La moral está constituida por dos aspectos o planos, el plano normativo y el plano fáctico.
El plano normativo
El plano normativo origina lo que se llama, estrictamente, moral. La moral es, pues, el conjunto de normas o imperativos que existen para ser realizados, y que se consideran valiosos y debidos, independientemente de que se realicen o no. En cuanto conjunto de normas, reglas o deberes que impone la sociedad, la moral comprende un plano normativo, el cual señala siempre un deber ser. Toda norma, todo imperativo, como su nombre lo indica, da una orden, manda cómo debe uno comportarse. Muchas veces se dice que la ética es la ciencia del deber ser, justamente por eso, porque estudia normas que valen independientemente de que se cumplan o no (es decir, tienen un carácter a priori). Cuando se piensa en una disposición, en un mandato (por ejemplo «Debes acatar el Código de Conducta de la Universidad») se está pensando en el plano normativo de la moral. Este mandato puede ser obedecido o bien, desobedecido. En la moral entran, pues, los actos aprobatorios (moralmente buenos) y los actos reprobatorios (moralmente malos). Esta característica de la moral, el abarcar tanto los actos buenos como los malos o inmorales se llama bipolaridad de los valores.
El plano fáctico
La moral existe para ser realizada. No tendría sentido prescribir una norma, si no fuera posible llevarla a cabo. Cuando se habla de la realización de la moral, se refiere uno al plano fáctico, al plano de los hechos. El plano fáctico está formado por los actos concretos que se realizan conforme a las normas establecidas (plano normativo). Un ejemplo del plano fáctico de la moral es el siguiente: el hecho de que, teniendo en cuenta la norma «debes acatar el Código de Conducta de la Universidad», Luis no haya aceptado hacer trampas en los exámenes online (AvEx) cuando su amiga Antonia le facilitaba todos los medios para ello; pero también podría haber sucedido que Luis violara esta norma. De todas maneras ambos tipos de comportamiento pertenecen al plano fáctico de la moral, uno es positivo y el otro negativo.
La moralidad es la moral hecha realidad (moral efectiva), es la manera cotidiana en que se viven las normas, es decir, la serie de actos efectivos, tal como se realizan cotidianamente.
Referencias
Escobar Valenzuela, G. (1992). Ética: Introducción a su problemática y su historia / Gustavo Escobar Valenzuela (4a. ed. 2000.). México: McGraw-Hill.