En el muy mejorable manual de la UNED de psicología del Desarrollo I nos cuentan lo siguiente:
«Aspectos esenciales de la Teoría de la Mente: la prueba de la «falsa-creencia»
Como aspectos cruciales que parecen mediar un adecuado razonamiento causal en torno a estados mentales y conductas, se han señalado dos aspectos (Weiman, 1990). En primer lugar, se debe alcanzar una idea integrada de deseos-creencias. Decíamos anteriormente que lo que supone la ToM es asumir que la mente determina las conductas de las personas, principalmente a través de deseos y creencias; pero sus influencias no son independientes o descoordinadas.
Nótese que las atribuciones sobre cómo influyen estos estados mentales se apoyan en otras dos apreciaciones claves: que los deseos pueden cumplirse y que las creencias pueden ser falsas; de manera que ambas cosas pueden estar relacionadas: puede que no se consiga lo que se desea porque se actúa sobre la base de creencias falsas. Así, lo que resulta esencial para un adecuado razonamiento causal es, como decimos, una idea integrada de deseos-creencias, esto es, entender que las personas actúan como lo hacen porque creen que con ello podrán satisfacer sus deseos (véase la Figura 7.2) ; lo que supone, más en general, comprender las relaciones entre unos y otros conceptos dentro de un sistema integrado a partir del cual se es capaz de interpretar incluso los estados y emociones que subyacen a creencias, deseos y acciones intencionales (p. ej., el desagrado consecuente a un deseo frustrado o la sorpresa ante la evidencia de que una creencia es (falsa) o la posible relación entre creencias y percepciones (Mele, 2001 ; Malle, 2005).
El segundo aspecto crucial -aunque derivado del anterior-, está en comprender que, en todo caso, la conducta responde a los estados internos, a las representaciones y creencias sobre la realidad (situación subjetiva) y no a la realidad misma (situación objetiva). De acuerdo con ello, reconocer el efecto de las creencias, aunque éstas sean falsas y razonar adecuadamente sobre las mismas, constituye un indicio de gran valor sobre cómo se comprende el funcionamiento del mundo mental en general y, de hecho, se ha llegado a considerar como un «test fundamental» para decidir si se posee consistentemente una ToM. Tal y como propusiera Dennet (1978), dos son también los criterios básicos a este respecto:
1) deben tenerse creencias sobre las creencias ajenas (y su valor verdadero o falso) y distinguirlas claramente de las propias; y 2) deben realizarse, en función de ello, actuaciones o predicciones consecuentes y acertadas.»
¿Me lo tengo que creer?… en fin, creo que se pasan con «datos» que solo sirven para confundir. Entiendo que la ToM tiene mucho que ver con esos atajos cognitivos que llamamos heurísticos, la ToM representa un hito en el desarrollo del niño y le aproxima al tipo de pensamiento que más empleara siendo adulto, eso es, el razonamiento inductivo tan habitual entre los indigentes cognitivos). En mi opinión el problema de la teoría de Piaget es que parte de que en los adultos el razonamiento deductivo es lo normal, y como demuestra la tarea de selección de Wason lo que predomina y con mucha diferencia entre los adultos en es razonamiento inductivo (a golpe de heurístico).