Nelson (1973). Los roles que parecen llamar más la atención del niño son los de los objetos móviles (personas, vehículos y animales) y movibles (comida, ropa), y raramente lugares y localizaciones. |
Peters (1983). Señala otros factores que también determinan las diferencias individuales, como el tipo de habla a la que el niño está expuesto, el tipo de habla que los cuidadores esperan del niño y el desarrollo neurológico individual. |
Dromi (1987). Estudio longitudinal. Encontró que en una muestra de 276 palabras, el uso dependiente del contexto y la referencia restringida o subextension tendían a ocurrir muy pronto en la historia de una determinada palabra, mientras que la sobreextensión tendía a ocurrir bastante tarde (aunque unas pocas palabras se utilizaban de forma sobreextendida desde el inicio). Sin embargo, había un gran número de palabras (136) que no mostraron cambios en su uso durante el período del estudio. |
Snow (1995). Cita que los niños de madres que emiten más palabras por unidad de tiempo muestran un mayor crecimiento de vocabulario o que es más probable que los niños aprendan los nombres de las cosas en situaciones de atención conjunta en interacciones adulto-niño, o que las primeras palabras que el niño aprende son aquellas a las que el niño ha estado expuesto con mayor frecuencia. |
Bates, Dale y Thal (1995). «Las variaciones observadas en el desarrollo temprano del lenguaje son tan importantes que exigen contribuciones sustanciales tanto de los factores genéticos como de los ambientales, con especial énfasis en su interacción». |
Mariscal Altares (2000). Las concepciones anteriores sobre los estilos de adquisición del lenguaje han quedado claramente debilitadas al ponerse de manifiesto las regularidades que presentan todos los niños; hay que añadir que un mismo niño o niña pueden exhibir diversos «estilos» en contextos diferentes. |
El niño empieza a emitir sus primeras palabras alrededor de los 12 meses, aunque es capaz de comprender el significado meses antes. En la producción de las primeras palabras con significado por parte del niño se ha comprobado que las formas emitidas no se corresponden con las formas adultas.
Los niños hablan en primer lugar sobre las personas (mamá, papá) y los objetos que les rodean tales como animales (perro), comida (pan) y juguetes (pelota). Los niños utilizan estas verbalizaciones de una sola palabra no sólo para designar a objetos sino también los roles de los objetos. La frecuencia con la que algunos objetos son nombrados sugiere que algunos roles pueden ser más salientes que otros. Por otra parte, durante el período de desarrollo léxico temprano, el uso de las palabras por parte de los niños muestra varias características o fenómenos ligados a los patrones de cambio evolutivo, como la dependencia del contexto, las subextensiones y sobreextensiones, los desajustes y el solapamientos.
Fenómenos en la adquisición temprana del léxico | |
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Dependencia del contexto | Al principio, cuando se adquiere una palabra, se utiliza sólo en contextos muy específicos (p.ej., sólo se utiliza la palabra perro para designar un dibujo concreto) y sólo cuando el desarrollo léxico va teniendo lugar se empieza a descontextualizar, es decir, a ser utilizada en un rango mucho más amplio de situaciones (p.ej., para designar cualquier dibujo que represente a un perro). |
Subextensiones o restricciones | Consiste en el uso por parte del niño de una palabra en distintas situaciones para referirse sólo a una parte de un conjunto mucho más amplio de objetos, acciones, estados o propiedades; por ejemplo, la utilización restringida de la palabra perro sólo para referirse a una raza de perros. |
Sobreextensiones | Consiste en la utilización de una sola forma léxica para referirse no sólo a un conjunto de objetos, acciones, estados o propiedades que están correctamente etiquetadas con una palabra, sino también y de forma errónea para referirse a otros conceptos diferentes que normalmente comparten ciertas propiedades; por ejemplo, el niño utiliza la palabra perro para referirse correctamente a los diversos tipos y razas de perros, pero también a otros animales que comparten ciertas características, como que tienen cuatro patas, que son aproximadamente del mismo tamaño, etc. |
Solapamiento | Consiste en la utilización de una palabra de forma sobreextendida, para referirse a referentes no apropiados, pero al mismo tiempo se utiliza de forma restringida, ya que sólo se utiliza para referirse a algunos, pero no a todos los referentes apropiados; por ejemplo, la utilización del término perro para referirse a los perros grandes y a otros mamíferos de gran tamaño como las vacas y los caballos, pero no para referirse a los perros pequeños. |
Desajuste | Algunas veces los niños utilizan las palabras en forma completamente diferente de lo que dicta el lenguaje adulto, no existiendo en este caso ningún solapamiento entre ambas referencias; por ejemplo, cuando un niño decide utilizar la palabra pato no para referirse a algún animal o pájaro, sino para referirse al lago en el que suele encontrar los patos y donde ha oído la palabra. |
En cuanto al patrón de desarrollo de estos fenómenos, tras un período de crecimiento muy lento, a partir de los 12 meses se produce un incremento abrupto en el número de palabras que comprenden los niños. La pauta del desarrollo del vocabulario infantil en cuanto a la producción de palabras es algo más tardía, produciéndose un incremento semejante a partir de los 18-24 meses. Alrededor de los 2 años y medio el niño cesa de hacer sobreextensiones y pregunta frecuentemente por el nombre de las cosas («¿Qué es esto?»), lo cual hace que vaya aumentando y acotando el significado de las palabras.
El súbito incremento en el número de palabras comprendidas y producidas por los niños que muestran estas figuras pone de manifiesto su carácter no-lineal, lo que constituye un rasgo de especial interés que plantea dificultades a las teorías explicativas existentes y que puede ser simulado por las redes conexionistas. Asimismo, se ponen de manifiesto las amplias diferencias individuales existentes a las que ya hemos hecho referencia: la aparición del lenguaje varía ampliamente, y existen niños que no empiezan a hablar hasta los dos años.
Referencias
- García Madruga, Delval, & Delval, Juan. (2019). Psicologia del desarrollo I (2ª ed. rev. ed., Grado (UNED); 6201201). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.