A mediados de siglo XIX, seguía sin dilucidarse la cuestión que el propio Charles Darwin plantea al comienzo de su obra El origen de las especies: » … de qué manera las innumerables especies que viven en este mundo se han modificado, hasta adquirir esta perfección de estructura y coadaptación que excita, con justicia, nuestra admiración». El hito quizá más importante del viaje que realizó Darwin a bordo del Beagle fue su estancia en las Islas Galápagos. Darwin observó las peculiaridades de su flora y fauna. Entre ellas, que estaban habitadas por trece especies de pinzones, mientras que del resto de paseriformes sólo existían seis especies en todo el archipiélago. Las trece especies estaban estrechamente relacionadas entre sí y presentaban un aspecto general muy parecido. Sin embargo, aunque los picos de las especies continentales de pinzones guardaban un importante grado de similitud, los pinzones de las Galápagos diferían en sus picos y en algunos rasgos de su comportamiento directamente relacionados con sus hábitos alimentarios.
Diez de las especies de pinzones de Darwin. Como puede observarse existe una gradación en el tamaño de los picos que correlaciona con el tipo de alimento de cada especie. A su vez, en las especies vegetarianas, por ejemplo, el tamaño de pico correlaciona con el tamaño de las semillas que ingieren. De arriba a abajo y de derecha a izquierda: Geospiza magnirostris; G. fortis; Platyspiza crassirostris; C. tuliginosa; G. difficilis; C. scandens; Certhidea olivacea; Captospiza palida; Camarthychus parvulus y C. psittacula. (Adaptado de Dobzhansky y col. 1993).
Con otras especies, como las tortugas, o las iguanas, ocurría algo parecido. La explicación dada por Darwin a estos hechos fue la divergencia de unas poblaciones colonizadoras de tamaño reducido que, gracias a su diversidad, se enfrentaron con éxito a las nuevas condiciones ambientales colonizando los nichos ecológicos que estaban vacíos en estas islas. El aislamiento geográfico propiciado por la propia naturaleza del archipiélago hizo el resto. Al contrario de la idea sostenida por Lamarck, la evolución para Darwin no es consecuencia de que los organismos cambien para adaptarse a las nuevas condiciones, sino de la variabilidad natural que presentan las poblaciones. Para que la variabilidad tuviese sentido en la explicación del origen de las especies debía ser hereditaria, pues poco valor tendría para la evolución una variación que desapareciese con el individuo que la porta. Las leyes descubiertas por Gregario Mendel, en 1866, pasaron desapercibidas durante casi cuarenta años y, por tanto, Darwin sólo pudo aventurar hipótesis al respecto.
Darwin descubrió la causa de la diversidad de los seres vivos. Ésta se recoge detalladamente explicada en su obra, El origen de las especies, publicada en 1859. El razonamiento que en ella hace se puede resumir de manera sencilla de la siguiente forma:
- Las poblaciones de seres vivos crecerían exponencialmente si todos los individuos que nacen pudiesen reproducirse.
- El crecimiento de las poblaciones tiene como límite la cantidad de recursos disponibles.
- No existen dos individuos iguales debido a la gran variabilidad que hay en cualquier población.
- Una parte importante de la variabilidad es hereditaria.
- La limitación de recursos establece una lucha por la existencia en la que los individuos que porten rasgos que permitan afrontar mejor las condiciones adversas del entorno (hambre, enfermedad, condiciones climáticas extremas, depredadores, etc.) tendrán más probabilidades de sobrevivir y reproducirse.
- Tras muchas generaciones, el proceso de la selección natural, que favorece la permanencia de unos rasgos y la eliminación de otros a través del desigual éxito reproductivo sus portadores, irá produciendo un cambio gradual en las poblaciones que conducirá a la aparición de una nueva especie.
El origen de las especies es consecuencia de la presión que las condiciones ambientales van ejerciendo en cada momento sobre la diversidad existente y que conduce a que unos individuos se reproduzcan más que otros dentro de una población, es decir, resultado de la selección natural.
Dinámica del proceso de especiación. A. Según Lamarck cada organismo representa una línea independiente que abarca desde su aparición por generación espontánea hasta la consecución de la perfección. B. Para Darwin todas las especies tienen una relación de parentesco, ya que unas han dado origen a otras.
» … – Fíjate en el mono -le dije- . En realidad no es ni un chimpancé, ni un gorila, ni un mico, ni simio conocido alguno, más bien parece un hombre disfrazado de mono. Lo más curioso consiste en que esa cara patilluda corresponde a un personaje
real: ¿quién?
Se detuvo mirando la etiqueta con cierta atención. – No sé quién puede ser -contestó. – La historia es muy hispana -dije en tono jocoso- . Lacara es la de Darwin. Ya sabes … cuando Darwin expuso su teoría de la evolución, todos los curas del mundo, especialmente los que lucen sotana, pusieron el grito en el cielo: «Del mono descenderá él», vocearon. Este fabricante de Badalona lo único que hizo fue llevar a su etiqueta de anís esa estúpida frase …» . Fragmento de la novela de Joaquín Leguina, Tu nombre envenena mis sueños. Plaza y Janés, 1992. La etiqueta es obra del pintor Ramón Casas (1866-1932). (Fotografía reproducida sin la autorización de Osborne y Cía, S. A.).
Para la sociedad victoriana de mediados del siglo XIX, el que se tratase de bajar al hombre del pedestal al que el Génesis le había elevado, se le mezclase con el resto de animales y, además, se le emparentase directamente con los simios, resultaba incómodo, y a todas luces irreverente (en España la obra de Darwin fue censurada y salvo breves momentos de libertad su obra no pudo leerse hasta el último tercio del siglo XX) . En su época, Charles Darwin fue ridiculizado por sus detractores en todo tipo de escenarios (argumentos ad hominem, falacia del hombre de paja). Con todo, el reconocimiento científico y social sobrepasó con mucho el ruido producido por sus adversarios y cuando murió, en 1882, fue enterrado con todos los honores en la abadía de Westminster, santuario inglés del supremo honor.
REFERENCIAS
- Abril Alonso, A. (2016). Fundamentos de psicobiología (UNED (Sanz yTorres). Alcorcón (Madrid): Sanz y Torres.
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