Modelos de acceso directo: modelo del logogén

Morton (1969). Desarrolla el modelo Logogén original.
Winnick y Daniel (1970). Demostraron que la lectura en voz alta de una palabra facilitaba su reconocimiento taquistoscópico posterior, pero nombrar una palabra ante un dibujo, o producirla en respuesta a una definición, no influye luego en su reconocimiento taquistoscópico.
Coltheart, Davelaar, Jonasson y Besner (1977). Sugirieron la existencia de un tiempo límite para reconocer las palabras en el sistema de logogenes. Una vez agotado este plazo sin que se haya disparado ningún logogén, se rechaza el estímulo como no-palabra.
Morton, Petterson (1980). Desarrollan una versión mejorada del modelo Logogén original.
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Modelo de Logogén de reconocimiento de palabras, en su formulación original (Morton, 1969)

En 1968 John Morton planteó un modelo que ha sido muy influyente en la investigación sobre el reconocimiento de las palabras. De acuerdo con la formulación original del modelo, al sistema de logogenes llega información en paralelo desde tres fuentes distintas: representaciones ortográficas obtenidas por el análisis visual de las palabras escritas, representaciones auditivas de las palabras habladas, y representaciones semánticas procedentes del sistema cognitivo. Las dos primeras son fuentes externas al sujeto porque corresponden a la información de entrada del estímulo, mientras que la tercera es información interna que procede de su propio sistema cognitivo. Esta última es la que utilizamos en la producción del lenguaje, al nombrar dibujos u objetos, o cuando pensamos en las palabras que vamos a emplear.

Ahora bien, el sistema de logogenes no hace distinción entre las fuentes, y para él las tres son externas. Una vez que la información ingresa en el sistema de logogenes, ésta tiene el mismo valor funcional independientemente de cuál ha sido su origen, todas son funcionalmente equivalentes. De este modo, Morton explica el efecto del contexto: en la medida en que los logogenes disponen de mayor información procedente del sistema cognitivo, es decir, la denominada información arriba-abajo proveniente de los procesos superiores, necesitará menos información sobre el estímulo (de abajo-arriba) para la identificación de las palabras. Se trata de un modelo interactivo, porque la información contextual ejerce su influencia desde el primer momento en el proceso de reconocimiento de palabras.

Interpretación de algunos fenomenos empíricos por el modelo Logogén de Morton.

Después de que un logogén ha sido activado al identificar una palabra, su activación desciende al nivel de reposo, pero esto no ocurre de forma instantánea, sino que lleva cierto tiempo. Por lo tanto, las palabras recién activadas retendrán una activación residual superior a la de reposo durante un corto período de tiempo; si en ese momento el estímulo de entrada vuelve a activar el mismo logogén, éste se disparará antes, reconociendo de nuevo la palabra con mayor facilidad. Es así como se explica el priming de repetición. Morton propone que cada logogén tiene un umbral de disparo distinto. Las palabras de alta frecuencia, que son familiares al sistema de logogenes porque se han presentado muchas veces a lo largo de la vida del sujeto, cuentan con logogenes con un umbral más bajo. Por eso se activarán antes que las palabras poco frecuentes, que tienen umbrales más altos y necesitan mayor cantidad de activación antes de alcanzarlo. Así es como el modelo explica el efecto de la frecuencia léxica. Por otra parte, los logogenes están conectados entre sí de manera que se comunican la activación, y ésta se extiende entre los logogenes cercanos, si bien este proceso tampoco sucede de forma instantánea. Las palabras semánticamente próximas, con significados similares, tienen logo-genes cercanos entre sí y con mayor probabilidad de comunicar sus respectivas activaciones. De este modo, Morton explica el efecto del priming semántico. Cuando, por ejemplo, leemos la palabra «hospital», se activa su logogén, y parte de su activación se comunica a los logogenes próximos, como «doctor», «enfermedad», «ambulancia», «quirófano», etc. Si en ese momento entra información congruente con la palabra «doctor», su logogén se disparará antes gracias a la activación recibida desde el logogén «hospital».

Modelo revisado de Logogén (Morton y Patterson, 1980)

Morton no pudo mantener la sencillez de su esquema original porque no era capaz de explicar algunos datos experimentales que iban apareciendo. El modelo opera únicamente con unidades léxicas, por lo que no está claro cómo se procesan las unidades subléxicas, como las sílabas y otras. El modelo postula que debería existir una facilitación clara entre modalidades sensoriales distintas, o priming transmodal de repetición, que no es confirmada por los datos. Tampoco se observa facilitación desde el canal cognitivo; Winnick y Daniel (1970) demostraron que la lectura en voz alta de una palabra facilitaba su reconocimiento taquistoscópico posterior, pero nombrar una palabra ante un dibujo, o producirla en respuesta a una definición, no influye luego en su reconocimiento taquistoscópico.


Morton y Patterson desarrollan una nueva versión del modelo Logogén original. En lugar de uno, se consideran tres sistemas distintos de logogenes: uno por cada modalidad sensorial o canal de entrada (visual frente a auditiva), más un tercer sistema de salida. De este modo, los sistemas se mantienen separados sin influencias entre modalidades. Evidencia experimental posterior sugirió la necesidad de considerar cuatro sistemas: uno para leer, otro para escribir, otro para escuchar y otro para hablar. A la luz de los datos experimentales que han ido apareciendo durante las últimas décadas, han surgido nuevas versiones y variantes del modelo del logogén.

Referencias

  • Cuetos Vega, González Álvarez, Vega, and Vega, Manuel De. Psicología Del Lenguaje. 2ª Edición. ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana, 2020.
  • PDF Profesor tutor Pedro R. Montoro
  • YouTube

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