D E M O C R A T O P I A

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Además, es relevante mencionar que en algunos casos, estos resúmenes y contenidos son elaborados con el apoyo de herramientas de Inteligencia Artificial. Por tanto, me gustaría reiterar nuestras disculpas por cualquier confusión o malentendido que haya podido surgir debido a la falta de claridad respecto a la naturaleza y el origen del contenido en kibbutzpsicologia.com.

Preconceptos y pensamiento preoperatorio

INTRODUCCIÓN

Delval (1994/96). La principal tarea del niño en su desarrollo cognitivo inicial es conseguir «organizar» el mundo que le rodea, a fin de entenderlo y poder desenvolverse adecuadamente dentro del mismo.
Delval (1994) Lo esencial del desarrollo intelectual es la organización del mundo, construyendo una imagen suya, y al mismo tiempo la construcción paralela de los procedimientos para organizarlo, que constituyen lo que entendemos por inteligencia. El mundo va cobrando un sentido cada vez más preciso y paralelamente aumentan las posibilidades de actuar sobre él.

La categorización juega un papel especialmente importante en las primeras etapas del desarrollo de la inteligencia, se trata del proceso por el que el niño llega a categorizar las cosas en función de sus semejanzas y diferencias percibidas. Piaget habla de invariantes cognitivas para definir aquellos elementos o aspectos que se mantienen en las situaciones y objetos pese a sus trasformaciones y procesos de cambio, p. ej. , la creencia en que tendremos mejores servicios públicos si gobierna la «derecha» sería la invariante que constituye la esencia del votante de derechas.

El desarrollo conceptual y el desarrollo operacional son distintos planos de un mismo proceso por el que se va construyendo la inteligencia.

Desarrollo conceptual: La formación de las
categorías.

Desarrollo operacional: La abstracción de los principios lógicos que subyacen a las relaciones observadas.

La función simbólica (última etapa del periodo sensoriomotriz) es capacidad de crear representaciones mentales acerca de objetos y sucesos no presentes, lo que según Piaget posibilita el verdadero pensamiento o un pensamiento mucho más complejo que facilita el desarrollo de la categorización propiamente conceptual. La categorización es un proceso gradual marcado por el propio desarrollo operacional, es decir, el paso a la inteligencia representacional supone el inicio de un conjunto de transformaciones lentas y sucesivas por las que el niño ira reelaborando en el plano de la representación, lo ya adquirido en el plano sensoriomotor (el objeto, el espacio y el tiempo, las categorías perceptivas, etc.), hasta desembocar en el pensamiento operatorio, esto es , la capacidad de realizar operaciones mentales.

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PRECONCEPTOS Y PENSAMIENTO PREOPERATORIO


En torno a los dos años, el niño es muy hábil manejando objetos, se desplaza sin problemas por el entorno familiar, sabe responder en múltiples juegos, y cómo actuar para alcanzar lo que desea. Sin embargo, no es capaz de explicar cómo hace todas esas cosas. Esto comienza a cambiar con el uso del lenguaje y otras formas de representación que le permiten ir tomando “conciencia” de las situaciones y de sus propias acciones.

Inteligencia simbólica y egocentrismo intelectual

Piaget encontró manifestaciones de esta nueva inteligencia no sólo en el lenguaje, sino también en la formación de imágenes, la imitación diferida, el dibujo y el juego simbólico.

Imitación e imágenes

Las “imágenes” (mentales), son la primera forma de auténtica representación simbólica, permiten rememorar cada objeto en su ausencia y convertir esa imagen mental en un “símbolo” del objeto que rememoramos, lo que supone una disociación entre el significante (imagen mental) y el significado (objeto representado en la imagen mental).

La imitación es la principal manifestación y producto del desarrollo de la “acomodación “. Cuando esta imitación se interioriza (imitación diferida) permite la elaboración de las imágenes como sustitutos (símbolos) de los objetos percibidos (significados), quedando ambos aspectos claramente diferenciados.

Pensamiento egocéntrico o “no socializado”

En la primera parte de la fase preoperatoria (entre los 2 y los 5 años) predomina el egocentrismo intelectual (pensamiento egocéntrico), en el que el niño reconstruye el mundo sólo a partir de sí mismo. Aún no tiene una conciencia clara de que, como “sujeto” es diferente de los “objetos” externos que percibe. No siente la necesidad de ponerse en el lugar de las otras personas.

En el juego simbólico el niño transforma la realidad a su antojo (simbólicamente) según sus necesidades o deseos del momento. El lenguaje descansa en un sistema de signos convencional (social) y arbitrario en el que no existe semejanza alguna entre significante y significado. El lenguaje del niño (2 a 5 años) es más “alusivo” que “informativo” y por ello no sirve para comunicar un simbolismo que es todavía esencialmente particular, personal y privado (no socializo). El desarrollo posterior supone el paso de los símbolos privados a los signos sociales y en ese proceso el lenguaje juega un papel importante.

