Teoría de Watson y Rayner

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La teoría de Watson y Rayner (1920) se basa en los resultados de su investigación sobre el condicionamiento del miedo en un niño de once meses llamado «Albert». Estos autores formularon una teoría experimental de las fobias basada en el condicionamiento clásico. Según esta teoría, cualquier situación inicialmente neutral puede adquirir la propiedad de elicitar respuestas de miedo por su asociación con estímulos nocivos traumáticos, también conocidos como elicitadores naturales de miedo o dolor. De esta manera, un estímulo neutro puede convertirse en un estímulo condicionado de miedo, lo que significa que su presencia evocará respuestas condicionadas de temor.

La ansiedad es entendida como una respuesta emocional condicionada, y tres características principales de este modelo son la repetición de la asociación entre los estímulos condicionados y los estímulos nocivos, la intensidad del miedo inducido por los estímulos nocivos, y el principio de equipotencialidad, según el cual otros estímulos neutros similares a los estímulos condicionados pueden elicitar reacciones de miedo, siendo estas mayores a mayor semejanza con los estímulos condicionados.

El trabajo de Watson y Rayner puede considerarse el primer modelo del enfoque conductual sobre la génesis de las fobias específicas o monosintomáticas, y constituyó la base de posteriores formulaciones identificadas con la psicopatología experimental y la terapia de conducta. Sin embargo, pronto se vio que esta teoría tenía limitaciones importantes, como la falta de selectividad y la no extinción de la respuesta condicionada de miedo en ausencia de reforzamiento.

Por lo tanto, aunque la teoría de Watson y Rayner es un hito importante en la comprensión de la génesis de las fobias, también es importante tener en cuenta sus limitaciones y explorar otras teorías que puedan dar cuenta de los complejos procesos subyacentes a estas condiciones clínicas.

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