (Estrato III). Este modelo ofrece una comprensión amplia y detallada de la inteligencia, permitiendo una evaluación más precisa y completa de las capacidades intelectuales de un individuo.
Los avances en aspectos psicométricos. La Teoría de respuesta al ítem (TRI)
Los avances en aspectos psicométricos, especialmente la Teoría de Respuesta al Ítem (TRI), han tenido un impacto significativo en la evaluación de la inteligencia. La TRI se centra en la respuesta individual a cada ítem, en lugar de en el test en su conjunto, permitiendo una medición más precisa basada en las habilidades del sujeto y las características de los ítems.
Aplicaciones de la TRI en la Evaluación de la Inteligencia:
- Creación de Bancos de Ítems: La TRI ha facilitado la creación de bancos de ítems, permitiendo seleccionar y aplicar los ítems más adecuados para cada sujeto según su nivel de edad. Esto ha posibilitado la elaboración de tests de inteligencia personalizados.
- Comparación de Puntuaciones entre Tests: La TRI permite comparar puntuaciones entre dos o más tests, lo que es útil para la elaboración de tests referidos a criterio.
- Evitar Decisiones Arbitrarias en Puntos de Corte: La aplicación de la TRI ayuda a evitar decisiones arbitrarias sobre los puntos de corte en escalas de desarrollo infantil.
- Escalas de Desarrollo con TRI: Ejemplos de escalas que utilizan la TRI incluyen las Bayley (BSID-III) y las Merrill Palmer-revisadas (MP-R). Estas escalas proporcionan «Puntuaciones de Desarrollo» (Pdes) que permiten interpretaciones basadas en criterios relacionados con la dificultad de la tarea y el nivel de edad.
- Evaluación Basada en Criterios: La TRI ayuda a determinar si un niño ha alcanzado criterios específicos y objetivos para evaluar su nivel de aptitud, diferenciándose de puntuaciones típicas que se relacionan con la muestra de tipificación.
- Puntuación de Aptitud (PA): La TRI permite obtener una PA que refleja la dificultad de los ítems de un test. Así, una puntuación directa obtenida a través de ítems fáciles corresponderá a una menor puntuación de aptitud, y viceversa.
- Conversión a Puntuaciones Normativas: Las puntuaciones PA, al no ser normativas, pueden convertirse en puntuaciones normativas (escalares, «T», CI, percentiles, etc.), permitiendo comparaciones con el grupo de edad o de referencia del sujeto evaluado.
Importante Clarificación sobre el CI:
- Las puntuaciones CI de los tests modernos, con una media de 100 y una desviación típica de 15, representan el rendimiento del individuo en comparación con un grupo de referencia.
- Esto difiere del concepto original de «cociente intelectual» que se calculaba dividiendo la edad mental por la edad cronológica.
En resumen, la TRI ha revolucionado la manera en que se evalúa la inteligencia, proporcionando herramientas más precisas y adaptadas para medir las capacidades intelectuales de los individuos.
El modelo CHC de la inteligencia y el desarrollo psicométrico de la TRI en la evaluación del desarrollo y de la inteligencia
El modelo CHC de la inteligencia y el desarrollo de la Teoría de Respuesta al Ítem (TRI) han tenido un impacto significativo en la evaluación del desarrollo y de la inteligencia. Estos avances han permitido una evaluación más precisa y detallada de las aptitudes cognitivas.
Integración del Modelo CHC y la TRI en las Pruebas de Evaluación:
- Modelo CHC (Cattell-Horn-Carroll):
- Este modelo ha facilitado la obtención de puntuaciones compuestas o «Índices» con una base factorial, reflejando de manera más precisa las aptitudes cognitivas desde un enfoque jerárquico.
- Se ha utilizado en la creación, revisión y adaptación de pruebas de inteligencia, permitiendo medir diversas facetas de la inteligencia de manera más específica.
- Teoría de Respuesta al Ítem (TRI):
- La TRI se ha incorporado en revisiones de pruebas de desarrollo y de inteligencia, como las Escalas de Merrill-Palmer Revisadas (MP-R) o las Escalas Bayley (BSID-III).
- También se ha aplicado en la evaluación de la inteligencia con instrumentos como el BAS-II y las Escalas de Wechsler, así como en la creación de nuevas pruebas como el Test de Inteligencia General MATRICES y la Batería de Aptitudes de TEA BAT7.
Instrumentos de Evaluación Utilizando CHC y TRI:
Los instrumentos de evaluación del desarrollo y la inteligencia que utilizan el modelo CHC y/o la TRI se han agrupado en tres bloques:
- Test de Evaluación del Desarrollo de Aplicación Individual:
- Estas pruebas requieren una formación elevada y experiencia para su administración y están clasificadas en la categoría profesional «c».
- Test de Evaluación de la Inteligencia de Aplicación Individual:
- Similar al primer grupo, estas pruebas también requieren una alta formación y experiencia y se centran específicamente en la evaluación de la inteligencia.
- Test de Evaluación de la Inteligencia de Aplicación Colectiva e Individual:
- Estos tests, clasificados en el nivel «b», pueden aplicarse de manera colectiva y requieren conocimientos sobre teoría de tests y métodos estadísticos.
Estos avances reflejan cómo la evaluación de la inteligencia y del desarrollo ha evolucionado hacia un enfoque más sofisticado y detallado, permitiendo una mejor comprensión y medición de las capacidades cognitivas de los individuos.
Referencias
- Moreno Rosset and Ramírez Uclés (2019) Evaluación psicológica : proceso, técnicas y aplicaciones en áreas y contextos. Madrid: Sanz y Torres.