Las técnicas subjetivas representan un compendio de herramientas de evaluación psicológica que tienen como propósito recabar y estructurar datos acerca de la psique, los contenidos de pensamiento y los procesos individuales que conforman las perspectivas y creencias personales respecto a uno mismo y el entorno. Guillermo Feixas (2003) destaca la importancia de estas técnicas para aprehender las construcciones personales de los sujetos y analizar metódicamente la estructura de su subjetividad.
El origen de las técnicas subjetivas se encuentra en corrientes teóricas que enfatizan los fenómenos cognitivos y fenomenológicos, reconociendo el valor de las interpretaciones subjetivas en la comprensión de la conducta y emociones humanas. Feixas y Villegas (2000), así como Neimeyer y Mahoney (1995), han subrayado la influencia de la perspectiva constructivista, aunque la utilización de estas técnicas trasciende a enfoques teóricos variados, desde el conductismo hasta el psicoanálisis.
Rocío Fernández-Ballesteros (2000) identifica características comunes en las técnicas subjetivas, como la fuente de datos que puede ser el sujeto o el evaluador, el material semiestructurado y no enmascarado que permite flexibilidad y adaptación a distintos objetivos, la naturaleza voluntaria y potencialmente falseable de las respuestas del sujeto, y la libertad en la manipulación y análisis de los resultados obtenidos, ya sea desde un enfoque cualitativo o cuantitativo.
Si bien las técnicas subjetivas podrían clasificarse como autoinformes por requerir la autoevaluación y autoclasificación del sujeto, también comparten características con las técnicas de observación, debido a que incluyen evaluaciones basadas en observaciones no sistemáticas realizadas por personas cercanas al evaluado. Debido a estas singularidades, en el presente manual se las reconoce como un conjunto distintivo dentro de la evaluación psicológica.
Este capítulo detalla las técnicas más emblemáticas de este campo, organizadas según su nivel de estructuración y estandarización. Se comienza con pruebas altamente estructuradas y estandarizadas como los Listados de Adjetivos, seguidas por herramientas como las Clasificaciones Q y la Técnica de Rejilla, que, a pesar de su estructura, no son completamente estandarizadas. Estas últimas se desarrollan junto con las pruebas derivadas de la Teoría de los Constructos Personales de Kelly. Por último, se abordan las Técnicas Narrativas, que presentan una menor estructuración y no se consideran estandarizadas, tratadas en una sección separada para una mayor claridad y comprensión.
Lista de adjetivos
Las Listas de Adjetivos (LA) son compilaciones de adjetivos ofrecidos a los individuos evaluados para que determinen su aplicabilidad a personas, objetos o situaciones. En estas listas, las respuestas se estructuran típicamente mediante el uso de adjetivos seleccionados o elegidos a través de escalas tipo Likert, como lo detalla Fernández-Ballesteros (2000). Los formatos principales incluyen:
- Escalas gráficas: Permiten calificar un rasgo mediante un rango de adjetivos, eligiendo el que mejor corresponda. Ejemplo: Feliz – Alegre – Animado (x) – Cansado – Aburrido – Apático – Triste
- Escalas de elección forzada: El evaluado escoge entre dos adjetivos en una serie de pares. Ejemplo: (Feliz – Triste), (Alegre – Pesimista), (Animado – Calmado), etc., marcando el seleccionado con una (x).
- Escalas acumulativas: Se indica si cada adjetivo es aplicable o no al rasgo evaluado. Ejemplo: Feliz, Optimista (x), Ordenado (x), Inteligente (x), Amable (x), etc.
- Escalas de orden: Se ordenan los adjetivos de acuerdo a su aplicabilidad al rasgo, de menor a mayor relevancia. Ejemplo: Ordenado (6), Responsable (5), Alegre (2), Optimista (3), Hipócrita (10), etc.
- Escalas de intensidad: Se mide la intensidad o frecuencia de aplicabilidad de cada adjetivo al rasgo. Ejemplo: Guapo (Muy aplicable), Alegre (Bastante aplicable), Responsable (Algo aplicable), etc.
Ávila y Giménez de la Peña (1991) sugieren varios pasos en la elaboración de listas de adjetivos, que incluyen:
- Recopilar una base inicial de adjetivos a partir de fuentes como diccionarios y muestras de lenguaje.
