El trabajo aporta al ser humano una forma de vida y dinero con el que mantenerse, e incluso, lograr algún capricho. Pero la carrera profesional es mucho más que eso. Los adultos pasan, al menos, 7,5 horas diarias en su ocupación profesional, donde encuentran amigos y enemigos, se adquiere sentido de competencia o incompetencia, y para muchos es un componente esencial de su identidad. La falta de conciencia social y el «miedo» de muchos trabajadores hace que las condiciones laborales cada vez sean más precarias y eso suele tener consecuencias negativas en la salud de los trabajadores.
En busca de un trabajo
Erikson (1982). Uno de los principales objetivos del adulto joven es encontrar un trabajo que permita la generatividad. |
Kohn, Slomczynski y Schoenbach (1986). Algunas investigaciones muestran que los progenitores de clase media o alta, con trabajos que requieren de autonomía, iniciativa y creatividad, valoran y apoyan la iniciativa e independencia en los hijos e hijas. Por su parte los padres obreros, que necesitan de la obediencia a la autoridad en sus oficios, tienden a valorar la obediencia y la conformidad en su descendencia. De esta forma, padres y madres enseñan a sus hijos e hijas los valores y las actitudes propias de su rol social, lo que facilitará que éstos adopten dicho rol y busquen trabajos acordes al mismo. |
Berger (2009). Conseguir suficiente dinero para poder vivir de forma independiente a sus progenitores, se considera uno de los motivos que hace que las personas jóvenes buscadoras de empleo y que pueden permitírselo escojan puestos de trabajo bien remunerados, relegando a un segundo lugar la satisfacción con el empleo. |
Uno de los principales objetivos del adulto joven es encontrar un trabajo (Havighurst, 1956) que permita la generatividad (Erikson, 1982) y suficiente dinero para poder vivir de forma independiente de sus padres. La familia de origen del joven buscador de trabajo parece tener influencia en el trabajo que éste encuentre, en diferentes sentidos:
- Directamente. Utilizando a su red social de apoyo para conseguir la contratación del hijo o hija, o instándole a ocupar un determinado puesto laboral o rol profesional (nepotismo).
- Indirectamente. Facilitando a los hijos e hijas el acceso a la formación (o lo contrario); promoviendo el compromiso y la laboriosidad (o siendo ejemplo de la ausencia de compromiso en el trabajo y la falta de interés en el mismo); a través de los valores propios del estatus social.
Algunas investigaciones muestran que los padres de clase media o alta, con trabajos que requieren de autonomía, iniciativa y creatividad, valoran y apoyan la iniciativa e independencia en los hijos. Por su parte los padres obreros, que necesitan de la obediencia a la autoridad en sus oficios, tienden a valorar la obediencia y la conformidad en sus hijos. De esta forma los padres enseñan a sus hijos los valores y las actitudes propias de su rol social. El problema es que muchos padres son incapaces de distinguir entre el rol de «trabajador» y el de «siervo», por eso cada vez es más común que tantos «trabajadores» se comporten como siervos y el que se atreve a comportarse como un trabajador (ejerciendo sus derechos laborales) sea tachado de conflictivo por sus «compañeros».
En cualquier caso, el grado de transmisión de valores relativos a la profesión de padres a hijos es mayor en el caso de profesiones liberales que en el caso de familias obreras, lo que facilitaría el cambio social. Eso dice el manual, pero la realidad es que lo que facilita el cambio social es una conciencia critica y la participación política. No es casualidad que las condiciones laborales de muchos trabajadores cada vez se parecen más a las de finales del siglo XIX, y en muchas ocasiones el trabajo no saca a la gente de la pobreza, cada vez hay más trabajadores que tienen que acudir a la caridad (Caritas diocesana o Cruz Roja) para sobrevivir.
