Hans Selye (1983). Hoy día todo el mundo parece hablar del estrés. Usted puede oírlo no solo en las conversaciones diarias, sino también a través de la televisión, la radio, los diarios, y el elevado número de conferencias, centros de estrés y cursos universitarios dedicados a este tópico. Todavía muy poca gente define el concepto con el mismo sentido o se preocupa de intentar una clara definición. La palabra estrés, como éxito, fracaso o felicidad, significa cosas distintas para diferentes personas. ¿Es el estrés esfuerzo, fatiga, dolor, miedo, necesidad de concentración, humillación por censura, pérdida de sangre, o incluso un suceso inesperado que requiere una completa reestructuración de la propia vida? El hombre de negocios piensa de él como si se tratara de una frustración o tensión emocional, el controlador aéreo como un problema de concentración, el bioquímico y el endocrinólogo como un fenómeno puramente químico, el atleta como una tensión muscular. |
En cierto sentido, el abuso del término ha contribuido a crear tanta confusión que ha llegado incluso a notarse en los círculos científicos. Para clarificar el problema nada mejor que hacer una pequeña alusión al significado de los primeros usos del término «estrés».
Empieza a emplearse en el Siglo XIV., y se empleaba para referirse a experiencias negativas, tales como adversidades, dificultades, sufrimiento, aflicción, etc. En el Siglo XVII, por influencia de R. Hooke, el concepto de estrés se asocia a fenómenos físicos como presión, fuerza, distorsión, etc. Hooke lo aplicó a estructuras fabricadas por el ser humano (p. ej., puentes) que tienen que aguantar el efecto de fuerzas diversas. A partir de este autor, los físicos e ingenieros empezaron a emplear tres conceptos relacionados basados en las características físicas de los cuerpos sólidos, denominados carga, distorsión y estrés. Desde un punto de vista físico, el estrés ha sido definido como una fuerza interna generada dentro de un cuerpo por la acción de otra fuerza que tiende a distorsionar dicho cuerpo. Los tres conceptos, carga, estrés y distorsión, fueron adoptados por la fisiología, psicología y sociología e influyeron en el desarrollo de las teorías sobre el estrés.
A partir de este marco de referencia general, el concepto de estrés va a aplicarse de forma diferente según el sesgo del científico. Así, mientras que los enfoques fisiológicos y bioquímicos consideran el estrés en términos de respuestas, las orientaciones psicológicas y psicosociales, al poner más énfasis en la situación estimular, han tendido a asumir el estrés como un fenómeno externo, focalizado en el estímulo. Nos encontramos, por tanto, ante dos tipos de perspectivas, las que enfatizan el componente externo (estresor) y las que enfatizan el componente de respuesta fisiológica. Poco después, se propuso un nuevo componente, específicamente, los factores psicológicos o subjetivos («cognitivos») que median entre los agentes estresantes y las respuestas fisiológicas de estrés.
Básicamente el estrés es un fenómeno complejo, que implica al menos a estímulos y respuestas y a procesos psicológicos diversos que median entre ambos.
Referencias
- Belloch, Sandín, Ramos Campos, and Sandín, Bonifacio. Manual De Psicopatología. 3ª edición. Madrid [etc.]: McGraw-Hill Interamericana De España, 2020. Print.