El mutismo selectivo (MS) es un trastorno mental infantil que se caracteriza por la ausencia de habla en situaciones públicas específicas en las que se espera que el niño hable, como en el colegio o encuentros sociales. En cambio, en otras situaciones, como en el hogar, el niño habla con normalidad. El trastorno suele manifestarse en las primeras etapas de la infancia, aunque se hace más evidente cuando el niño ingresa al colegio. Es importante señalar que el niño experimenta ansiedad en silencio. Debido a que el MS es poco común, se sabe poco sobre él y se requiere de mayor investigación para un abordaje más completo del trastorno.
Diagnóstico y características clínicas
Muris y Ollendick (2015). Aunque podría pensarse que el MS se trata de un trastorno del habla, existe amplia evidencia de que se trata de un trastorno de ansiedad. |
Muris y Ollendick (2015). En algunos estudios se ha visto que casi la totalidad de individuos con MS reunían los criterios de fobia social. |
Aunque comúnmente se piensa que el mutismo selectivo (MS) es un trastorno del habla, existe amplia evidencia que demuestra que se trata de un trastorno de ansiedad, como ha sido identificado por el DSM-5 al incluirlo en el grupo de los trastornos de ansiedad. Los niños con MS pueden hablar en casa con sus familiares más cercanos, pero no lo hacen en situaciones de interacción social, lo que se evidencia de manera característica en la escuela. Aunque es un trastorno de elevada ansiedad en general, la ansiedad social predomina, por lo que a veces se considera como un trastorno de ansiedad social. De hecho, algunos estudios han demostrado que casi todos los individuos con MS cumplen con los criterios para la fobia social (Muris y Ollendick, 2015). El MS puede ser diagnosticado junto con cualquier otro trastorno de ansiedad.
Existen algunas características clínicas que suelen asociarse al MS y que pueden apoyar su diagnóstico, como la excesiva timidez, el miedo a ser humillado socialmente, el aislamiento y retraimiento social, así como conductas oposicionistas, negativistas y berrinches (APA, 2013).
Los principales problemas de diagnóstico diferencial se relacionan con trastornos de la comunicación, del neurodesarrollo, psicóticos y el trastorno de ansiedad social (fobia social). Los trastornos de la comunicación, a diferencia del MS, implican alteraciones del habla que no se limitan a situaciones sociales específicas. Los trastornos del neurodesarrollo, la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos pueden presentar conductas de mutismo, pero en estos casos se deben a la falta de capacidad para hablar en situaciones sociales. En los casos de MS, suele presentarse con frecuencia sintomatología del trastorno de ansiedad social, y si se cumplen los criterios para ambos trastornos, ambos deben ser diagnosticados.
Criterios para el diagnóstico del Mutismo selectivo según el DSM-5 (APA, 2013) |
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Criterio A. Fracaso constante para hablar en situaciones sociales específicas en las que existe expectativa por hablar (p. ej., en la escuela) a pesar de hacerlo en otras situaciones. Criterio B. La alteración interfiere en los logros educativos o laborales, o en la comunicación social. Criterio C. La duración de la alteración es como mínimo de un mes (no limitada al primer mes de escuela). Criterio D. El fracaso para hablar no se puede atribuir a la falta de conocimiento o a la comodidad con el lenguaje hablado necesario en la situación social. Criterio E. La alteración no se explica mejor por un trastorno de la comunicación (p. ej., trastorno de fluidez [tartamudeo] de inicio en la infancia) y no se produce exclusivamente durante el curso de un trastorno del espectro autista, la esquizofrenia u otro trastorno psicótico. |
Epidemiología y curso evolutivo
Fuente | Prevalencia en clínicas y población escolar |
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DSM-5 (APA, 2013) | 0,03% y el 1% |
La prevalencia del MS es baja, variando en muestras clínicas y población escolar entre el 0,03% y el 1%. Es más común en niños pequeños y no parece haber diferencias en función del género (APA, 2013). El trastorno suele iniciarse entre los dos y los cinco años de edad, aunque la sintomatología se manifiesta con mayor claridad cuando el niño comienza a asistir a la escuela. La duración del trastorno es variable y, aunque en muchos casos se supera, en algunos puede prolongarse en el tiempo, con una duración media de ocho años y disipándose después con el tiempo.
