La tricotilomanía es un trastorno del control de impulsos que se caracteriza por la necesidad irresistible de arrancarse el cabello. A continuación, presento un ejemplo de caso clínico de tricotilomanía:
- Antecedentes: Paciente femenina de 26 años, soltera, sin hijos, con antecedentes de tricotilomanía desde los 12 años de edad. La paciente informa que comenzó a arrancarse el cabello después de un episodio de estrés en la escuela. Desde entonces, ha estado experimentando episodios recurrentes de arrancarse el cabello en momentos de ansiedad o aburrimiento. La paciente ha intentado controlar su comportamiento, pero se siente incapaz de hacerlo.
- Presentación: La paciente se presenta con áreas irregulares de calvicie en la parte superior y posterior del cuero cabelludo. También tiene el cabello notablemente más delgado en algunas áreas en comparación con otras. La paciente informa que el arrancamiento del cabello se ha vuelto más frecuente en los últimos meses y se ha extendido a otras áreas del cuerpo, como las cejas y las pestañas.
- Evaluación: Se realizó una evaluación completa de la paciente, que incluyó una entrevista psiquiátrica y un examen físico. La paciente cumplió con los criterios diagnósticos para la tricotilomanía según el DSM-5. También se evaluó la presencia de otros trastornos mentales, como depresión y ansiedad, y se descartaron otras causas médicas para la pérdida de cabello.
- Tratamiento: Se discutieron las opciones de tratamiento con la paciente y se acordó iniciar un enfoque de tratamiento multimodal que incluiría terapia cognitivo-conductual y medicación. La terapia se centró en la identificación y el manejo de los factores desencadenantes del comportamiento de arrancarse el cabello y en la reducción de la ansiedad y el estrés. Se prescribió un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) para tratar la ansiedad y la depresión asociadas. La paciente ha mostrado una mejoría significativa después de seis meses de tratamiento.
- Seguimiento: La paciente se ha mantenido en seguimiento regular y ha informado una disminución significativa en la frecuencia y la intensidad de los episodios de arrancarse el cabello. Además, ha informado una mejora en su estado de ánimo y su calidad de vida en general. La paciente continúa recibiendo terapia cognitivo-conductual y medicación, y se sigue trabajando en su recuperación.
Caracterización clínica y criterios para el diagnóstico
Tay et al (2004); Woods et al (2006). Normalmente los cabellos se arrancan de uno en uno, pero también se pueden arrancar en manojos. En algunos casos se observa que ia persona, además de arrancar sus propios pelos, arranca los de otras personas, mascotas o muñecos. |
Duke et al (2009). En un estudio con más de 800 personas extraídas de la población general, en aquellos casos que presentaban tricotilomanía, los pensamientos más frecuentemente asociados a arrancarse el pelo fueron «parece grueso» (53,3%), «siento que no está bien» (30%), «es rizado» (26,7%), y «no tiene buen aspecto» (23,3%). |
La tricotilomanía, también conocida como trastorno de arrancarse el cabello, se caracteriza por el comportamiento repetido de arrancarse el propio pelo, lo que resulta en la pérdida de cabello y malestar e interferencia en áreas de funcionamiento de la persona. A pesar de que estos síntomas parecen sencillos, actualmente se considera que la tricotilomanía es un trastorno complejo y heterogéneo. Las personas con tricotilomanía tratan repetidamente de dejar de arrancarse el cabello, pero sienten que no pueden evitar o detener el comportamiento.
Aunque las zonas de donde más frecuentemente se arranca el cabello son el cuero cabelludo, las cejas y las pestañas, las personas con tricotilomanía también se arrancan el pelo de otras zonas del cuerpo, como la región del pubis, las piernas, los brazos o las axilas. Normalmente, los cabellos se arrancan de uno en uno, pero también se pueden arrancar en manojos. En algunos casos, la persona puede incluso arrancar el pelo de otras personas, mascotas o muñecos.
