Desde la perspectiva constructivista la experiencia no se reduce a las «vivencias personales» ni a la mera acumulación de inputs. Al hablar de experiencia se hace alusión a la experiencia física, que permite abstraer las propiedades de los objetos (p. ej. tamaño, color…). Y a la experiencia lógico-matemática que posibilita realizar atribuciones al mundo a partir de los propios esquemas de acción (p.ej. numerar un conjunto de objetos, clasificarlos, ordenarlos…). En este sentido, la experiencia siempre incluye la actividad del sujeto de otorgar significado, la cual se produce en su interacción
con el mundo.