Hace unos 5.000 años que se inventó el lenguaje escrito y sólo dos siglos desde que se empezó a usar de manera masiva, en la actualidad la mayor parte de la información nos llega a través de los textos escritos. Al no estar programado en el cerebro, el lenguaje escrito requiere un aprendizaje sistemático de varios años hasta conseguir leer de una manera fluida y automática. Cada vez que una palabra o frase aparece ante nuestros ojos no podemos evitar leerla. En consecuencia, la lectura se ha convertido, junto con la comprensión oral, en un tema central de la psicología del lenguaje.
La lectura requiere unos procesos similares a los que empleamos en el lenguaje oral, ya que el objetivo que persigue es el mismo: comprender un mensaje a partir de unos estímulos físicos que llegan a nuestros sentidos. La diferencia radica en que en el lenguaje oral esos estÍmulos son ondas sonoras que llegan a nuestros oídos, y en el lenguaje escrito, son signos en el papel o en la pantalla que se proyectan sobre nuestros ojos. De hecho, mientras que en el lenguaje oral los fonemas que forman las palabras van llegando a nuestros oídos de manera sucesiva y desaparecen inmediatamente, en el lenguaje escrito las letras que forman las palabras aparecen todas a la vez y permanecen en nuestro campo visual durante todo el tiempo que queramos, lo que nos permite volver a leer una palabra si no estamos seguros de haberlo hecho bien. A partir de los fonemas en el lenguaje oral y de las letras en el lenguaje escrito reconocemos las palabras, algo fundamental para entender el mensaje.
En el lenguaje oral, la variable más determinante de la rapidez en el reconocimiento de las palabras es el punto de unicidad. En cambio, en la lectura, la palabra aparece completa ante nuestra vista, por lo que el punto de unicidad tiene poca importancia, y menos aún en los lectores expertos que identifican rodas las letras en paralelo. En el reconocimiento de palabras escritas, las variables más influyentes son la frecuencia de uso y la edad de adquisición. La prosodia y los gestos del hablante son componentes importantes en la comprensión oral, aparte de que hablante y oyente están haciendo referencia constantemente al contexto.
Referencias
- Cuetos Vega, González Álvarez, Vega, and Vega, Manuel De. Psicología Del Lenguaje. 2ª Edición. ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana, 2020.
- PDF Profesor tutor Pedro R. Montoro