El estatus laboral
Schaie y Willis (2003). Entre los trabajadores jóvenes el sueldo es un elemento importante a la hora de escoger trabajo. Otras variables entran en juego cuando se escoge un segundo o tercer trabajo, o a la hora de mantenerlo. En estos casos, el sueldo (factor extrínseco) pasa a ocupar un segundo lugar detrás de la calidad de la vida laboral (factor intrínseco). |
Las ventajas de trabajar fuera del hogar para la salud psicológica de las mujeres se dan en todos los casos, pero más aún cuando ocupan puestos de responsabilidad, lo que deja sin argumentos las posturas tradicionales en contra de la inserción profesional de la mujer. Frente a la hipótesis de la escasez de recursos que argumentaba que las energías de las personas son limitadas y que quienes tienen un trabajo no tienen energías para ser al mismo tiempo una buena esposa/o y padre/madre, es decir, un trabajo demandante supondrá inevitablemente conflictos y problemas en el hogar, la hipótesis de la expansión parece explicar mejor los resultados empíricos. Esta hipótesis se basa en las ganancias que se producen de la experimentación de múltiples roles. Según la hipótesis de la expansión el adoptar diferentes roles en la vida permite ganar autoestima, sentido de competencia, prestigio, reconocimiento social, y remuneración económica, lo que hace que en el balance entre ganancias y pérdidas primen las primeras sobre las segundas. Esta hipótesis es válida tanto para los hombres como para las mujeres, ya que los datos empíricos muestran que disfrutan de un mejor ajuste las personas que tienen la oportunidad de desempeñar roles laborales y familiares frente a las que sólo pueden desarrollarse en uno de los dos contextos, independientemente de si son hombres o mujeres.
La jubilación
Topa, De Polo, Moriano y Morales ( 2009). No es extraño que aparezcan los denominados trabajos puente que tienen un efecto positivo en las personas mayores, ya que les proporciona satisfacción laboral y personal, así como un aumento de su calidad de vida. Esto es así en los casos en los que la inversión de tiempo y trabajo se ve recompensada económicamente o en base a la sensación de que el trabajo realizado por la persona mayor se respeta y valora. |
Aymerich, Planes y Gra (2010). Encontraron que el porcentaje de personas que pasaron por la fase de prejubilación fue mínimo, mientras que alrededor del 40% de los jubilados se adentraron directamente tras el retiro en la fase de desencanto, que, afortunadamente, duró poco tiempo. Las fases más frecuentes, que experimentaron más del 70% de los jubilados fueron las de reorientación y estabilidad . |
La jubilación no es un corte brusco con la realidad laboral previa de las personas, sino más bien una transición que se da poco a poco. En esta transición se pasa por cinco fases diferentes (Atchley, 1975). Estas fases, no son secuenciales ni es necesario que todos los adultos pasen por ellas. Un reciente estudio encontró que en el estado español el porcentaje de personas que pasaron por la fase de prejubilación fue mínimo, mientras que alrededor del 40% de los jubilados se adentraron directamente tras el retiro en la fase de desencanto. Las fases más frecuentes, que experimentaron más del 70% de los jubilados fueron las de reorientación y estabilidad. Sin embargo, otros trabajos han encontrado datos que apoyan la idea de que la mayor parte de los jubilados pasan por la fase de luna de miel tras la jubilación. Tampoco es extraño que aparezcan los denominados trabajos puente que tienen un efecto positivo en las personas mayores, ya que les proporciona satisfacción laboral y personal, así como un aumento de su calidad de vida.