El MS es muy comórbido con otros trastornos de ansiedad, especialmente el trastorno de ansiedad social, seguido del trastorno de ansiedad por separación y las fobias específicas. Aproximadamente la mitad de los casos de MS tienen también algún diagnóstico de otro trastorno de ansiedad. En general, se ha constatado que los niños con MS presentan elevados niveles de ansiedad, con síntomas comparables a los de la fobia social u otros trastornos de ansiedad. Muchas características del MS se solapan con la fobia social, como el intenso miedo y la evitación asociados a situaciones que pueden provocar sentimientos de vergüenza. Además, se ha demostrado que un porcentaje significativo de niños con MS reúne los criterios para el diagnóstico de algún trastorno de la comunicación.
Aunque el curso del MS no suele ser crónico, se asocia a niveles significativos de interferencia en los ámbitos educativo, laboral y social (Criterio de diagnóstico B). Algunos estudios han demostrado que los niños que han sufrido el trastorno continúan teniendo problemas de comunicación en etapas posteriores de la vida, tienen un rendimiento escolar o laboral bajo y suelen presentar elevadas tasas de trastornos mentales. El MS puede generar aislamiento y deterioro social debido a la dificultad para participar en situaciones de interacción social.
Etiología
(Muris y Ollendick (2015); Sandín (1997). El temperamento (inhibición conductual) también parece desempeñar un papel especialmente relevante en la etiología de este trastorno, al igual que en el trastorno de ansiedad de separación . |
Muris y Ollendick (2015). Se ha informado que da timidez, una variante social de la inhibición conductual, es observada con frecuencia en niños con MS, con porcentajes que varían entre el 68% y el 83%. |
Muris y Ollendick (2015). Han enfatizado que el MS podría consistir en Un trastorna del neurodesarrollo. Para ello se basan en que la prevalencia de problemas del habla y del lenguaje en niños con MS es elevada. |
Olivares y Olivares (2018); Muris y Ollendick (2015). Se ha sugerido, además, que en el desarrollo y mantenimiento del MS pueden desempeñar un papel relevante los factores de neurodesarrollo y la evitación. |
En la etiología del MS, intervienen diversos factores, como la genética, el temperamento (inhibición conductual) y las variables ambientales, que también están presentes en otros trastornos de ansiedad. Los factores de neurodesarrollo y la evitación también podrían desempeñar un papel relevante en el desarrollo y mantenimiento del MS. Estas hipótesis sugieren que múltiples factores podrían relacionarse e interactuar entre sí.
La evidencia indirecta sugiere que la contribución genética puede estar presente en el MS, ya que existe una alta probabilidad de que los padres y hermanos de los niños con MS tengan también historia de este trastorno y otros trastornos de ansiedad.
El temperamento inhibido, especialmente la inhibición conductual, también parece tener un papel importante en la etiología del MS. Los niños con MS a menudo muestran características que sugieren la existencia de un temperamento inhibido.
El ambiente también es un factor importante, especialmente la influencia familiar y el estrés psicosocial temprano, como el abuso sexual y físico, la pertenencia a familias divorciadas y tener padres con trastornos mentales.
Algunos autores han sugerido que el MS podría ser un trastorno del neurodesarrollo, basándose en la prevalencia de problemas del habla y del lenguaje en niños con MS y en los déficits en habilidades sociales y retrasos en el desarrollo que se han encontrado en estos niños. También se ha propuesto que la conducta de no hablar que caracteriza a los niños con MS podría ser una estrategia de regulación emocional.
Referencias
- Belloch, Sandín, Ramos Campos, and Sandín, Bonifacio. Manual De Psicopatología. 3ª edición. Madrid [etc.]: McGraw-Hill Interamericana De España, 2020. Print.
- ChatGPT