- Contrastar los adjetivos iniciales según criterios como connotaciones y prototipicidad.
- Analizar la base de adjetivos resultante considerando su estructura, capacidad discriminativa y propiedades psicométricas.
- Estructurar la lista seleccionando un formato de respuesta, aleatorizando los adjetivos y redactando instrucciones claras.
- Recolectar datos de muestras diversas para validar y analizar la fiabilidad y dimensionalidad de la escala.
- Reexaminar la técnica en relación con el modelo teórico para asegurar su capacidad explicativa.
- Refinar la lista basándose en los hallazgos de nuevos estudios.
Los trabajos de Ávila y Giménez de la Peña (1991) son recomendados para quienes deseen profundizar en la construcción y el formato de estas herramientas de evaluación.
Las Listas de Adjetivos suelen presentar un alto nivel de estructuración y estandarización, aunque no siempre cumplen con todos los criterios de las pruebas psicométricas. Algunas técnicas destacadas son:
- La Lista de Adjetivos ACL de Gough y Heilbrun (1980).
- La Lista de Adjetivos de Depresión DACL de Lubin (1967) y Lubin, Lazzene y Matarazzo (1984).
- El Perfil de los Estados de Ánimo POMS de McNair, Lorr y Droppleman (1971).
- La Escala de Satisfacción por Adjetivos ESFA de Barraca y López-Yarto (1997, 2017).
- El Inventario de Adjetivos para la Evaluación de los Trastornos de la Personalidad IA-TP de Tous, Pont y Muiños (2005, 2009).
Estos instrumentos se han mantenido como referentes en la evaluación psicológica y continúan siendo relevantes en la práctica actual.
La Lista de Adjetivos ACL ( The Adjective Checklist)
La Lista de Adjetivos ACL (Adjective Checklist) fue desarrollada originalmente como una herramienta para evaluar el autoconcepto en adultos. Establecida por un equipo de investigadores liderados por Gough y Heilbrun (1980) en el Institute for Personality Assessment and Research (IPAR), la ACL es un inventario compuesto por 300 adjetivos, que van desde «distraído» hasta «bromista» (absent minded to zany), organizados alfabéticamente. Los individuos que toman esta prueba marcan aquellos adjetivos que sienten que los describen personalmente, lo cual normalmente toma entre 15 y 20 minutos.
Las respuestas se analizan en 37 escalas diferentes que se detallan en el manual de la ACL. Estas escalas se dividen en cinco categorías generales:
- Escalas de modus operandi: Permiten el procesamiento posterior de los datos, incluyendo el conteo total de adjetivos marcados, la cantidad de adjetivos positivos y negativos, y una escala de comunalidad.
- Escalas de necesidades: Evalúan impulsos primarios y secundarios del individuo, tales como sexo, orden o dominancia.
- Escalas básicas: Se enfocan en características de la personalidad como el ajuste personal o el autocontrol.
- Escalas cognitivas: Exploran aspectos asociados con la creatividad y la inteligencia.
Durante la administración de la prueba, ya sea en formato papel o digital, se instruye a los sujetos a marcar los adjetivos que reflejen cómo son realmente, no cómo desearían ser. Los resultados se presentan como puntuaciones directas por escala, que se pueden convertir en puntuaciones estándar gracias a las normas incluidas que toman en cuenta la cantidad de adjetivos seleccionados y el género del sujeto. La representación gráfica de estas puntuaciones crea un perfil del autoconcepto del individuo.
Los análisis realizados por los creadores de la ACL muestran que la prueba posee propiedades psicométricas adecuadas y no se ve significativamente influenciada por tendencias de respuesta como la deseabilidad social, sinceridad y aquiescencia.
La ACL es reconocida como la lista de adjetivos más exhaustiva y ha sido objeto de numerosos estudios de investigación. Según Fernández-Ballesteros (2000), las investigaciones se pueden agrupar en tres categorías: estudios que exploran constructos de la personalidad, desde diferencialistas y psiquiátricos hasta dinámicos; investigaciones centradas en estereotipos o roles sociales en contextos transculturales; y estudios de percepciones del entorno según la Psicología Ambiental. Anastasi y Urbina (1998) añaden otros dominios de investigación que han empleado la ACL, incluyendo la elección ocupacional, creatividad, comportamiento político y económico, y reacciones de pacientes a tratamientos médicos estéticos. Además, la ACL ha sido utilizada para evaluar figuras históricas mediante sus biografías o trabajos publicados y para caracterizar objetos inanimados como automóviles y ciudades.