Principales manifestaciones del egocentrismo intelectual en el periodo preoperatorio:

  • Artificialismo. Tendencia a pensar en las cosas como creadas o construidas por los propios humanos, según un plan prefijado: de manera que muchos fenómenos naturales se suelen atribuir a la mano del hombre (p. ej., un lago lo ha “fabricado” el hombre echando mucha agua).
  • Animismo. Tendencia a percibir como «viviente» todo lo que aparenta tener actividad propia. Así se atribuye una vida espontánea a objetos en realidad inertes (p. ej., las nubes se mueven voluntariamente).
  • Realismo. Tendencia a atribuir existencia material y “objetiva” a fenómenos de carácter psicológico y subjetivo (p. ej., las creencias religiosas, los sueños).
  • Finalismo. Tendencia a creer que las cosas dependen de una causa última y un sentido u objetivo predeterminado (p- ej., Gracias a Dios, el fin de semana se ha hecho para ir a Sanlucar de Barrameda y tomas unos vinos y comer tortillas de camarones).

De la lógica preconceptual al pensamiento “intuitivo”

El pensamiento del niño no se basa en conceptos abstractos y generales (como los conceptos que
usamos los adultos), se basan en lo que Piaget denomino preconceptos, que hace referencia al hecho de que en el pensamiento de los niños solo se tiene en cuenta la particular experiencia de cada niño. Según Piaget cuando un niño dice “gato” se refiere a un gato individual que conoce, no a la clase inconcreta de los “gatos”, Argumenta Piaget que al no evocar “generalidad”, ni las imágenes, ni las palabras tienen valor de conceptos, como significantes, son símbolos, pero respecto a sus significados son preconceptos, ya que no refieren una clase general.

Razonamiento pre-lógico

En este momento los esquemas de pensamiento del niño son preconceptuales, significa que no ha adquirido todavía una lógica de clases generales, no comprende las relaciones implicadas. El niño no es capaz de comparar el “todo” con la “parte” (clase y subclase), con lo que le cuesta admitir que algo pueda pertenecer simultáneamente a dos clases y del mismo modo estará condicionada la lógica de relaciones, o sea, que no será capaz de deducir que Si A>B y B>C, entonces A>C. Según Piaget, el tipo de razonamiento que se emplea e esta edad no se base en inferencias deductivas o inductivas, sino en asociaciones transductivas basadas en la analogía inmediata y caracterizada por el sincretismo y la mera yuxtaposición de contenidos, este periodo también se ha caracterizado como “prelógico”.

Durante la segunda parte del periodo preoperatorio (entre los 5 y los 7 años, aproximadamente), el niño va desarrollando una lógica pro la que progresivamente accede a una mayor generalidad, aunque con limitaciones. El niño comienza a ser capaz de actuar mentalmente sobre las imágenes sustitutas de los objetos, en vez de sobre los objetos mismos; pero esta representación imaginativa tiene un carácter estático e irreversible, y de ahí que se refiera esencialmente a “configuraciones” (estados) y no a “transformaciones” (procesos). El pensamiento del niño preoperacional, se ha descrito sólo como «intuitivo».

“Centración” preceptiva
Flavell et al. (1996). La incapacidad del niño para representar y comprender las transformaciones proviene básicamente de su dificultad para tener en cuenta al mismo tiempo varios aspectos de la situación o codificar simultáneamente el mismo objeto en más de una forma.

La dificultad del niño para tener en cuenta al mismo tiempo distintos aspectos de una situación lo
incapacita para representar y comprender las trasformaciones, aunque también está relacionado con su todavía escasa capacidad de procesamiento, el niño tiende a considerar un solo aspecto de la situación, generalmente el que más sobresale desde el punto de vista perceptivo.

Entre los 2 y los 5 años, el niño realiza lo que Piaget denominó “colecciones figurales”, en las que el influjo de la centración perceptiva es muy evidente: el niño tiende a agrupar los objetos que se le ofrecen sólo en virtud de las relaciones temáticas que aprecia entre los elementos, sin que realmente busque ni aplique un verdadero criterio de clasificación. En algún momento puede empezar a reunir los elementos en línea (alineamientos) según algún juicio de semejanza, pero lo hace sin mantener el criterio utilizado.

Entre los 5 y los 7 años, el pensamiento intuitivo, el niño ya agrupa los objetos de forma racional atendiendo sólo a sus semejanzas y diferencias, con limitaciones importantes marcadas aún por la centración perceptiva, pero estos agrupamientos se realizan como agregados meramente “yuxtapuestos” y no como “subclases”, dentro de otras clases más generales: todavía no hay una comprensión de las relaciones de inclusión jerárquica. De hecho, el niño procede por tanteo, sin un plan anticipador, que lleva a correcciones en función del criterio del momento, criterio que puede cambiar en función de sucesivas centraciones en distintos aspectos.

