D E M O C R A T O P I A

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Además, es relevante mencionar que en algunos casos, estos resúmenes y contenidos son elaborados con el apoyo de herramientas de Inteligencia Artificial. Por tanto, me gustaría reiterar nuestras disculpas por cualquier confusión o malentendido que haya podido surgir debido a la falta de claridad respecto a la naturaleza y el origen del contenido en kibbutzpsicologia.com.

LAS RELACIONES ENTRE LENGUAJE Y PENSAMIENTO

Watson (1919). Según este autor el pensamiento sólo era una forma más de lenguaje, una especie de «habla subvocal» cuya principal característica radicabaen que los movimientos articulatorios del habla eran atenuados o resultaban incompletos.
Köhler (1921). Desveló una importante capacidad de solución de problemas en unos animales carentes siquiera de aparato fonador.
Piaget (1936). Demostró que los bebés humanos tenían una increíble capacidad de interpretación y aprendizaje, previa al lenguaje.

Para Piaget el pensamiento sería anterior al lenguaje y determinaría en gran parte su desarrollo. En realidad, pese a que sostuvo que el lenguaje surge a partir de una función intelectual, Piaget no dudó en reconocer que el lenguaje podía potenciar el desarrollo intelectual, gracias a las enormes posibilidades que el lenguaje abre a la discusión y a la educación reglada. Asimismo, pensó que las operaciones relacionadas con el razonamiento formal que exige la elaboración y manipulación de enunciados proposicionales, no serían posibles sin el concurso del lenguaje.

La teoría más difundida sobre las relaciones entre pensamiento y lenguaje es la propuesta de Lev Semiónovitch Vygtoski. Según Vygtoski, en sus inicios lenguaje y pensamiento son dos ámbitos diferenciados, pero en el curso del desarrollo sus caminos se cruzan y en adelante evolucionan conjuntamente hasta dar lugar a una nueva forma de pensamiento y lenguaje específicamente humana: el pensamiento verbal.

Piaget y el lenguaje egocéntrico

Piaget (1923). Señaló que el lenguaje de los niños pequeños frecuentemente denotaba una severa falta de adaptación a los puntos de vista de los otros, por lo que lo denominó lenguaje egocéntrico, distinguiéndolo así del habla comunicativa que mostraban los niños más mayores.
Piaget (1923). Situó la desaparición del lenguaje egocéntrico hacia los siete años.
Piaget (1923). Estimó que el habla egocéntrica podía ser contraproducente si el niño se dejaba
llevar por el lenguaje olvidándose de su actividad.
Piaget (1924). «Es la necesidad social de compartir el pensamiento de los demás, de comunicar el nuestro y de convencer, lo que está en el origen de nuestra necesidad de verificación: la prueba ha nacido de la discusión».
Piaget (1963). El egocentrismo del lenguaje se debía únicamente a la inhabilidad para descentrarse del propio punto de vista, y no a una socialización deficiente.


La teoría de Piaget apoya el origen de la inteligencia lógica en las acciones que el bebé realiza sobre su entorno y en su propia acción interpretadora. El problema es que, según el autor, la capacidad que permite una verdadera comunicación con los demás no aparece en forma plena, hasta la etapa de las operaciones concretas (hacia los 7-8 años de edad). En consecuencia, Piaget señaló que el lenguaje de los niños pequeños frecuentemente denotaba una severa falta de adaptación a los puntos de vista de los otros, por lo que lo denominó lenguaje egocéntrico, distinguiéndolo así del habla comunicativa que mostraban los niños más mayores.

Según Piaget, el lenguaje egocéntrico caracterizaba la mayoría del habla de los niños entre los tres y los siete años de edad. A diferencia del lenguaje comunicativo, en este primer lenguaje el discurso estaba centrado en el propio emisor, sin importar el punto de vista del otro, o sin importar siquiera el hecho de no estar siendo escuchado. Siguiendo estas líneas, el autor identificó hasta tres variantes de habla egocéntrica:

  • La repetición de sílabas o sonidos.
  • El monólogo, donde el niño se engancha en un soliloquio.
  • El monólogo colectivo, en el que varios niños hablan al tiempo pero sin escucharse ni responderse entre sí.