La Lista de Adjetivos de Depresión DACL (Depression Adjective Checklist)
La Depression Adjective Check Lists (DACL) fue diseñada específicamente para medir el componente afectivo-cognitivo de la depresión. Desarrollada por Lubin en 1967 y refinada en colaboraciones posteriores, este instrumento se basa en una selección de adjetivos que tienen connotaciones de ideación depresiva, con la mayoría provenientes de la Adjective Checklist (ACL) original.
Para la creación de la DACL, se seleccionaron 171 adjetivos y se administraron a dos grupos distintos de sujetos: aquellos diagnosticados con depresión y sujetos considerados normales, ambos incluyendo hombres y mujeres. A través de los análisis de los resultados, se desarrollaron siete versiones diferentes del instrumento (1, 2, A, B, C, D y Forma de Perfil), que consisten en 32 o 34 ítems, dependiendo de la versión específica.
La prueba contiene tanto adjetivos positivos (asociados con la depresión) como negativos (asociados con sujetos no deprimidos). Algunos ejemplos de adjetivos utilizados en la DACL incluyen «triste», «agotado», «melancólico», «esperanzado» y «contento». Las instrucciones para los sujetos son marcar aquellos adjetivos que mejor describan cómo se sienten en el día actual. La puntuación final se calcula sumando los adjetivos positivos marcados, más los negativos que no se marcaron, lo cual refleja la presencia de síntomas depresivos.
La puntuación directa obtenida puede ser transformada en una puntuación estándar, ya que el instrumento cuenta con datos normativos para adultos, adolescentes y distingue entre mujeres y hombres para las siete formas del test. Los estudios psicométricos realizados sobre el DACL sugieren que es un instrumento confiable y válido para la evaluación de la depresión, proporcionando una buena medida del «estado depresivo» de un individuo.
La DACL ha sido una fuente importante de adjetivos para otros inventarios que han sido desarrollados posteriormente. Por ejemplo, en la Escala de Valoración del Estado de Ánimo (EVEA) de Sanz en 2001, se utilizaron adjetivos de las versiones en español de la DACL, traducidas por Ávila en 1987, para medir estados de ánimo depresivos y alegres. Esto demuestra la relevancia y la utilidad de la DACL en el campo de la evaluación psicológica.
El Perfil de los Estados de Ánimo POMS (Profile of Mood States)
El Perfil de los Estados de Ánimo (Profile of Mood States, POMS) es una herramienta psicológica desarrollada por McNair, Lorr y Droppleman en 1971. Originalmente concebido para evaluar los cambios en los estados de ánimo como resultado de intervenciones terapéuticas y el uso de medicación en pacientes psiquiátricos, el POMS ha encontrado aplicaciones mucho más amplias en las décadas posteriores.
El POMS consta de una lista de 65 adjetivos que describen diferentes sentimientos y estados de ánimo. Los sujetos responden basándose en cómo se han sentido durante la semana pasada, incluyendo el día de hoy, usando una escala tipo Likert de 5 puntos que va de «Nada» a «Extremadamente». Esto proporciona una medida de la intensidad con la que han experimentado ciertas sensaciones o emociones.
El POMS mide seis factores o dimensiones diferentes de los estados de ánimo:
- Tensión-Ansiedad
- Depresión-Melancolía
- Cólera-Hostilidad
- Vigor-Actividad
- Fatiga-Inercia
- Confusión-Desorientación
Los análisis factoriales del instrumento han confirmado consistentemente la presencia de estos seis factores. Esto significa que el POMS es capaz de proporcionar una representación multidimensional de los estados de ánimo de una persona, permitiendo así que los investigadores y profesionales obtengan una comprensión más rica y detallada de la experiencia emocional de un individuo.
En cuanto a su fiabilidad y validez, la versión original en inglés del POMS ha demostrado tener propiedades psicométricas sólidas, lo que significa que es un instrumento confiable y válido para medir los estados de ánimo. Esto ha sido confirmado por una variedad de estudios y revisiones de la literatura psicológica.
