Desde la perspectiva del comportamiento organizacional, el principal impulso para el estudio de los afectos y las emociones en entornos de trabajo se produjo con la publicación en 1996 de la Teoría de Eventos Afectivos (Weiss Y Cropanzano,1996). En esta teoría, Weiss y Cropanzano postularon que los trabajadores/as
responden a «eventos afectivos» discretos en el ambiente laboral que dan lugar a respuestas afectivas (o sentimientos) que a su vez conducen a resultados actitudinales y conductuales. Propone que las experiencias afectivas acumuladas en el trabajo junto con otros factores (incluida la personalidad) forman las actitudes que tienen los/as profesionales ante el trabajo.