Piaget convino que el habla egocéntrica, inadecuada desde el punto de vista interactivo. El carácter autocentrado del lenguaje infantil llevó al autor a señalar algunos paralelismos con los modelos psicoanalíticos que planteaban la primigenia del pensamiento autista y tendente a la ensoñación. Años más tarde, Piaget aclaraba que el egocentrismo lingüístico poco tenía que ver con el pensamiento autista o centrado en la satisfacción del principio de placer; el origen de esta limitación no era emocional sino intelectual.

fig 6.6
Esquema del desarrollo del pensamiento y el lenguaje según Piaget.


Para Piaget el uso infantil del lenguaje estaba más cerca de ser el ejercicio de una capacidad que permite el uso de símbolos, que el de una capacidad orientada desde su inicio a la comunicación y la interacción con los demás. Según el autor, la transición hacia el habla comunicativa se debía a la progresiva capacidad del niño de descentrar su pensamiento y contemplar un problema desde distintos ángulos. Piaget reconoce y destaca el papel del lenguaje y la interacción social como promotores del pensamiento lógico.

Vygotski y las funciones del lenguajeVygotski y las funciones del lenguaje

Vygotski (1934). Publica «Pensamiento y Lenguaje», en esta obra abordó el pensamiento humano desde una óptica basada en la influencia quela cultura y los medios de socialización ejercen sobre el desarrollo.
Vygotski (1934). En favor de su hipótesis, encontró que la tasa de habla egocéntrica disminuía en contextos que favorecían el aislamiento social, lo que contradecía su origen en un pensamiento original cercano al autismo o a la ensoñación privada tal y como parecía sugerir la obra de Piaget de 1923.
Vygotski (1934). El hecho crucial del desarrollo humano consistía, según el autor, en la convergencia de ambas líneas de desarrollo (lo intelectual y lo lingüístico).
Vygotski (1934) insistía en el carácter histórico y social del pensamiento verbal: «El pensamiento verbal no constituye una forma natural de comportamiento, sino una forma histórico-social, que debido a ello se distingue en lo fundamental por toda una serie de propiedades y regularidades específicas, que no pueden encontrarse en las formas naturales de pensamiento y de lenguaje (op. cit., p. 117)»
Luria (1959). Resalta que el habla egocéntrica está estrechamente conectada a la actividad práctica primero «como acompañamiento» y después «como lenguaje de programación».
García Madruga (1988). El recurso de hablar en voz alta por parte de los adultos está enraizado en la consideración del habla egocéntrica como una herramienta de solución de problemas, y no sólo como un fenómeno evolutivo.
Feigenbaum (2006). Cuando el niño sea capaz de formular auto-preguntas podrá avanzar hacia las formas más complejas de habla egocéntrica.

Muchas de las ideas evolutivas de Piaget fueron revisadas y rebatidas por su coetáneo soviético Vygotski, este autor analizó las producciones egocéntricas de los niños llegando a la conclusión de que éstas en absoluto eran asociales en el sentido expresado por Piaget. Para Vygotski el llamado lenguaje egocéntrico no era otra cosa que el resultado de traspasar a la escena individual las formas sociales de comportamiento previamente aprendidas.

En favor de su hipótesis, el autor encontró que la tasa de habla egocéntrica disminuía en contextos que favorecían el aislamiento social. En sus investigaciones Vygotski advirtió que mediante el lenguaje egocéntrico los niños ejercían un control verbal de la conducta que, hasta entonces, había sido externo. Una prueba inequívoca de su hipótesis era el significativo aumento de habla egocéntrica ante las dificultades que surgían en el curso de una actividad. Siguiendo esta idea, en uno de sus experimentos pidió a varios niños que colorearan un dibujo, sin advertirles de que su tarea había sido intencionalmente obstaculizada. Frente a una dificultad, el niño trataba de entender y remediar la situación hablando y razonando consigo mismo: «¿Dónde está el lápiz?, ahora necesito uno azul; no importa, pintaré con el rojo y lo mojaré con agua, se pondrá oscuro y parecerá azul».

