El mismo paradigma general de la regulación monoaminérgica de la eficiencia del procesamiento de la información en circuitos cerebrales específicos puede aplicarse a la manía y a la depresión, aunque frecuentemente en la dirección opuesta y en algunas áreas superpuestas, pero también en algunas áreas cerebrales diferentes a las de la depresión.
Síntomas de manía. De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), un episodio maniaco consiste en humor elevado/expansivo o irritable. Además, al menos tres de los siguientes deben estar presentes (cuatro si el humor es irritable): elevación de la autoestima/grandiosidad, aumento de la actividad dirigida a un objetivo o agitación, actividades de riesgo, disminución de las necesidades de sueño, distraibilidad, discurso acelerado y pensamiento acelerado.
Correspondencia de los síntomas de manía con los circuitos. Las alteraciones en la neurotransmisión dentro de cada una de las once áreas cerebrales mostradas aquí puede estar hipotéticamente asociada a los distintos síntomas de un episodio maniaco. La funcionalidad en cada área cerebral puede asociarse con diferentes constelaciones de síntomas. PFC, córtex prefrontal; PB, prosencéfalo basal; E, estriado; NA, nucleus accumbens; T, tálamo; Hy, hipotálamo; A, amígdala; H, hipocampo; NT, centros neurotransmisores del tronco cerebral; SC, médula espinal; C, cerebelo.
Síntomas y circuitos en manía
Los tratamientos de la manía normalmente reducen o estabilizan la regulación trimonoaminérgica de los circuitos asociados con los síntomas.
- Córtex prefrontal: pensamiento acelerado, grandiosidad, distracción, verborrea, humor.
- Prosencéfalo basal: activación, disminución del sueño.
- Amígdala: humor.
- Hipotálamo: activación, disminución del sueño.
- Tálamo: activación, disminución del sueño.
- Estriado: motor, agitación.
- Núcleo Accumbens: pensamiento acelerado, grandiosidad, actividad dirigida a un objetivo.
Generalmente, el funcionamiento ineficiente en estos circuitos en la manía puede ser esencialmente lo opuesto a la disfunción planteada para la depresión, aunque la descripción más apropiada puede ser “desafinado” más que simplemente excesivo o deficiente, especialmente porque algunos pacientes pueden tener simultáneamente síntomas depresivos y maniacos. Sin embargo, los tratamientos de la manía normalmente reducen o estabilizan la regulación trimonoaminérgica de los circuitos asociados con los síntomas de la misma.
REFERENCIAS
- Stahl, S., & Muntner, N. (2016). Psicofarmacología esencial de Stahl : Bases neurocientíficas y aplicaciones prácticas (4ª ed.; Ed. especial para alumnos de la UNED. ed., Aula Médica Formación en Salud). Madrid: Aula Médica.
- PowerPoint Profesora Alicia Ferrer Vadell