En España, el trabajo realizado por Balaguer y colaboradores en 1993 ha llevado a la adaptación del POMS, la creación de formas paralelas y una versión reducida, conservando las propiedades psicométricas del original. Esto indica que el POMS es adaptable a diferentes culturas y sigue siendo relevante para la evaluación del estado de ánimo en una variedad de contextos clínicos y de investigación, incluyendo, pero no limitándose a, deportistas, pacientes con cáncer y estudiantes universitarios.
788La Escala de Satisfacción por Adjetivos ESFA (Barraca y López- Yarto, 1997, 2017)
La Escala de Satisfacción por Adjetivos (ESFA), creada por Barraca y López-Yarto, es un instrumento psicométrico diseñado para evaluar la satisfacción familiar de un individuo. Esta escala utiliza adjetivos antónimos para capturar la percepción que una persona tiene de su situación familiar y de las interacciones que ocurren dentro de ella.
La ESFA consta de los siguientes elementos:
- 27 ítems: Cada ítem incluye una pareja de adjetivos antónimos.
- Aplicación: Adecuada para individuos a partir de los 16 años y puede ser administrada tanto individual como colectivamente.
- Tiempo de aplicación: Alrededor de 10 minutos.
- Uso: Con fines clínicos, de investigación y otros campos relacionados con la evaluación de la dinámica familiar.
- Puntuación: Varía entre 1 (aspecto negativo) y 6 (aspecto positivo) para cada par de adjetivos. Las puntuaciones se suman para obtener un total máximo de 162 puntos.
- Interpretación: Una puntuación total más alta indica una percepción más positiva y gratificante de las relaciones familiares.
Los baremos se utilizan para interpretar la puntuación total en términos de centiles, lo que permite comparar la satisfacción familiar de una persona con la de una población de referencia. Esto significa que una puntuación puede ser considerada en relación con la distribución de puntuaciones en un grupo normativo, lo cual es útil para evaluar la posición relativa de una persona o grupo en comparación con la norma.
La fiabilidad de la ESFA es alta (superior al 90%), lo que indica que la escala produce resultados consistentes y reproducibles. Aunque los análisis de validez de constructo han sugerido la existencia de más de un factor, la predominancia de uno de ellos (que explica más del 60% de la varianza) sugiere que la escala se puede considerar unidimensional. Además, la validez de criterio está respaldada por correlaciones significativas con otras escalas establecidas de satisfacción familiar.
La quinta edición revisada y ampliada de la ESFA incluye baremos para diferentes poblaciones, incluidos adolescentes y adultos, y está adaptada a poblaciones de España, México y Perú. Esto indica que la ESFA es un instrumento estandarizado y estructurado, adecuado para la evaluación transcultural de la satisfacción familiar.
En resumen, la ESFA es una herramienta valiosa y fiable para los profesionales que buscan evaluar aspectos específicos de la dinámica y la satisfacción familiar en diversos contextos y culturas.
El Inventario de Adjetivos para la Evaluación de los Trastornos de la Personalidad IA-TP (Tous, Pont y Muiños, 2005, 2009)
El Inventario de Adjetivos para la Evaluación de los Trastornos de la Personalidad (IA-TP) es una herramienta psicométrica desarrollada por Tous, Pont y Muiños, diseñada para evaluar las tendencias en la personalidad que podrían estar asociadas con trastornos del Eje II según el DSM-IV, siguiendo la Teoría de la Personalidad de Millon. Aquí se resumen los aspectos clave de este instrumento:
- Características Generales:
- 146 ítems: Distribuidos en 9 escalas correspondientes a distintos tipos de personalidad/trastornos.
- Adjetivos: Cada escala contiene 19 adjetivos, de los cuales 14 son únicos (discriminantes) y 5 son compartidos (comunes).
- Escala 9 (Impulsiva): Tiene una estructura ligeramente diferente, con adjetivos comunes que son propios de las otras escalas.
- Dimensiones Evaluadas: Cada escala representa un tipo de personalidad y su trastorno de personalidad asociado según el DSM-IV, reflejando la idea de un continuo entre la personalidad normal y los trastornos.
- Escalas y Trastornos Asociados:
- Personalidad Introvertida: Trastorno esquizoide de la personalidad.
- Personalidad Inhibida: Trastorno de la personalidad por evitación.
