Michael Tomasello (2006). Sostiene que hay tres principales características que distinguen la comunicación lingüística humana de la comunicación en otras especies animales: a) su carácter simbólico; b) su carácter gramatical; y c) su variabilidad. |
Tomasello (2006) sostiene que hay tres principales características que distinguen la comunicación
lingüística humana de la comunicación en otras especies animales:
- Su carácter simbólico. El hecho de que los símbolos lingüísticos son convenciones sociales que permiten compartir estados mentales a los que los utilizan.
- Su carácter gramatical. Los símbolos lingüísticos se utilizan según determinados patrones o construcciones gramaticales que proveen de significado en sí mismas.
- Su variabilidad. Los diferentes grupos humanos han desarrollado diferentes sistemas o lenguas que son mutuamente ininteligibles entre sí.
La naturaleza social del ser humano hace que ya desde su nacimiento los bebés traten de comunicarse con los otros seres humanos que les rodean, alimentan y cuidan. De esta manera, desde el momento del nacimiento y a lo largo de todo el primer año de vida, los niños y las niñas emiten gestos y sonidos que aunque no sean estrictamente lingüísticos, sí les sirven para interaccionar con su entorno, para establecer canales de comunicación con quienes les rodean. Estos primeros gestos y sonidos de los bebés, además de mostrar sus deseos y emociones, sirven ya como exploración y ejercitación del tracto articulatorio, y son inequívocos precursores del habla. Al finalizar el primer año los bebés suelen ya emitir las primeras palabras cuya frecuencia y número aumenta progresivamente durante el segundo año de vida. Hacia los 18 meses los niños empiezan a realizar emisiones de dos palabras con lo que comienza a emerger la gramática. A partir de los 20-24 meses, el vocabulario de los niños y niñas experimenta un crecimiento muy notable y poco después, a partir de los 24 meses, las emisiones orales poseen ya con frecuencia 3 y 4 palabras e incluyen nexos e inflexiones. La adquisición del lenguaje no está libre de errores de diversos tipos, pero es tal su rapidez y su eficacia que a partir de los tres años muchos niños y niñas son capaces de hablar con increíble fluidez, soltura y precisión. Así, el desarrollo de las capacidades simbólicas y comunicativas del lenguaje permite su utilización como ayuda en el desarrollo del pensamiento, en la línea apuntada por Vygotski y la psicología soviética.
REFERENCIAS
- García Madruga, Delval, & Delval, Juan. (2019). Psicologia del desarrollo I (2ª ed. rev. ed., Grado (UNED); 6201201). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.