Hacia los 7-8 años, el niño comenzará a organizar los objetos dentro de clases estables y a organizar dentro de taxonomías lógicas, es decir, con relaciones de inclusión jerárquicas. Puede proceder combinando y coordinando procedimientos descendentes y ascendentes produce por tanteo. Así, aunque se logran agrupaciones coherentes, éstas son meramente intuitivas y rígidas. La centración perceptiva se manifiesta también desde el punto de vista del desarrollo operacional, en relación con la captación de las transformaciones. La centralización mantiene al niño confinado en los aspectos superficiales, lo que le lleva a interpretaciones erróneas de los cambios que observa en ciertas situaciones (lo que ocurre cuando cambiamos el agua de un vaso ancho a otro más alto y estrecho). Esta es una de las pruebas que Piaget utilizó para determinar si los niños habían adquirido la noción de conservación de los líquidos.

Etapas generales en el desarrollo de la clasificación infantil según la perspectiva piagetiana.

coleciones figurables
1ª Etapa (2-5 años). Colecciones figurales. En un primer momento, el niño tiende a organizar los objetos considerando sólo su configuración perceptiva y las relaciones temáticas que guardan entre sí (agrupaciones temáticas) . Cuando se le presentan figuras geométricas construye diseños figurativos; y a partir de materiales más significativos (dibujos, juguetes, etc .), reproducirá escenas conocidas o familiares (cuchara-taza, bebé-cuna, etc .). Ocasionalmente, alineará los elementos según alguna semejanza, pero lo hará con criterios arbitrarios y cambiantes (p. ej., pone juntos un triángulo rojo y un cuadrado rojo, pero luego pasa del color a la forma, y coloca el triángulo amarillo al lado del triángulo rojo).
coleciones no figurables
2ª Etapa (5-7 años). Colecciones no figurales. Posteriormente, en una fase intermedia, el niño es capaz de agrupar los objetos atendiendo solamente a sus semejanzas y diferencias. Puede hacer así grupos y subgrupos consistentes en función de algún rasgo definitorio, pero sin implicar todavía una comprensión de los mismos como clases y subclases con relaciones de inclusión jerárquicas . Además, una vez realizada una determinada organización será incapaz de cambiar el criterio (p. ej ., volver a clasificar las figuras por el color después de haberlas agrupado por su forma) .
inclusion jerarquica
3ª Etapa (8 años). Clasificación jerárquica. Finalmente, hacia los 7-8 años, el niño comenzará a organizar los objetos dentro de clases estables (relativas a rasgos necesarios y suficientes) y a organizarlos dentro de taxonomías lógicas, es decir, con relaciones de inclusión jerárquicas . Asimismo, puede proceder combinando y coordinando procedimientos descendentes (de la subclase a la clase más general) y ascendentes (de la clase mayor a la subclase).

Principales características del pensamiento preoperatorio (Delval 1994):

  • LOGROS respecto al periodo sensoriomotor
    • Capacidad de representación mediante significantes diferenciados .
    • Capacidad de comunicación:
      • Función informativa: transmitir y recibir información.
      • Función de control: responder a instrucciones de otros o controlar la conducta de otros o su propia conducta (inicio).
    • Comprensión de identidades y funciones:
      • Identidades: Reconocimiento de la identidad de un objeto como cualidad permanente (conservación cualitativa) frente a otras cualidades alterables .
      • Funciones: identificación de relaciones funcionales simples y covariaciones entre hechos observables de forma no cuantitativa.
    • Distinción entre la apariencia y la realidad.
    • Elaboración de una «teoría de la mente».
  • LIMITACIONES respecto al periodo operatorio:
    • Juicios basados en las apariencias percibidas inmediatas.
    • Egocentrismo:
      • Se toma la percepción inmediata como absoluta remitiéndolo todo a sí mismo.
      • Dificultad para ponerse en el lugar del otro reconociendo su propio punto de vista.
      • Falta de diferenciación clara entre sí mismo y el objeto percibido (confusión del yo y del no-yo).
      • Escasa capacidad de reflexión sobre la propia acción (falta la «toma de conciencia»).
    • Centración:
      • Tendencia a centrarse en un solo rasgo.
      • Atención a los estados (sobre todo a los presentes) y no a las transformaciones (centración temporal).
      • Insensibilidad a las contradicciones.
    • Pensamiento irreversible.

Referencias

  • García Madruga, Delval, & Delval, Juan. (2019). Psicologia del desarrollo I (2ª ed. rev. ed., Grado (UNED); 6201201). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.

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