Según Vygotski, el contenido de los discursos infantiles demostraba que el lenguaje egocéntrico era un intento de tomar mayor conciencia del problema y de buscar una salida. El lenguaje egocéntrico se convierte en un instrumento para pensar en sentido estricto, es decir, comienza a ejercer la función de planificar la resolución de la tarea surgida en el curso de su actividad. Vygotski no sólo reconocía la función expresiva y de relajación de la tensión señalada por Piaget, sino que proponía una función nueva y de extraordinaria importancia que consistía en la planificación y regulación de la propia conducta.

Vygotski también añadía que el control verbal de la conducta se producía de una forma progresiva, de modo que el lenguaje egocéntrico comenzaría desempeñando funciones expresivas y de relajación de la tensión, para más adelante asumir las funciones propias de planificación y control de la conducta. La explicación a esta evolución es quizá uno de los aspectos más oscuros y controvertidos en la teoría de Vygotski. No obstante, se ha apuntado que parte de la clave podría estar en la mejora de las habilidades conversacionales. Finalmente, la desaparición del habla egocéntrica hacia los siete años fue abordada por Vygotski en una explicación que daba un nuevo giro a su teoría. Según el autor, el lenguaje egocéntrico no se extingue, sino que se transforma para adecuarse a su función autorreguladora. Por este motivo, el habla egocéntrica tendería a la abreviación y a despojarse de su aspecto sonoro, hasta no ser siquiera perceptible. Según Vygotski, la interiorización del lenguaje provoca la impresión errónea de una extinción, si bien, la función autorreguladora del habla no desaparece, sino que subsiste, sin necesidad de vocalizaciones, en una nueva forma de lenguaje: el lenguaje interno.

Según Vygotski, el lenguaje interno no sólo se caracterizaba por su dimensión no sonora, también por asumir una sintaxis particular inclinada a la condensación y a la omisión de la información conocida. Por ello, en el lenguaje interno será posible hablar sobre las dificultades que hay que superar en una acción (la acción nueva) sin reparar en dónde transcurre o quién es el sujeto que la realiza (esta información no novedosa para el hablante constituiría el sujeto psicológico). El lenguaje interno se configuraba como un medio orientado al ejercicio del pensamiento individual y no de la comunicación entre personas.

fig 6.5
Desarrollo del lenguaje y el pensamiento, según Vygotski.

La trayectoria evolutiva del habla egocéntrica ha sido validada en los nuevos trabajos que confirman su evolución en forma de «U» invertida. Según éstos, la tasa de habla egocéntrica alcanza su cota máxima hacia los cuatro años, momento en que se inicia su transformación hacia formas más abreviadas (como susurros o movimientos visibles de labios), hasta ser interiorizada cerca de los seis años . Se ha apuntado que cualquier adulto, enfrentado a una tarea desafiante, puede emitir habla egocéntrica como recurso para tomar mayor conciencia de sus procesos, e ir interiorizándola a medida que va aumentando su competencia en la tarea.

Para Vygotski el lenguaje egocéntrico no se socializa con la edad, como proponía Piaget, sino que se torna progresivamente más ininteligible y privado. Con la transformación del lenguaje egocéntrico en lenguaje interno la función autorreguladora del lenguaje pasaba a realizarse en un plano privado, en el que se desdibujaban los límites entre pensamiento y lenguaje. De esta manera, se alcanza un punto final genuina y exclusivamente humano: el pensamiento verbal, cuya peculiaridad reside en su carácter inaudible y en la adopción de características internas únicas y distintas a las del lenguaje social.

Referencias

  • García Madruga, Delval, & Delval, Juan. (2019). Psicologia del desarrollo I (2ª ed. rev. ed., Grado (UNED); 6201201). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.
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