- Personalidad Dependiente: Trastorno de la personalidad por dependencia.
- Personalidad Sociable: Trastorno histriónico de la personalidad.
- Personalidad Narcisista: Trastorno narcisista de la personalidad.
- Personalidad Antisocial: Trastorno antisocial de la personalidad.
- Personalidad Respetuosa: Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad.
- Personalidad Sensible: Trastorno de la personalidad no especificado.
- Personalidad Límite: Trastorno límite de la personalidad.
- Administración y Puntuación:
- Versiones: Manual y computarizada.
- Administración: Individual o colectiva.
- Duración: Entre 10 y 15 minutos.
- Instrucciones: Seleccionar adjetivos que describan al sujeto y omitir los que no.
- Versiones de Género: Hay ítems adaptados para hombres y mujeres, y baremos diferenciados.
- Glosario de Sinónimos: Disponible para facilitar la comprensión de los adjetivos.
- Aplicación y Baremos:
- Aplicación: Adolescentes, adultos, población anciana y pacientes psiquiátricos.
- Baremos: Puntuaciones T, con diferenciación por sexo y edad (adolescentes y adultos).
- Validez y Fiabilidad:
- Se han realizado diversos estudios psicométricos que indican que el IA-TP tiene buenas propiedades de fiabilidad y validez, esenciales para la evaluación psicológica.
El IA-TP es valioso tanto para la investigación como para la práctica clínica, ya que proporciona una medida sistemática y estandarizada de los rasgos de personalidad y las potenciales patologías asociadas. Su estructura basada en adjetivos hace que sea relativamente sencillo de administrar y de entender por parte de los sujetos evaluados.
IA-TP.-Inventario-de-Adjetivos-para-la-Evaluacion-de-los-Trastornos-de-la-PersonalidadEl Listado de Adjetivos para la Evaluación del Autoconcepto LAEA (Garaigordobil, 2011)
El Listado de Adjetivos para la Evaluación del Autoconcepto (LAEA) es un instrumento psicométrico diseñado por Maite Garaigordobil en 2011 para medir el autoconcepto en adolescentes y adultos, desde los 12 hasta los 65 años. A continuación se detallan las características y aplicaciones de esta herramienta de evaluación:
- Características Generales del LAEA:
- Rango de Edad: Para individuos de 12 a 65 años.
- Adjetivos: Incluye 57 adjetivos positivos que los evaluados usan para describirse.
- Dimensiones del Autoconcepto:
- Física
- Intelectual
- Social
- Emocional
- Escala de Respuesta: Una escala Likert de 0 a 4, donde 0 es «nada» y 4 es «mucho».
- Administración:
- Tiempo Estimado: Entre 10 y 15 minutos.
- Forma de Aplicación: Individual o colectiva.
- Sencillez: Es una prueba de fácil comprensión y aplicación.
- Estudios Psicométricos:
- Basados en la Teoría Clásica de Test.
- Fiabilidad: Análisis de ítems y consistencia interna.
- Validez: Se han presentado evidencias de validez para muestras clínicas y no clínicas.
- Utilidad: Se ha demostrado su aplicabilidad en contextos sociales y educativos.
- Baremos Normativos:
- Percentiles: Según la edad, nivel de estudios y ocupación del evaluado.
- Permiten comparar los resultados de un individuo con un grupo normativo.
- Tipo de Prueba:
- Subjetiva: Los participantes se autoevalúan.
- Sólida Psicométricamente: Indica que ha demostrado confiabilidad y validez en su construcción y aplicación.
La prueba LAEA es especialmente útil en contextos donde se necesita una evaluación rápida y efectiva del autoconcepto, pudiendo aplicarse tanto en entornos educativos como en clínicos para identificar áreas de fortaleza y posibles preocupaciones en la percepción que un individuo tiene de sí mismo. Las dimensiones evaluadas son críticas, ya que ofrecen una visión integral del autoconcepto que abarca aspectos físicos, cognitivos, sociales y emocionales. La inclusión de normas basadas en edad y otros factores sociodemográficos permite una interpretación más precisa y relevante de los resultados de una persona en relación con sus pares.
LAEAReferencias
- Moreno Rosset and Ramírez Uclés (2019) Evaluación psicológica : proceso, técnicas y aplicaciones en áreas y contextos. Madrid: Sanz y Torres.