El comportamiento de arrancarse el pelo puede ser automático o consciente. En el primer caso, la persona se arranca el cabello sin ser consciente de que lo está haciendo. En el segundo caso, se concentra en el comportamiento de arrancarse el cabello, que a menudo es la respuesta a una emoción negativa o impulso. En todo caso, lo más habitual es que co-ocurran ambas modalidades. Antes de llevar a cabo el comportamiento, las personas suelen describir que se sienten aburridas, tensas, ansiosas o que sienten una especie de necesidad física de realizar la conducta. También pueden pensar que determinados cabellos no son deseables, que el largo de todos los pelos debería ser simétrico o que no son una persona atractiva.
Cuero cabelludo | Cejas | Pestañas | Pubis | Piernas | Brazos | Axilas |
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73% | 56 % | 53% | 49% | 15% | 12,4% | 12,4% |
La persona puede realizar comportamientos como buscar determinados cabellos antes de arrancarlos o tocarse el pelo. Después de arrancar el pelo, puede tirarlo de forma estereotipada, examinarlo, fijarse en la raíz, olerlo, jugar con el pelo arrancado, meterlo en la boca, masticarlo o tragárselo. La ingestión de pelo puede causar problemas gastrointestinales graves. La persona puede sentir preocupación por las consecuencias de haberse arrancado el cabello y a menudo se siente avergonzada, culpable y se autorreprocha el comportamiento. Debido a la vergüenza asociada a su sintomatología, la persona suele ocultar el problema y hacer grandes esfuerzos por ocultar sus síntomas, especialmente mediante comportamientos de evitación activa o pasiva, como evitar relacionarse con otras personas, participar en actividades sociales o deportivas, especialmente las que implican intimidad, y realizar comportamientos de ocultamiento para disimular las calvas.
CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DEL TRASTORNO DE TRICOTILOMANÍA SEGÚN EL DSM-5 (APA, 2013) | CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DEL TRASTORNO DE TRICOTILOMANÍA SEGÚN LA CIE-11 (OMS 2019) |
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Criterio A. Arrancarse el pelo de forma recurrente, lo que da lugar a su pérdida. | Criterio 1. Arrancarse el pelo de forma recurrente. |
Criterio B. Intentos repetidos de disminuir o dejar de arrancar el pelo. | Criterio 2. intentas infructuosos de porar o de disminuir el arrancarse el pelo. |
Criterio C. Arrancarse el pelo causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento. | Criterio 3. Pérdida significativa de pelo como consecuencia del comportamiento. |
Criterio D. El hecho de arrancarse el pelo o la pérdida del mismo no se puede atribuir a otra afección médica (p. ej., una afección dermatológica). | Criterio 4. Los síntomas causan malestar emocional o deterioro significativos en los ámbitos personal, familiar, social, educativo, laboral, o en otras áreas importantes. |
Criterio E. El hecho de arrancarse el pelo no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental (p. ej., intentos de mejorar un defecto o imperfección percibida en el aspecto, como en el trastorno dismórfico corporal). | |
La referencio al diagnóstico diferencial se proporciona en una sección adicional. Específicamente, se menciona la necesidad de establecer diferencias entre el trastorno y la normalidad (Tricotilomanía subclínica o sub-umbral) y la de realizar un diagnóstico diferencial con los trastornos siguientes: ✅ Otros trastormos del espectro obsesivo-compulsivo. ✅ Trastornos de movimientos estereofipados. ✅ Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos primarios. ✅ Enfermedades médicas y trastornos por abuso de sustancias. |
♀️Epidemiología y curso evolutivo
Aunque la tricotilomanía puede aparecer a cualquier edad, la media de inicio es alrededor de los 13 años (Mansueto et al. 1997). El inicio suele darse durante la infancia o adolescencia, y cuando aparece más tarde, en la post-pubertad, se asocia a un curso más grave y resistente al tratamiento (Tóth et al. 2012). En general, el curso de la tricotilomanía es crónico y fluctuante. Se estima que su prevalencia en la población general es de alrededor del 1-3% (Christenson et al. 1991; Duke et al. 2009), y entre el 1,3% y el 4,4% en muestras clínicas con trastornos mentales (por ejemplo, Miller et al. 2010).
