La excoriación, también conocida como trastorno de dermatilomanía, es un trastorno psicológico en el que una persona siente una necesidad irresistible de rascarse, pellizcarse, frotarse o arrancarse la piel de forma repetitiva, lo que puede llevar a lesiones en la piel y a una cicatrización irregular. Las personas que sufren de excoriación pueden pasar largos períodos de tiempo en el baño o frente al espejo, tratando de eliminar las imperfecciones percibidas de su piel. El trastorno puede ser desencadenado por factores emocionales, como el estrés, la ansiedad o la depresión, y puede ser agravado por la falta de sueño y la fatiga.
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