Fase de prejubilación | Se trata del periodo previo a la jubilación real. Las personas comienzan a prepararse para el retiro laboral, a preguntarse e imaginar cómo será su vida una vez jubilados. |
Fase de jubilación | Comienza con el momento en el que la persona deja el trabajo. Esta fase puede materializarse de tres formas diferentes: Luna de miel. Es el caso de los adultos que con la jubilación comienzan a realizar aquellas actividades que llevan tiempo queriendo hacer pero que las obligaciones laborales no le permitían. La persona está feliz de tener, por fin, tiempo. Puede viajar, volver a estudiar, acometer hobbies… en cualquier caso, es una fase característica de aquellos adultos que se jubilan voluntariamente y tienen suficientes recursos económicos como para poder llevar a cabo todas sus fantasías. Descanso y relajación. En este caso, el adulto aprovecha la jubilación para descansar de las obligaciones que ha debido sobrellevar durante su vida activa. Continuidad. Son aquellos adultos que continúan realizando algunas de las actividades que realizaban cuando aún estaban trabajando. Por ejemplo, aquel agricultor que continúa teniendo su huerto por gusto, quien se dedica a la maquetación después de haber sido carpintero, o quien sencillamente dedica más tiempo a las actividades de ocio que ya venía desarrollando. |
Fase de desencanto | Tiene lugar cuando la persona descubre que las fantasías asociadas a la época de la jubilación no se cumplen. Puede ocurrir por la muerte de la pareja, la llegada de una enfermedad o simplemente porque las expectativas previas se alejan de la realidad. |
Fase de reorientación | La persona abandona las expectativas previas a la jubilación, tanto las excesivamente positivas como las negativas, explora nuevas posibilidades, toma decisiones y logra organizar una rutina nueva dentro del retiro. Esta rutina tiene en cuenta tanto las posibilidades reales de la jubilación como los inconvenientes que acarrea. |
Fase de estabilidad | En esta fase, el jubilado consigue una rutina estable y satisfactoria en su día a día. |
Adaptación a la jubilación
La forma de adaptarse a la jubilación dependerá de muchos factores: la salud del trabajador, si se ha jubilado por decisión personal o por imposición de la empresa, el tipo de trabajo realizado, el nivel de ingresos previo y posterior a la jubilación, las relaciones familiares, etc. La siguiente exposición relativa a los factores asociados a la adaptación a la jubilación está basada en la revisión de Madrid y Garcés (2000):
- Vida marital. Estar casado se convierte en uno de los factores asociados con el mayor bienestar tras la jubilación. El estado civil de casado se asocia a mayor satisfacción vital, más actividades de ocio, mejor salud física y psicológica, y mayor apoyo social.
- Salud. Sin duda, el estado de salud propia, del cónyuge y de familiares cercanos se convierte en un elemento clave de adaptación a la jubilación. En los casos de dependencia de la pareja o algún hijo el ajuste al retiro será vivido de forma negativa, así como en el caso de que sea la salud propia la que se resiente.
- Estatus profesional. El tipo de trabajo que se abandona también supone un factor relevante a la hora de explicar el ajuste a la jubilación. Aquellas personas que han desarrollado su carrera laboral en ocupaciones de mayor estatus y nivel educativo parecen ajustarse mejor a la jubilación.
- Apoyo social. La persona recién jubilada tiene que adquirir un nuevo sentido de identidad alejada de la definición del rol laboral. En función del apoyo percibido por parte de familiares y amigos, y del grado de congruencia entre las expectativas del jubilado y las personas que le rodean esa construcción se realizará con mayor o menor facilidad.
- Recursos económicos. La relación entre la estabilidad económica y el bienestar personal es obvia, en la sociedad capitalista todo cuesta dinero, por lo tanto, a más dinero más y mejor “vida”. No es justo pero es lo que tenemos en este momento.
Aunque el autor ha discriminado entre estos factores, muchos de ellos suelen darse juntos y, es la conjunción de varios de ellos la que explica la adaptación a la jubilación: serán aquellas personas
con mejores recursos económicos, con mejores trabajos y estatus social, cuyo trabajo les ha permitido un estilo de vida más saludable y que pueden mantener un estilo de vida similar al laboral quienes mejor se ajusten al retiro.
Referencias
- García Madruga, Delval, & Delval, Juan. (2019). Psicologia del desarrollo I (2ª ed. rev. ed., Grado (UNED); 6201201). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.