FUENTE | PREVALENCIA ESTIMADA |
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Miller et al (2010) Muestras clínicas con trastornos mentales | 1,3-4,4% |
Christenson et al. (1991); Duke et al. (2009) Población general | 1-3% |
*DSM-5 (APA 2013) Adultos adolescentes EEUU | 1 -2 % |
En adultos con tricotilomanía, se observa una mayor frecuencia en mujeres que en hombres (Franklin et al. 2007). Algunos autores hablan de una proporción de 10:1 (APA, 2013). No obstante, no hay acuerdo entre estudios sobre esta proporción, ni sobre si es real, o si es el resultado de que las mujeres busquen ayuda con más frecuencia debido a que la pérdida de cabello en hombres está más aceptada y a que los hombres pueden emplear recursos como afeitarse la cabeza (Duke et al. 2010). De hecho, en estudios en los que se ha analizado la conducta de arrancarse el cabello en la población general, no se han observado estas diferencias en función del sexo. En los estudios realizados en menores, no se observan diferencias o no son tan pronunciadas como en adultos.
Comorbilidad, diagnóstico diferencial, y complicaciones asociadas
Se estima que entre el 60% y el 82% de los adultos con tricotilomanía presentan comorbilidad con al menos otro trastorno mental, siendo los más frecuentes la depresión mayor, la excoriación (rascarse la piel), los trastornos de ansiedad, el TOC, consumo de sustancias y el trastorno de estrés postraumático (Christenson et al., 1991). Se estima que entre el 3% y el 27% de las personas con TOC también presentan tricotilomanía (Lovato et al., 2012; Swedo et al., 1992). Además, es común que las personas con este trastorno presenten otros comportamientos repetitivos centrados en su cuerpo, como morderse las uñas (onicofagia), que se describe dentro de la categoría de otros trastornos obsesivo-compulsivos y trastornos relacionados especificados en el DSM-5, como el trastorno de comportamientos repetitivos centrados en el cuerpo.
Es importante realizar un diagnóstico diferencial para verificar que los síntomas de arrancarse el cabello no se puedan atribuir a otra afección médica, como una alteración dermatológica, ni se puedan explicar mejor por otro trastorno mental. En este sentido, los principales trastornos con los que se debe realizar un diagnóstico diferencial son la tricotilomanía y el espectro O-C, donde si la persona se arranca el pelo como parte de su estrategia para mejorar su apariencia en el contexto de un trastorno dismórfico corporal, ese comportamiento no se consideraría tricotilomanía. También es importante mencionar que la arrancadura ocasional de cabello no es suficiente para un diagnóstico de tricotilomanía, ya que este trastorno se asocia con un comportamiento recurrente que produce casi siempre calvas visibles, lo que no se produce en el arrancado de pelo ocasional normal.
En cuanto a las complicaciones físicas asociadas con la tricotilomanía, estas están relacionadas con la irritación o sangrado del cuero cabelludo, el síndrome del túnel carpiano o la erosión dental en caso de manipulación del cabello con la boca. Además, una parte de las personas con tricotilomanía ingieren su propio cabello (tricofagia), lo que puede tener consecuencias graves debido a que las bolas de pelo (tricobezoar) pueden producir obstrucción intestinal e incluso perforación (Gorter et al., 2010). Debido al ocultamiento del comportamiento de arrancarse el cabello, así como de sus consecuencias, y al tiempo que diariamente se dedica a ello, el trastorno produce una importante interferencia en la mayoría de los ámbitos de la vida, especialmente en los aspectos sociales y académicos/laborales.
Etiología
Los modelos explicativos de la tricotilomanía suelen ampliar y extender las explicaciones ofrecidas para describir otros comportamientos repetitivos centrados en el cuerpo, como la excoriación o la onicofagia.
Referencias
- Belloch, Sandín, Ramos Campos, and Sandín, Bonifacio. Manual De Psicopatología. 3ª edición. Madrid [etc.]: McGraw-Hill Interamericana De España, 2020. Print.
- ChatGPT