Para sobrevivir, el organismo tiene que satisfacer unas necesidades básicas que son comunes a los seres vivos. Necesitan alimentarse y obtener energía, reposar, eliminar desechos, y tienen tendencias que favorecen las conductas de reproducción, que sirven para perpetuar la especie.
El origen de la actividad del organismo hay que verlo en un desequilibrio que se produce en la situación en que se encuentra. Puede experimentar una necesidad de alimento, reflejado en la sensación de hambre, que le lleva a buscar algo que comer, o cansancio, que le induce a dormir. Una vez que ha realizado esas acciones el equilibrio se restablece momentáneamente, hasta que vuelva a surgir otro motivo de desequilibrio, que iniciará un nuevo ciclo.
Consideramos que el desarrollo mental que se ha producido en el hombre y que le diferencia de otros animales es un resultado de la adaptación, es un conjunto de variaciones que facilitan la supervivencia de la especie y que precisamente han dado al hombre unas posibilidades insospechadas respecto a otros animales. La adaptación no es un proceso pasivo, sino activo, lo cual quiere decir que el organismo, al adaptarse, se está modificando, pero, a su vez, modifica el medio. El organismo no sufre la adaptación, sino que es un actor de ella.
Así pues, en un proceso adaptativo podemos distinguir dos aspectos que, de hecho, son indisociables:
- Asimilación. La incorporación que el organismo hace del medio, o más en general, de la acción del organismo sobre el medio.
- Acomodación. La modificación del organismo por efecto de la influencia del medio.
La adaptación es entonces una modificación del organismo en función del medio, que favorece la conservación de ese organismo, pero que a su vez modifica el medio. Como ya había señalado Marx el ser humano, mediante sus acciones y en concreto a través del trabajo, modifica la naturaleza, pero a su vez se modifica él mismo. El organismo se relaciona con su ambiente, actúa sobre él y lo modifica, pero al tiempo se modifica él mismo, de tal forma que los nuevos contactos con el medio ya no serán exactamente iguales.
REFERENCIAS
- García Madruga, Delval, & Delval, Juan. (2019). Psicologia del desarrollo I (2ª ed. rev. ed., Grado (UNED); 6201201). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.